PRÓXIMA ENTREGA Miércoles, 27 de Mayo.El médico anarquista Pedro Vallina Martínez y la Cruz Roja fueron ejemplares en la campaña sanitaria de la epidemia de gripe sufrida por la capital y la provincia en 1918, y antes, en 1909, con la epidemia de tifus
ENTRE las varias circunstancias negativas de la sanidad sevillana de los primeros lustros del siglo XX, con raíces en el XIX, están las epidemias de tifus de 1909 y de gripe de 1918. Entonces, epidemias nacionales con proyecciones internacionales, agravaron la precaria situación sanitaria de los sevillanos, y las autoridades establecieron zonas de cuarentena en hospitales improvisados con tiendas de campaña en la dehesa de Tablada, aislada de la capital y con vigilancia militar.
Las epidemias endémicas de los sevillanos fueron la tuberculosis, el reuma y la hepatitis en sus diversas variantes, por entonces aún no identificadas con sus referencias actuales. Estas enfermedades dieron a Sevilla el triste récord de ser la tercera capital del mundo en mortalidad, solo superadas por Bombay y Madrás en la India. Los orígenes de las citadas enfermedades estaban en los efectos de las riadas que azotaban a la ciudad, en la falta de alcantarillado y control del abastecimientos del agua, en las múltiples y descontroladas enfermedades profesionales originadas en las fundiciones, fábricas de vidrio, de cerámica y de tejidos ; en los almacenes de aceitunas y de corchos, y en la falta de higiene en los corrales de vecinos y de medicinas adecuadas. La esperanza de vida de los sevillanos de principios del siglo XX era de 35 años.
La Cruz Roja se instituyó oficialmente en Sevilla en 1907, y su primer presidente fue José Sánchez Lagano, entre 1907 y 1911. A él correspondió organizar la campaña contra la epidemia de tifus de 1909, que produjo numerosas víctimas. Luego, cuando la mortífera epidemia de gripe de 1918, la Cruz Roja volvió a tener un comportamiento ejemplar presidida por Polión Zuleta y de los Reales Carniceros, que estuvo en el cargo desde 1911 hasta 1923.
Durante la epidemia de gripe de 1918 tuvo un comportamiento ejemplar el médico y anarquista Pedro Vallina Martínez (Guadalcanal, Sevilla, 29 de junio de 1879- México, 14 de febrero de 1970), que nosotros reseñamos con amplitud en los libros El Moscú sevillano (Universidad de Sevilla, 1990), y ¡Bienvenido a Sevilla, camarada Alexis ! (Editorial Castillejo, 1993). Su vida está recogida en sus Memorias (Centro Andaluz del Libro & Libre Pensamiento, Madrid y Sevilla, 2000). Además se incluyen testimonios sobre su vida y bibliografía.
No sólo fue un médico volcado a favor de los enfermos de gripe, sino que fundó en Cantillana un sanatorio anti tuberculoso para atender a los enfermos pobres de toda la Sierra Norte. El doctor Vallina, como era popularmente conocido, es uno de los personajes claves de la lucha obrera del siglo XX, un hombre que donde quiera que estuvo dejó huella de humanista entregado a los más débiles.
Fuente: diariodesevilla.es