Comunicado del Secretariat Permanent de la CGT de Catalunya

El día 3 de octubre miles y miles de trabajadores y trabajadoras hicimos huelga. La hicimos al amparo de una convocatoria de huelga general en toda Catalunya, tanto de nuestro sindicato, la CGT, como otros (IAC, CSC y COS). La convocatoria de huelga era nítida y clara, en todos los sectores, en toda Catalunya y el día 3 de octubre. Los diferentes organismos competentes dictaron servicios mínimos, en el transporte, en hospitales y otros servicios públicos, telecomunicaciones, etc. Y, nosotros, miles y miles, más de un millón según el departamento de Treball, no fuimos a trabajar.

El día 3 de octubre miles y miles de trabajadores y trabajadoras hicimos huelga. La hicimos al amparo de una convocatoria de huelga general en toda Catalunya, tanto de nuestro sindicato, la CGT, como otros (IAC, CSC y COS). La convocatoria de huelga era nítida y clara, en todos los sectores, en toda Catalunya y el día 3 de octubre. Los diferentes organismos competentes dictaron servicios mínimos, en el transporte, en hospitales y otros servicios públicos, telecomunicaciones, etc. Y, nosotros, miles y miles, más de un millón según el departamento de Treball, no fuimos a trabajar. Hicimos huelga, decidimos que queríamos ser protagonistas de nuestro día a día, y paramos el país. Con la huelga, con los cortes de carreteras y calles y con las manifestaciones masivas en todos lados.

La tarde del día 1 de octubre en muchos lugares ya se escuchaba el rumor de una huelga en marcha. El enfado por la represión que estábamos viendo por todos lados, con golpes de porra y ataques indiscriminados contra la población, espoleó la voluntad de muchos trabajadores de decir basta. Y de hacerlo como lo sabemos hacer, con una huelga. Posiblemente el temor de que la huelga fuera masiva y de no estar allí, pero sin quererla reconocer, motivó que los sindicatos CCOO y UGT, el gobierno de la Generalitat y algunas patronales se sacaran de la manga eso que se ha llamado «Paro de país». Se trataba de reventar una huelga tomando el protagonismo y quitándoselo a los sindicatos que la convocaban y, sobre todo, a los trabajadores/as que la hicieron. Y también de desvirtuar su contenido: no era una huelga, no era una iniciativa de la clase trabajadora que, como tal, quería protagonizar el presente. Volvía a ser, nos querían hacer creer, una movilización teledirigida por las instituciones. Pero no fue así. En todas partes la huelga funcionó y las movilizaciones asociadas también.

Ahora la farsa aún se hunde más. Resulta que la Generalitat de Catalunya reclama a los trabajadores/as públicos que secundamos la huelga, que recuperemos las horas que no fuimos a trabajar. Una vez apagados los focos del interés mediático, el gobierno pretende que neguemos nuestro paso adelante y nuestra protesta. Pues no lo haremos. No lo haremos porque nos ampara el derecho de huelga y la convocatoria de huelga del día 3 de octubre. Un derecho, el de huelga, que tanto nos ha costado conseguir y al que no vamos a renunciar. No lo haremos, tampoco, porque el día 3 de octubre la clase trabajadora decidimos ser protagonistas y, mediante la acción directa de la huelga, sin pedir permiso a ningún gobierno ni a ningún patrón, ocupar las calles para exigir el respeto a las movilizaciones populares, el respeto a los derechos civiles más básicos y el cese inmediato de la represión.

En consecuencia, desobedecemos el requerimiento de recuperar las horas y exigimos, al gobierno, a los sindicatos CCOO y UGT, a las patronales y a las otras organizaciones convocantes del mal llamado «paro de país» el escrupuloso respeto al derecho de huelga.

Secretariat Permanent del Comitè Confederal de la CGT de Catalunya

24 de octubre de 2017

 


Fuente: Secretariat Permanent del Comitè Confederal de la CGT de Catalunya