Actualmente están siendo juzgados los 9 jóvenes que fueron detenidos en la segunda sentada por el derecho a la vivienda digna. En estas sentadas se gestó la aparición de la red de asambleas populares V de Vivienda, uno de los movimientos ciudadanos que ha conseguido situar en el debate público asuntos como el exceso de viviendas vacías y la falta de políticas de vivienda realmente sociales A la espera de la vista oral, ya conocemos la petición de pena del fiscal : 5 años de cárcel para 7 de ellos, y 6 años para los otros 2. Por cierto, el fiscal sitúa los hechos en el 22 de mayo de 2006, cuando realmente se produjeron un día antes. Además afirma que estos jóvenes tiraron piedras y que hirieron a los agentes, lo cual no ha sido probado de ninguna manera ; estos violentos radikales encima tienen que estarle agradecidos, porque según el representante del Ministerio Público no ha pedido más pena porque no tenían antecedentes penales (qué misericordioso señor). Nosotros, que no queremos ser menos, también vamos a echar una mano a este paladín de la justicia, aunque posiblemente no valga de nada porque su postura ya esté más que fijada.
Una semana antes del día de autos, el domingo 14 de mayo de 2006, se produjo la primera sentada por una vivienda digna. Fue convocada a través de correos electrónicos y de mensajes a móviles, y concentró a miles de jóvenes en las plazas de los ayuntamientos de todas las grandes capitales. En Madrid, la concentración se produjo ante la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, en la Puerta del Sol. La asistencia desbordó todas las previsiones, no sólo la de los efectivos de la policía desplazados al lugar, sino también las nuestras, las de los propios manifestantes ; unas 5.000 personas (hay quien dice que fueron más) llenaron la plaza. Era demasiada gente como para conformarse con estar toda la tarde sentados en la Puerta del Sol ; por eso se decidió convertir la concentración en una marcha por todo el centro de la capital. La marea humana se dirigió en primer lugar al Congreso de los Diputados, donde se produjo otra sentada. Después continuó hacia la Gran Vía, para desembocar en la Plaza de España. Todo esto ocurría ante la atónita mirada de la policía, que se vio obligada a cortar las calles al tráfico. Posteriormente se disolvió la manifestación tras algunas cargas policiales en las Vistillas. Los UIP no cargaron porque se produjeran incidentes, que no los hubo y de hecho no se conoce ninguna noticia ni informe oficial que señalara lo contrario, sino porque veían que era la única manera de que la protesta no siguiera y siguiera, de hecho cuando se produjeron las cargas ya llevábamos más de 5 horas de protesta.
La sentada del siguiente domingo, día 22 de mayo, fue pues resultado de ese importante impulso inicial. De nuevo se concentró mucha gente en la Puerta del Sol, aunque bajó la participación en comparación al 14. Otra vez se quiso salir del lugar e iniciar una marcha. Pero ahora la policía no estaba por la labor. Cuando quisimos salir de la plaza, los agentes, que habían cercado todo el recinto, cargaron de inmediato. El automatismo de la respuesta dejó muy claro que seguían órdenes políticas. Sólo se dieron un par de pasos cuando comenzaron las ostias. El mensaje era nítido : no se iba a permitir que la gente fuera por las calles protestando durante horas. Las calles son lugares de tránsito hacia los centros comerciales, y todo intento de utilizar políticamente las calles (salvo si es por los partidos políticos) está feo. Es cierto que no teníamos la autorización administrativa sagrada que requiere toda concentración ; por otro lado, si era una manifestación espontánea, puesto que todavía no existía V de Vivienda, era imposible que nadie la hubiera pedido. Además que no haya autorización no justifica que se cargue, porque en todo caso tiene que haber una proporcionalidad en la actuación policial. Sólo se debe cargar si hay un peligro público que así lo requiere para evitar males mayores. Tras las primeras cargas, muchos de los asistentes decidimos seguir manifestándonos pese a esta actitud represiva y siempre en tono pacífico, puesto que el objetivo era reeditar lo de la semana anterior. Por eso se acordó una quedada en la zona de Banco de España, donde se produjeron las cargas más violentas y las detenciones. Enseguida se disolvió la protesta y comenzaron los disturbios originados paradójicamente por los antidisturbios. Sería imposible hacer un relato claro de aquellos momentos. Policías corriendo para un lado, manifestantes para otro, y caos en todas partes ; en total, 9 detenciones ; si yo no fui uno de los detenidos fue simple y llanamente por pura suerte.
Ahora son estos hechos los que están siendo juzgados ; juzgados y de nuevo politizados, como demuestra que haya sido precisamente el fiscal el que haya pedido estas desproporcionadas penas. El fiscal es quien representa al Estado en los procesos judiciales. Y en este país, donde es imposible distinguir qué es Estado y qué es Gobierno, y donde lo partidos políticos pugnan por convertir las instituciones del Estado en su cortijo particular (véase la lucha de la anterior legislatura entre PSOE y PP por dominar órganos judiciales tan importantes como el CGPJ y el Tribunal Constitucional) está más que claro qué intereses se encuentran detrás de la posición de un fiscal que no sabe ni siquiera cuándo sucedieron los hechos. Este criterio político busca la criminalización no sólo de V de Vivienda, sino de todos los movimientos sociales autónomos que no pueden controlar.
Dicha campaña de criminalización no sólo se orquesta desde los órganos judiciales, sino que también aportan lo suyo los aparatos mediáticos del poder. Como muestra, este texto correspondiente a una información del diario EL PAÍS publicada el pasado 2 de marzo : “La Brigada Provincial de Información (dedicada a la lucha antiterrorista y a los grupos extremistas) tiene fichados a unos 500 integrantes de grupos antisistema. El problema al que se enfrenta la policía es que existe una amplia amalgama de colectivos y asociaciones. Son tan dispares que engloban a sharp y redskins con grupos por una vivienda digna, según fuentes policiales.” Para entender lo que significa esta noticia no podemos pasar por alto que aparece justo un día después de la celebración de las últimas manifestaciones por la vivienda digna ; en concreto fueron 19 manifestaciones y concentraciones convocadas en las principales capitales y que transcurrieron de forma totalmente pacífica. En el mismo párrafo también se ponen en relación conceptos como “lucha antiterrorista”, “grupos extremistas” y “grupos por una vivienda digna”. Demasiado estaban tardando en llamarnos terroristas. Si el terrorismo es pensar de forma distinta, sin duda que somos terroristas. Tenemos armas de destrucción masiva muy peligrosas : nuestras ideas críticas y nuestra independencia política ; y además estamos sembrando el terror entre quienes son los culpables de nuestra situación, entre los que han conseguido que el derecho constitucional a la vivienda digna sea una ficción y que muchos jóvenes y no tan jóvenes no puedan vivir del salario que perciben por su propio trabajo ; sabemos quiénes son, y les señalamos con el dedo y con nuestros actos. Somos pues terroristas para ellos, porque nos tienen auténtico terror.
El artículo 47 de la radikal Constitución Española no dice sólo que todos tenemos derecho a una vivienda digna y adecuada. También señala que “Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”. Hoy día este derecho no sólo no existe, sino que además no existe debido a la especulación generalizada y alentada por los poderes públicos. El Relator de la ONU para el derecho a la vivienda, Miloon Khotari, también apuntó a la especulación como principal causa de que muchas personas estén excluidas del derecho al alojamiento en este país. Esta especulación ha sido la que se han encargado de fomentar, que no impedir, las administraciones. De hecho, una tercera parte de la financiación de los partidos políticos es ilegal y procede sobre todo de la especulación urbanística ; esto no lo dijo V de Vivienda, sino el Tribunal de Cuentas. En conclusión, el poder hace exactamente lo contrario de lo que marca la Constitución, y con ello además fomenta actitudes criminales y mafiosas respecto a un bien de primera necesidad como es la vivienda ; pero somos nosotros los radikales antisistema y los peligrosos, cuando no los terroristas.
Más vale que se dejen de amenazas, puesto que no van a conseguir nada con ellas. La lucha va a continuar hagan lo que hagan, porque precisamente ahora la presencia de los movimientos sociales es más importante que nunca. Estamos en la antesala de una grave crisis económica, y los poderes económicos ya están pidiendo que seamos de nuevo los trabajadores los que más perdamos. Uno de los grupos más peligrosos es precisamente el lobby de las grandes constructoras, el G 14, que está logrando con su presión lamentables cesiones de la clase política y de las administraciones, las cuales están sosteniendo al sector financiándolo con dinero público, con el dinero de todos, y poniendo a disposición de estos señores del ladrillo el suelo público que tanta falta hace para construir esos hospitales y esos colegios que están privatizando por otro lado. La crisis económica se va a solventar, como todas las anteriores, recortando de nuevos los ya exiguos derechos y servicios públicos de los trabajadores. No estamos sólo en una crisis económica, estamos principalmente en una crisis social, y son todos los derechos, y no sólo el de la vivienda, los que están en juego. Por eso los movimientos sociales autónomos, entre los que está V de Vivienda, en el que yo tengo el inmenso orgullo de participar, van a seguir dando la réplica al poder.
Señores políticos, son ustedes la vergüenza de la democracia, cuando no sus auténticos enemigos ; son incapaces de aceptar el debate con otras voces disidentes a las que no pueden controlar. Por eso nos quieren criminalizar a toda costa, y no dudan en utilizar para ello sus órganos judiciales y mediáticos. Pero como un activista que conoce muy bien la voluntad de estos movimientos sociales, les aseguro que no van a conseguir nada con sus amenazas, absolutamente nada ; sin quiere acabar con los que pensamos de otra manera, métannos a todos en la cárcel, porque es la única manera de acabar con nosotros. Cuanto más nos ladren, más cabalgaremos.
Fuente: Un activista de Vde Vivienda