Todavía existen en el mundo leyes que discriminan a las mujeres por razón de su sexo, es decir, que tratan de forma diferente a los hombres y a las mujeres, y conceden a éstas menos derechos y en menor grado. Esta es la denuncia que hace la sección española de Amnistía Internacional (AI) en la víspera del Día Internacional de la Mujer.
Todavía existen en el mundo leyes que discriminan a las mujeres por razón de su sexo, es decir, que tratan de forma diferente a los hombres y a las mujeres, y conceden a éstas menos derechos y en menor grado. Esta es la denuncia que hace la sección española de Amnistía Internacional (AI) en la víspera del Día Internacional de la Mujer.
En Arabia Saudí las mujeres no pueden votar. En Camerún es el marido quien decide si la mujer trabaja o no. En Sudán se permiten los matrimonios forzados. En Chile el marido es el titular de la custodia conjunta de bienes. Estas son algunas de las medidas legislativas que AI pone como ejemplo de la discriminación a las mujeres.
«Para Amnistía Internacional es inaceptable que más de 25 años después de la adopción de la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra la Mujer de Naciones Unidas (CEDAW, por sus siglas en inglés), y 10 años después de la celebración de la Conferencia de Beijing y la adopción de su Plataforma de acción, aún sigan existiendo leyes discriminatorias en todo el mundo», señala Eva Suárez-Llanos, responsable del Área de campañas e investigación de Amnistía Internacional en España.
La CEDAW adoptada en 1979, reconoce explícitamente que «las mujeres siguen siendo objeto de importantes discriminaciones» y subraya que esa discriminación «viola los principios de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana». La CEDAW ha sido ratificada por 180 países, entre los que no se encuentran Estados Unidos, Qatar, Somalia o Sudán.
La discriminación genera violencia
Para Amnistía Internacional, la discriminación por razón de sexo es “la causa subyacente de la violencia contra las mujeres”. Y denuncia que la discriminación “está presente en la cultura y la religión, pero también en el marco jurídico del propio Estado”.
En algunos casos, señala la organización, las leyes “admiten directamente la violencia contra las mujeres”. En Nigeria, la violencia intrafamiliar está permitida por ley. En otros, la amparan, por ejemplo, permitiendo los llamados «delitos en nombre del honor» o admitiendo que la cuestión del honor se acepte como atenuante.