Estimado Presidente :
Leemos con cierta alarma que se ha creado recientemente la Asociación para la Fundación Europa, que está auspiciada por el Vicepresidente del Parlamento Europeo, Mario Mauro, y por el Vicepresidente de la Convención de Cristianos por Europa y Director del Departamento Político Europeo, Giorgio Salina, entre otros.
Estimado Presidente :
Leemos con cierta alarma que se ha creado recientemente la Asociación para la Fundación Europa, que está auspiciada por el Vicepresidente del Parlamento Europeo, Mario Mauro, y por el Vicepresidente de la Convención de Cristianos por Europa y Director del Departamento Político Europeo, Giorgio Salina, entre otros.
Esta asociación pretende tener como objetivos la promoción de la doctrina social de la Iglesia en las instituciones comunitarias, e impulsar el dogma católico y la mención de confusas raíces históricas y culturales en la redacción del documento de la futura Constitución Europea, un texto que nos afectará a todos por igual, con independencia de nuestras creencias o criterios personales.
Por ello, dada la clara intención de promover e incrementar las influencias religiosas en unas instituciones laicas por definición, queremos exponerle algunos planteamientos que entendemos de notable relevancia :
1. El Catecismo de la Iglesia Católica, en su canon 2.266, reconoce el justo fundamento del derecho y deber de la legítima autoridad pública para aplicar penas proporcionadas a la gravedad del delito, sin excluir el recurso a la pena de muerte, dejando así abierto el camino a la justificación de crímenes religiosos o de Estado. Tal artículo contradice tanto la Carta de Derechos Fundamentales de la UE (art. 2) como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que por otra parte no ha sido hasta ahora asumida por el Estado Vaticano, al considerar sus dirigentes que tales derechos emanan de sus leyes divinas.
2. El Estado Vaticano no es miembro de la Unión Europea ni tampoco es un Estado democrático, aunque mantiene un conocido empeño en que la UE se imponga como herencia cultural una religión que paradójicamente se originó fuera de nuestro marco geográfico.
3. La doctrina jurídica de ese Estado respalda la homofobia y rechaza la igualdad de la mujer.
4. Distintos escritos de capital relevancia en la historia y legislación canónica de la religión católica implican la declarada intención del estamento vaticano de supeditar las distintas soberanías nacionales a la legislación de su doctrina social y de su moral política. Le transcribimos, como ejemplo, el extracto de un reciente estudio sobre la necesidad de la confesionalidad del Estado realizado por un reputado intelectual católico contemporáneo :
La Iglesia ha sostenido siempre que los Estados deben rendir culto público y colectivo a Dios y ajustar sus leyes a las de Dios (…) Pero por razones de prudencia política no lo ha exigido siempre ni en todos los países con la misma intensidad. Nunca la Iglesia ha querido forzar las cosas en naciones donde la Religión Católica es sensiblemente minoritaria ; ha preferido ceder como mal menor. Pero esa es la doctrina o “tesis”, con fuertes apoyos en la Sagrada Escritura (…). Por defenderla, los católicos españoles de antaño han vertido ríos de sangre (…). La aceptación del hecho del pluralismo religioso es una “hipótesis” de trabajo, y nada más. Es una situación defectuosa de la cual hay que salir.
(José Martín Brocos Fernández, sociólogo, profesor de la Universidad San Pablo CEU, de Madrid, en revista Arbil, nº 102, marzo de 2006).
5. Igualmente, la doctrina católica no permite la libertad de conciencia ni de religión, derechos fundamentales de nuestro ordenamiento jurídico y del de todos los europeos.
Comprendiendo que resultaría abusivo relatarle todas y cada una de las controversias que se suscitarían si tal espíritu católico, u otro de similares criterios, llegase a arraigar en nuestras instituciones, dado su claro sesgo antidemocrático, le rogamos defienda de la mejor manera posible ahora -y previendo también para el futuro- los principios laicos de nuestra Unión, tomando en cuenta la relevancia de los puntos que hoy le exponemos.
Sin duda, la iniciativa llevada a cabo por varias organizaciones laicistas y humanistas europeas en apoyo de una Carta Europea de Laicidad, que complemente la Carta de Derechos Fundamentales en base a la neutralidad de las instituciones en materia religiosa, sería un acertado antídoto frente a este tipo de pretensiones.
En la confianza de que nuestra alerta sirva a los fines declarados del Parlamento Europeo, y a la espera de las decisiones políticas que usted al respecto entendemos debiera impulsar, quedamos a su entera disposición,
http://www.federacionatea.org
coordinador@federacionatea.org
Fuente: Federación Internacional de Ateos (FIdA)