CGT-Nafarroa, al igual que otros sindicatos de reducido tamaño, ha participado durante los últimos años en todas las convocatorias de Huelga General planteadas por cada uno de los bloques sindicales y, naturalmente, en las unitarias.
No es necesario decir que la mejor respuesta se ha obtenido cuando el conjunto del sindicalismo ha coincidido en la fecha de convocatoria de esta herramienta de lucha que es la Huelga General. Con mayor o menor acierto, en nuestra organización hemos tratado de situarnos, durante este tiempo, al margen de esta dinámica de bloques. Sencillamente hemos impulsado toda propuesta de movilización, por considerar que era lo adecuado frente a las perversas políticas de recorte y de exclusión que se nos vienen imponiendo.
No es necesario decir que la mejor respuesta se ha obtenido cuando el conjunto del sindicalismo ha coincidido en la fecha de convocatoria de esta herramienta de lucha que es la Huelga General. Con mayor o menor acierto, en nuestra organización hemos tratado de situarnos, durante este tiempo, al margen de esta dinámica de bloques. Sencillamente hemos impulsado toda propuesta de movilización, por considerar que era lo adecuado frente a las perversas políticas de recorte y de exclusión que se nos vienen imponiendo.
Defendemos con firmeza la libertad y la pluralidad sindical, que cada organización sindical defienda unos objetivos y unos métodos de actuación para alcanzarlos. Sin embargo esa diversidad tiene que atenerse a unas referencias que le obliguen a una mínimas cotas de unidad: la defensa de mayores cotas de justicia y equidad. En ese sentido, nos parece evidente que de forma unitaria se debería converger en tratar de revertir las situaciones de injusticia más duras: el paro, la ausencia de cobertura y sus secuelas de exclusión, recortes drásticos en los proyectos de vida, desatención a las necesidades y derechos más básicos, desahucios, etc.
Por eso, en la CGT, hemos mantenido siempre una actitud abierta a la hora de sumarnos a cualquier convocatoria de movilización, no desde el seguidismo sino desde la defensa de nuestra forma de entender el sindicalismo. Por ello, si en otras ocasiones hemos podido manifestar nuestras críticas a las actuaciones de “los bloques”, hoy, en un momento especialmente crudo en lo que se refiere al retroceso en derechos y libertades, lo hacemos de igual manera. Insistimos en que defendemos la pluralidad sindical, pero esa plasmación en bloques fijos y estancos nos parece que resulta perjudicial para ese intento de revertir los recortes y la merma de derechos. La oposición a esta política de bloques no significa equidistancia. De CCOO y UGT nos diferencia su ya histórico carácter “pactista” en políticas que implican retrocesos laborales y sociales, a través del llamado “diálogo social”, así como su escaso impulso movilizador, no afrontando la convocatoria de una nueva Huelga General, ignorando el fuerte apoyo que las movilizaciones del 19 de Julio obtuvieron y dejando que su éxito se vaya extinguiendo, y dedicándose a proponer fórmulas de actuación más dilatorias que continuadoras de esa movilización. Por ello, desde estas líneas, instamos a estas organizaciones a replantear su postura ante la Huelga General y ver en el 26 de septiembre una posibilidad de confluencia. Con ELA y LAB nos une el que están apostando por mayores cotas de movilización y respuesta social, pero nos separa la excesiva ligazón de todas sus aspiraciones a objetivos ceñidos al marco político propio (marco vasco de relaciones laborales, no aplicación de los recortes “aquí”,…). Vemos con preocupación la utilización de la crisis, por parte de un sector de este bloque, para legitimar opciones identitarias, el “España igual a ruina”, que parece legitimar un capitalismo frente a otro, ya que no conocemos ni aquí ni allá otra cosa que no sea capitalismo, que no sea la “incuestionabilidad” del euro, del proyecto económico neoliberal europeo.
Después de todo lo dicho, ¿dónde se sitúa la CGT? Siempre a favor de la movilización, apostando fuerte en este momento por la Huelga General del 26 de septiembre, queriendo hacer de ella una jornada de rebeldía laboral y social que exprese el rechazo generalizado a la manera en que nos someten a las exigencias de los mercados, del capitalismo financiero y especulativo, a través de las propuestas en pro del desarrollismo, la competitividad, la acumulación y el incremento de las desigualdades. Ese día, exigiremos que las personas estén por encima de los mercados y la deuda, que el paro se combata repartiendo el trabajo existente, y que la cobertura de las necesidades más básicas para todos debe ponerse por encima de la satisfacción de otras necesidades no tan básicas. Renunciamos, por ello, a regresar a escenarios de bonanza “pre-crisis”, marcados por el consumismo, el individualismo y la injusticia. Esto es, apostaremos por el reparto y justicia social, tratando de poner por delante nuestra predisposición a repartir. En esa línea, procuraremos sumarnos y mezclarnos con otras gentes afectadas y resistentes por y ante los recortes, abriendo espacios en la calle y creando alianzas entre paradas, desahuciados, trabajadores, jubiladas, sin papeles y estudiantes.
Tarea nada fácil, para la cual reconocemos nuestras limitaciones. Sólo la participación y una mayor tutela de la sociedad sobre los asuntos que le competen, podrá forjar un proceso más libre y solucionar algunos de los problemas que arrastramos dentro del sindicalismo. Invitamos así a toda la sociedad a que hagan suyo el 26S, arrebatándonoslo a los sindicatos.
Fuente: CGT-Nafarroa