El 1º de Mayo es una fecha especialmente simbólica para la clase trabajadora de todo el mundo. Con ella recordamos y recuperamos la heroica lucha de trabajadores y trabajadoras asesinados por la patronal en Chicago en demanda de la jornada de ocho horas, allá por el año 1886.

Hoy, las y los trabajadores tenemos que seguir la lucha con la misma contundencia porque el ataque que estamos sufriendo por parte del capital recuerda el salvajismo patronal del siglo XIX.

La clase trabajadora, las clases populares, los colectivos sociales más desfavorecidos, mujeres, migrantes, juventud, personas mayores, estudiantes, el pueblo, sufrimos en primera línea la explotación laboral y social, el despojo de los derechos más básicos, la exclusión, la precariedad, la temporalidad, la marginación, el paro… en un sistema capitalista sostenido y gestionado por los gobiernos y políticos profesionales, la patronal, las grandes multinacionales y el sindicalismo institucional que nos vende miserablemente por meras migajas.

La clase trabajadora, las clases populares, los colectivos sociales más desfavorecidos, mujeres, migrantes, juventud, personas mayores, estudiantes, el pueblo, sufrimos en primera línea la explotación laboral y social, el despojo de los derechos más básicos, la exclusión, la precariedad, la temporalidad, la marginación, el paro… en un sistema capitalista sostenido y gestionado por los gobiernos y políticos profesionales, la patronal, las grandes multinacionales y el sindicalismo institucional que nos vende miserablemente por meras migajas.

Están degradando y recortando todo tipo de derechos laborales, sociales, sindicales y humanos. Hoy tenemos que trabajar más para cobrar menos, tenemos que trabajar más años para tener derecho a una menor pensión pública, nos obligan a firmar contratos en blanco pudiendo despedirnos libremente y sin indemnización, han erradicado el referente de los convenios colectivos que ponían freno a los desmanes y abusos de las empresas.

No podemos seguir soportando que la política económica y antisocial la pacte Zapatero y su gobierno con los grandes empresarios de este país, como si fueron los dueños de nuestras vidas, todo ello sin ninguna legitimidad democrática.

Desde la CGT, los hombres y mujeres decimos no a esta sociedad violenta, machista y agresiva. No a esta sociedad segregadora, racista y xenófoba. No a este sistema consumista y desarrollista que antepone los intereses privados, las plusvalías, la competitividad, la productividad, a los derechos humanos y a la propia vida, que acepta la siniestralidad laboral como algo natural, que nos utiliza a las personas como meras mercancías.

  • Decimos no a un sistema que censura la libertad de expresión, la libertad de comunicación, la libertad de asociación, que privatiza los servicios públicos, que negocia con las dictaduras, una sociedad a la que se le impone el olvido de su memoria histórica, que no anula las sentencias franquistas, que fundamenta su funcionamiento en el miedo y la represión hacia quienes se oponen y luchan por la dignidad, por la justicia social, por la libertad.
  • Desde la CGT decimos no a la energía nuclear porque no hay ninguna razón para aceptar el más mínimo riesgo que ponga en peligro la vida del ser humano y el planeta. Decimos no a la guerra como método de resolución de conflictos, no al intervencionismo militar.

Para la CGT es la hora de tomar la palabra y la hora de pasar a la acción para construir un sociedad justa y libre. Es la hora de la movilización social y laboral para que sean los trabajadores y las trabajadoras los protagonistas de su futuro.

VIVA el 1º de MAYO.

Salud y anarcosindicalismo