Cincuenta y cinco personas han muerto y 17 han resultado gravemente heridas el sábado 26 de abril en el incendio de una fábrica de colchones y muebles en Casablanca,. El incendio se desencadenó a las 10H00 en una fábrica de cuatro pisos situada en el barrio Lissasfa al sureste de la ciudad, Al parecer, un cortocircuito en el sótano donde se encontraban las máquinas de carpintería desencadenó el incendio. Los bomberos tardaron más de tres horas en apagarlo. En el momento del incendio se encontraban en la fábrica unos 155 trabajadores.

Cincuenta y cinco personas han muerto y 17 han resultado gravemente
heridas el sábado 26 de abril en el incendio de una fábrica de colchones
y muebles en Casablanca,. El incendio se desencadenó a las 10H00 en una
fábrica de cuatro pisos situada en el barrio Lissasfa al sureste de la
ciudad, Al parecer, un cortocircuito en el sótano donde se encontraban las
máquinas de carpintería desencadenó el incendio. Los bomberos tardaron más
de tres horas en apagarlo. En el momento del incendio se encontraban en la
fábrica unos 155 trabajadores.

Ninguna norma de seguridad se cumplía en la fábrica Rosamor Mobiliario,
un edificio, compuesto de un sótano y de tres pisos, especializado en la
fabricación de muebles, donde se utilizan productos altamente inflamables.
La falta de mantenimiento de las distintas máquinas e instalaciones
eléctricas parece ser la causa de este incendio, a lo que hay que añadir
la falta absoluta de medidas de seguridad : no había ninguna salida de
emergencia, los extintores estaban vacíos y las condiciones de trabajo
eran terriblemente difíciles.

Pero lo más grave es que el propietario encerraba a los empleados dentro
de la fábrica para evitar que se llevaran las materias primas, por lo que
las puertas estaban bloqueadas cuando estalló el incendio. Eso impidió a
l@s trabajador@s abandonar la fábrica al iniciarse el siniestro. Nadie
podía huir por las salidas. Quienes consiguieron escapar de esa trampa
mortal, tuvieron que romper las ventanas y saltar desde el segundo o el
tercer piso. Entre las víctimas figuran 35 mujeres que no se atrevieron a
lanzarse desde el tercer piso donde se encontraban para refugiarse del
humo

De los 400 empleados de la fábrica, 30 solamente están declarados a la
Caja nacional de la Seguridad social . Los salarios alcanzan los 350 dh
por semana (unos 30 euros) sin seguridad social. El dueño de la fábrica
Adil Moufarreh y su hijo, que era el gerente, Abdelali Moufarreh, se
encuentran detenidos.

Delante de la fábrica destruida, respirando un olor insoportable de
productos químicos y cuerpos calcinados, se han concentrado familiares de
los fallecidos, lloran modestamente mujeres, venidas de los barrios de
chabolas y de los campos circundantes. «El propietario pensaba más en
proteger sus colchones y su material que en la vida de sus empleados», se
lamenta Fawza Badr, de 70 años, que ha perdido a su hija Hadida, 20 años.
. El padre de Abdelazziz Darif, 19 años, que ha fallecido en el incendio,
afirma que su hijo «cobraba 250 dirhams (20 euros) por semana y no se
beneficiaban de ninguna protección social”

Lo ocurrido en esta fábrica de Casablanca pone al descubierto una
situación terriblemente generalizada en Marruecos : trabajador@s sin
seguridad social, medidas de seguridad inexistentes, falta de derechos
sindicales, trato vejatorio para l@s trabajador@s. Ésta es la realidad que
la economía de mercado justifica y extiende.

Este drama se produce en un clima de tensión social debido a las subidas
de los precios. Las centrales sindicales rechazaron últimamente las
propuestas del Estado y las organizaciones patronales, y algunas
amenazaron incluso con una huelga general si continua el fracaso del
dialogo social.


Fuente: CGT Maghreb