Artículo publicado en Rojo y Negro nº 394, noviembre 2024
Que la vergüenza y el miedo cambien de bando. No más violencias machistas
¡Es la hora de alzar la voz, nos están matando, vejando y menospreciando, y aun así la vergüenza social sigue recayendo sobre nosotras, cuando se dan estas agresiones, maltratos y violencias machistas, acosos sexuales…, a pesar de los fríos y escalofriantes datos estadísticos!
Como cada 25 de noviembre, nos unimos, a nivel internacional, para denunciar que las violencias machistas no son hechos aislados, sino violencias estructurales que forman parte de un sistema opresor.
Es hora de que la vergüenza cambie de lado y sea la violencia machista la denostada por la sociedad, no las víctimas.
Denunciamos que cada vez se añaden más casos de violencias y agresiones hacia las mujeres, trans y personas de identidades disidentes. Como ejemplo tenemos últimamente varios casos mediáticos muy escalofriantes: el caso Dominique Pericot, y el caso de Íñigo Errejón, nos vienen a demostrar que la violencia machista y el sistema patriarcal siguen cada vez más instalados en nuestras sociedades.
El caso de Dominique Pericot, que se está juzgando en el sur de Francia, en que decenas de hombres participaron en una violación, nos recuerda que el silencio y la vergüenza se han dirigido históricamente hacia las víctimas, perpetuando así la impunidad de los agresores. La decisión de Dominique Pericot de hacer público el juicio es un acto de valentía que rompe esta dinámica, exigiendo que la vergüenza recaiga sobre los agresores y aquellos que los encubren. “La vergüenza no es para nosotras, es para ellos”.
Este caso nos obliga a una reflexión profunda sobre nuestra responsabilidad colectiva y la necesidad de actuar con determinación para evitar que estos crímenes se repitan.
Seguimos constatando que el sistema patriarcal y machista se puede reproducir en los entornos combativos, incluso tratándose de personas de cualquier partido de izquierdas no excluye ser y tener un potencial agresor y reproducir el sistema patriarcal, como se ha demostrado con la denuncia de muchas mujeres que han sufrido violencia machista por parte de Íñigo Errejón, una vergüenza, y un aviso para seguir trabajando y ser valientes para encarar las actitudes machistas y agresiones en nuestros espacios. Es necesario e imprescindible que podamos desarrollar herramientas que nos sirvan para denunciar a los agresores, y poder gestionar estas situaciones desde una mirada donde el agresor se responsabilice de los hechos y haga una tarea de reparación, y apoyar y acompañar en todo momento a las personas agredidas.
Reivindicamos la fuerza colectiva y diversa de todas las personas para denunciar y erradicar las violencias machistas, los acosos y agresiones sexuales de nuestra sociedad.
Denunciamos el papel de los medios de comunicación y las redes sociales que perpetuan y son cómplices de una narrativa que normaliza la violencia, el machismo, el racismo y el colonialismo replicando modelos que perpetúan la agresión y la impunidad. Los medios de comunicación y las redes sociales tienen la responsabilidad de colaborar en la denuncia de los agresores y señalar las estructuras de poder que los protegen, en lugar de culpabilizar las víctimas.
Gobiernos y Estados tienen que asumir su parte de responsabilidad y regular estas plataformas para garantizar que no acontezcan canales de difusión de violencias.
Esta responsabilidad social y política es esencial para avanzar hacia una sociedad libre de violencias machistas.
Nos unimos para afrontar de manera colectiva las diversas formas y expresiones de las violencias machistas. No nos referimos solo a los asesinatos y la violencia en el ámbito de la pareja o la expareja, sino a violencias que se manifiestan en muchos espacios de nuestra vida. Desde la violencia vicaria hasta la violencia institucional que sufren madres y criaturas, especialmente cuando se atreven a denunciar abusos sexuales, o la que afecta a las mujeres migradas y racializadas, privadas de la custodia de sus hijos.
Denunciamos las violencias sexuales y el acoso por razón de género en ámbitos como el laboral, académico, cultural, deportivo, sanitario, judicial… y otros muchos. Tampoco olvidamos las violencias digitales, que con la era tecnológica amplían el alcance de la agresión.
LUCHAREMOS JUNTAS PARA ERRADICAR LA VIOLENCIA MACHISTA EN TODAS SUS FORMAS.
Rosalia Molina
Ensenyament Barcelona y Libertarias
Fuente: Rojo y Negro