•  Un nuevo fallecimiento eleva a 13 el número de muertos en su puesto laboral desde julio

    Diecisiete trabajadores resultaron heridos, ninguno de ellos de gravedad, en una explosión registrada en la madrugada de ayer en una de las plantas que la acería Tubacex tiene en Amurrio. Cuatro de ellos seguían ayer tarde en observación. No fue el único accidente laboral de las últimas horas. El martes fallecía un trabajador inmigrante rumano al caerle encima en Beasain el pino que estaba talando, según confirmó ayer Osalan. El verano ha acabado con el descenso de la cifra de muertos en accidentes de trabajo regiustrados al inicio del año. Si en el primer semestre fallecieron 19 personas, un 47% menos que en el mismo periodo de 2005, en julio y agosto ya se han registrado 13 muertos.

  •  Un nuevo fallecimiento eleva a 13 el número de muertos en su puesto laboral desde julio

    Diecisiete trabajadores resultaron heridos, ninguno de ellos de gravedad, en una explosión registrada en la madrugada de ayer en una de las plantas que la acería Tubacex tiene en Amurrio. Cuatro de ellos seguían ayer tarde en observación. No fue el único accidente laboral de las últimas horas. El martes fallecía un trabajador inmigrante rumano al caerle encima en Beasain el pino que estaba talando, según confirmó ayer Osalan. El verano ha acabado con el descenso de la cifra de muertos en accidentes de trabajo regiustrados al inicio del año. Si en el primer semestre fallecieron 19 personas, un 47% menos que en el mismo periodo de 2005, en julio y agosto ya se han registrado 13 muertos.

    El accidente de Tubacex se registró a las 2.35 de ayer tras un derrame de caldo de acero fundido que alcanzó una zona con agua, lo que produjo una explosión y una gran nube de polvo. El informe de Osalan (Instituto de Salud y Seguridad Laboral) señala que la caída de la cuchara se debió al «deficiente encaje» del yugo que recoge el recipiente mientras éste se encuentra suspendido a una altura de dos metros del foso, en el momento en que se vierte el acero líquido (colada) del horno sobre él, según cita Europa Press.

    Tras llenar la cuchara, un operario se percató del incorrecto enganche e intentó solucionarlo bajando la cuchara al suelo. En ese momento, el yugo se soltó, lo que motivó el vuelco de la cuchara y el consiguiente vertido del caldo al suelo y la explosión al entrar en contacto con el agua. La dirección de Tubacex ofreció una versión similar del accidente.

    Osalana añade que la onda expansiva rompió varios cristales y partes del recubrimiento de chapa de la nave. Además, generó una nube de polvo que afectó a los trabajadores que se hallaban en la zona. De los heridos, 13 fueron atendidos en tres hospitales vizcaínos, donde fueron dados de alta a lo largo del día, mientras que los cuatro restantes permanecían ayer tarde en observación en el Hospital de Cruces por inhalación de humos. Se espera que sean dados de alta hoy.

    Tubacex espera poder reanudar la actividad en esta planta esta misma semana. La empresa aseguró que el accidente no afectará a la producción de tubos sin soldadura en acero inoxidable, que se realiza en otras plantas de la firma. El resto de las instalaciones de la acería de Álava así como las filiales del grupo trabajan con «normalidad».

    Críticas al Gobierno

    Mucho más grave fue el otro accidente laboral registrado el martes y hecho público ayer. P.M., un trabajador rumano de 33 años, murió en una zona de difícil acceso en la carretera a Mandubia, en el barrio de Garin de Beasain, hacia las 17.15 de esa tarde. El pino que estaba talando se le cayó encima y le aplastó. Su cadáver tuvo que ser recuperado por los bomberos de la Diputación de Guipúzcoa. Residía en Ondarroa y pertenecía a una empresa afincada en Mutriku.

    Estos dos nuevos accidentes llevaron ayer a todos los sindicatos a reactivar sus duras críticas a la gestión de la siniestralidad laboral por parte del Gobierno autónomo. El Departamento de Empleo y Seguridad Social aseguró en un comunicado que trabaja para mejorar la prevención de los siniestros e hizo un llamamiento a «todos los agentes» para que «asuman sus respectivos papeles con responsabilidad».

    Pilar Collantes, secretaria de Acción Sindical de UGT, también pidió responsabilidades, pero su objetivo fue el Gobierno, al que reclamó que sea capaz de sentar en una mesa a todos los agentes sociales implicados para tratar este problema. Collantes, quien acusó al Ejecutivo de falta de voluntad, aseveró, en referencia a la central nacionalista ELA, que se debe convocar la mesa y que quien no quiera acudir deberá asumir sus responsabilidades.

    El responsable de salud laboral de CC OO, Jesús Uzkudun, calificó de «especialmente dramáticos», por lo que a siniestros laborales se refiere, los meses de julio y agosto. Lamentó que las compañías realizan tareas de mantenimiento y reparación, en las que coinciden contratas y subcontratas, «sin ninguna coordinación y con menos recursos preventivos que nunca». Uzkudun sostuvo que «las empresas no tienen la prioridad de proteger la seguridad y la salud en el trabajo» y que hace falta un compromiso «serio» de los gobiernos central y vasco para acabar con la siniestralidad laboral.

    Su homólogo de LAB, Ibon Zubiela, reclamó al Gobierno, «con el consejero Joseba Azkarraga, como máximo representante del Departamento de Empleo», que dé un «golpe de timón» en materia de prevención de riesgos laborales que haga realidad «el derecho de los trabajadores a su salud y a su vida». El sindicato abertzale criticó a Tubacex, pues, pese a conocer las deficiencias del sistema de refrigeración que provocaron el charco de agua debajo de la cuchara hace dos días, no detuvo la producción.


    GARA

    Tubacex sabía cómo evitar el accidente

    El accidente de Tubacex no tuvo, afortunadamente, las consecuencias en víctimas humanas que cabía temer por su gravedad y espectacularidad, así como por los daños materiales ocasionados. Pero el hecho de que haya habido circunstancias, como el haberse producido en el turno de noche, que en esta ocasión han jugado a favor de los trabajadores afectados, no relativiza ni un ápice la gravedad de los hechos. Y si es cierto que hay que felicitarse porque las heridas de los diecisiete trabajadores afectados fueran de carácter leve, ello no puede llevar al equívoco de relativizar la denuncia ni de permitir a esta empresa ni a ninguna otra que jueguen con la vida de sus empleados como si de una ruleta rusa se tratara.

    El primer informe de Osalan y la denuncia de LAB en torno al accidente coinciden en los motivos del mismo : el deficiente encaje del yugo que recoge el recipiente ocasionó la caída de la cuchara con hierro fundido, y el agua en el suelo ocasionó la explosión. Con esos datos en la mano cabe decir que si la gran mayoría de « accidentes » laborales se habrían evitado de haberse observado las necesarias medidas de seguridad, ello es más cierto aún en este caso, ya que los trabajadores habían avisado a la empresa de la existencia de una fuga de agua. Pero no se paró la producción, a pesar del evidente riesgo que supone, según advierten instancias como la OIT, y a pesar de que al menos otros dos accidentes de las mismas características se han producido en los últimos años en Euskal Herria : en ACB de Sestao, con seis trabajadores heridos ; y en Amurrio Ferrocarriles, con la muerte de un trabajador. La « suerte » ha estado ahora de lado de los trabajadores, pero la única manera de garantizar la integridad física y la salud en el puesto de trabajo es extremar la seguridad y poner la salud y seguridad de los empleados por encima de la producción. Algo que no hizo Tubacex.

    Ayer también se conocía que un trabajador falleció el martes en Beasain mientras talaba pinos. Con él, son al menos 64 las personas que han perdido la vida este año en Euskal Herria en el desempeño de su labor profesional. La siniestralidad laboral se ceba fundamentalmente en sectores donde la precariedad es la norma, pero lo visto en la jornada de ayer demuestra que no cabe bajar la guardia en ningún espacio, en ningún sector. Muy al contrario, es necesario que de una vez por todas se aborde una política de prevención y sanción que resulte eficaz en todos los ámbitos de la actividad laboral. –


    Fuente: EL PAIS / GARA