Hace unas semanas y meses, la explicación detallada del funcionamiento de varias tramas de corrupción llena los periódicos, radios, webs y televisores. Conocemos los nombres y los apodos de los protagonistas, vemos las caras, aplaudimos la rapidez de un juez o desaprobamos la inoperancia de otro y hacemos gestos de no entender nada cuando nos hablan de cantidades de dinero tan grandes que no nos caben en la cabeza, acostumbrados como estamos a contar billetes de cincuenta euros como máximo.
Los nombres que asociamos, gracias al departamento creativo de cada una de las policías correspondientes, se convierten en interruptor para las risas colectivas cuando, en complicidad con otros, afirmamos que «ya les está bien», «chorizos». Y entre una cosa y la otra dejamos algunos interrogantes al aire que yo me hago y que no acaban de encontrar una respuesta lógica y medida. Tengo claro, eso sí, que yo no creo en la corrupción como lo han explicado.
La CGT considera que en este sistema de partidos en los que la falta de financiación transparente y sobre todo igualitario se suple con las comisiones, los regalos, los ingresos a fundaciones y el tan bien llamado tres por ciento (aunque Maragall, como en muchas otras cosas, se quedó muy corto).
La CGT no creemos en la opacidad de las cuentas bancarias de algunos «paraísos fiscales» que si existen no es para dejar el dinero resultante de nuestro pesado trabajo sino, precisamente, para esconder el producto de los robos de los grandes ladrones, siempre con corbata y respetabilidad, claro.
La CGT rechaza la preponderancia total del mundo económico sobre el político representativo. Quien manda es la economía y dentro de la economía en los últimos años la economía especulativa financiera. Por tanto, los políticos hacen lo que los consejos de administración de las empresas deciden y estos tienen un único objetivo : lucrarse hasta la extenuación caiga quien caiga, está demostrado que el sistema capitalista es perverso y da pie a la corrupción.
La CGT se opone a dejar en manos de profesionales de la política las cosas que nos afectan como individuos y como colectividad. Y que además cuando te representen y vayan contra ti, no los puedas echar hasta pasados cuatro años.
La CGT no creemos en la mala voluntad de las personas, ni en «la voluntad de hierro de los patriotas». Si los dejas gestionar fundaciones sin ningún tipo de control sobre el dinero que tocan, se enriquecerán. Somos escépticos de que el sistema «lucha contra la corrupción», ni por las solemnes declaraciones institucionales, ni por los periodistas que se escandalizan, ni por los ricos que dicen «así no».
La CGT creemos en las personas, no en la riqueza ni en las «grandes personas». Porque si cada «gran lengua» tiene detrás una historia de exterminio y genocidio, cada «gran persona» (utilizada la expresión como sinónimo de rico o rica) lo que tiene detrás son miles de otras personas explotadas o directamente expoliadas. Lo dice la sabiduría popular y tiene razón : «nadie se ha hecho rico trabajando».
La CGT tratamos de construir una sociedad autogestionaria, transparente y participativa, de abajo hacia arriba, donde la participación de los ciudadanos sea real y no un escaparate donde los responsables de cargos políticos coloquen personas que no les harán rendir cuentas. Ahora no es momento de lamentaciones ante una situación que todos sospechábamos y que se refleja de una magnitud inmensa, es momento de movilizarnos exigiendo honradez y participación en la toma de acuerdos y decisiones.
LA CGT HACE UN LLAMAMIENTO A TODA LA CIUDADANÍA A MOVILIZARSE Y PARTICIPAR EN LA CONCENTRACIÓN DEL SÁBADO 21 EN LA PLAZA DE SANT JAUME (BARCELONA) A LAS 18 HORAS.
Secretariat Permanent – CGT Catalunya
Original en catalán en CGT Catalunya
Fuente: CGT Catalunya