La precariedad laboral alcanza a todos trabajadores de las grandes empresas, y las universidades no son una excepción. Este curso el 53% de la plantilla docente de la Universidad de Alicante está en precario, según datos de los sindicatos en el campus de Sant Vicent del Raspeig.

La precariedad laboral alcanza a todos trabajadores de las grandes empresas, y las universidades no son una excepción. Este curso el 53% de la plantilla docente de la Universidad de Alicante está en precario, según datos de los sindicatos en el campus de Sant Vicent del Raspeig.

El debate sobre las condiciones laborales de los docentes en el campus se ha generado a raíz de los resultados de una encuesta al profesorado asociado a tiempo parcial realizada por los delegados de la CGT. Según los responsables de esta sección sindical «la mayoría de los asociados están más valorados fuera que dentro de la Universidad», y en algunos casos la figura del profesor asociado a tiempo parcial se entiende «no como un complemento económico sino como un sustento básico». El sindicato, en las conclusiones de este informe, advierte de que «a trabajos inestables y de perfil difuso, se une un porcentaje importante de sueldos bajos, que afectan muy especialmente a jóvenes y mujeres». Para CGT entre un 15 y 30% de estos docentes tiene la «entidad suficiente» por su trabajo, dedicación y preparación para que esta situación se reconduzca y consigan cierta estabilidad laboral.

El curso pasado algunos de estos profesores protagonizaron concentraciones y actos de protesta exigiendo más estabilidad laboral. El equipo rectoral aprobó un plan de estabilización de la platilla docente que se está aplicando, según los sindicatos, pero a un ritmo lento y en algunos casos con medidas insuficientes. José Manuel Mora Chacón, de CC OO, recuerda, no obstante, que estas figuras docentes de asociados están destinadas a profesionales del sector privado, que su principal actividad laboral está fuera de la Universidad, y que «estas clases son un complemento». «El problema es cuando este tipo de contratos se destinan a docentes en exclusiva que sólo tienen este ingreso económico», reconoce el delegado sindical. Así las cosas, según algunas estimaciones, un profesor asociado tiene a la semana la obligación de impartir seis horas de clase y otras seis de tutorias, y por esta actividad percibe unos 510 euros al mes, cuando un profesor titular con una carga lectiva de dos horas más de clase a la semana percibe 1.800 euros. «Al titular se le supone una investigación añadida, pero tampoco existe un control efectivo de que eso se produzca», matiza un portavoz de la sección sindical de la CGT. En la Universidad de Alicante, según los datos de la memoria económica de los presupuestos de 2004, de los 1.830 profesores, 977 son funcionarios ; el resto es personal contratado eventualmente, y en cierta medida, para las centrales sindicales «precarios». En La encuesta del profesorado asociado a tiempo parcial, realizada por la CGT en el campus de Alicante, se observan algunos datos significativos. En cuanto a los motivos de acceso a la docencia en la Universidad se establece una cierta diferencia en función de los sexos, los hombres esgrimen motivos económicos y las mujeres su vocación por la enseñanza. Más del 90% de los docentes que contestaron la encuesta reconocen que ingresan fuera de la Universidad más del doble que como asociados. Por último, sólo el 19% de los asociados se les ha ofrecido claramente posibilidades de promoción en sus departamentos, aunque el 60% reconoce que nunca los directores de sus departamentos les han ofrecido esas posibilidades.

Extraído de EL PAÍS