Artículo publicado en Rojo y Negro nº 392, septiembre 2024
El fracaso o no de una sociedad se basa en la respuesta que tiene frente a las desgracias o catástrofes que, mal que nos pesen, se vienen sucediendo de vez en cuando en este mundo al que llamamos civilizado.
Muchas veces, ante hechos puntuales de una persona o de un grupo de personas, estamos acostumbrados a expresarnos con la frase hecha de “esta sociedad no tiene remedio” dejando reflejado, de esta manera, nuestro malestar, cabreo o indignación por un hecho, pero también es cierto que esa misma sociedad o, por lo menos, gran parte de ella nos sorprende gratamente con reacciones ante algunos hechos sucedidos en las últimas décadas, solo hay que recordar la respuesta popular ante la guerra de Irak, la catástrofe del Prestige o la más lejana respuesta que tuvo gran parte de la sociedad española ante la traición del PSOE con la entrada a la OTAN.
Todas y todos recordamos con orgullo esas movilizaciones históricas, recordamos cómo las principales ciudades del Estado se llenaban con cientos de miles de personas expresando su malestar o su indignación ante aquellos hechos. En definitiva, recordamos cómo la sociedad, esa sociedad que muchas veces sentimos que fracasa con alguno de sus comportamientos, responde de una manera majestuosa cuando el fin lo requiere, es más, esas respuestas nos hacen comprobar el nulo egoísmo que dicha parte de la sociedad tiene ya que, en la inmensa mayoría de las ocasiones que la sociedad ha respondido de una manera contundente, no lo ha hecho para pedir mejoras para ella, sino para mostrar la indignación ante una catástrofe o para exigir el fin de una guerra, entre otros motivos.
Y entonces, ¿por qué esto no está sucediendo ante el genocidio que se está llevando a cabo por parte de Israel sobre Palestina?, ¿por qué no hay cientos de miles de personas en las calles de medio mundo pidiendo su fin?, ¿por qué no se está llevando a cabo una condena y boicot de forma global sobre Israel como medida de presión para que pare de inmediato con esta sangría? Hace pocas semanas, las cifras oficiales, sin contar con los desaparecidos y desaparecidas, llegaban a 40.000 personas asesinadas en Palestina a manos del ejército israelí. ¿Son suficientes?, ¿a qué cifras hay que llegar para que la respuesta de sociedad sea mucho más contundente de lo que está siendo hasta ahora?
Parte del problema seguramente viene de la falta de información sobre el eufemísticamente denominado “conflicto”. Los medios de comunicación, una vez más, se dedican a vendernos, día sí y día también, el número de asesinatos y las imágenes de edificios destruidos a causa de los bombardeos sin entrar a fondo en explicar el origen del “conflicto” y sin explicar los más de 30 años de genocidio y ocupación por parte de Israel sobre Palestina. Ese es el principal problema, que una gran parte de la sociedad, gracias a la desinformación, se piensa que lo que sucede en Palestina es una guerra y que se está llevando a cabo solo desde hace unos meses. Lo que está sucediendo en Palestina es un genocidio y es una ocupación que el Estado de Israel viene llevando a cabo desde hace décadas y eso es algo que debería de quedar claro a todo el mundo.
Uno de los principales objetivos comunicativos de cara a los trabajos previos al 27S debe de ser este, el hacer ver a la sociedad que no se trata de una guerra sino de un genocidio y que no es algo que venga sucediendo “sólo” durante el último año, sino que es algo que Palestina lleva sufriendo desde hace décadas.
El 27 de septiembre tenemos la oportunidad de enviar un mensaje al mundo para poner fin a este genocidio y tenemos la oportunidad de enviar, más que un mensaje, un aviso al Gobierno para que, de una vez por todas, rompa todo tipo de relaciones, políticas, diplomáticas y comerciales con Israel. Que el 27S sea un éxito o no depende solo de nosotras y nosotros, de nadie más, porque sabemos que lo vamos a tener todo en contra, que las patronales, los Gobiernos y los medios de comunicación van a jugar su papel para intentar silenciar al máximo esta convocatoria; pero por encima de todo debe estar nuestro convencimiento de que esta convocatoria es necesaria y de que es necesaria porque lo que está sucediendo en Palestina es un ataque directo contra lo más importante que el ser humano tiene, su vida y su libertad.
Por eso es importante que como Organización estemos a la altura ante esta convocatoria. Somos la organización más numerosa de todas aquellas que convocan y somos los que hemos iniciado este proceso con la celebración de una plenaria extraordinaria en la que toda la CGT acordó llevarla a cabo, por lo tanto, hemos de dejarnos la piel para que la jornada del 27S sea una jornada histórica y se convierta en un antes y un después en la respuesta del Estado español contra el genocidio y la ocupación sobre Palestina.
¡Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá!
Miguel Fadrique Sanz
Secretario General de CGT
Fuente: Rojo y Negro