Artículo publicado en Rojo y Negro nº 377, abril 2023

Vaya por delante que este artículo recopila una serie de reflexiones personales sobre la manifestación de nuestra organización el día 11 de marzo de 2023, en la ciudad de Barcelona, y remarco lo de “personales”, pero no por ello eludo mis responsabilidades como parte del Secretariado Permanente Confederal, en este periódico que pretende dar voz a todas las personas que quieran manifestar la suya para compartirla con compañeras, compañeros, compañeres.

El día 11 de marzo, en Barcelona, salimos a las calles contra la subida asfixiante de los precios y la continua, y cada vez más lesiva, pérdida de poder adquisitivo, porque el sistema capitalista está colapsando, pero no para en su lógica macro-necropolítica de extractivismo y acumulación. Y mientras las varias grandes fortunas crecen sin parar, la clase trabajadora asume las consecuencias de esa crisis a costa de precarizar su vida cada día más y de ver lastrada su capacidad de reacción por el aumento de la criminalización de la protesta en un ataque constante contra derechos y libertades. Para nuestros gobernantes han pasado a un segundo plano tanto el derecho a la vivienda, el derecho a una sanidad pública y de calidad, el derecho a una educación pública y de calidad, el derecho a una pensión pública, el derecho a leyes laborales que protejan a la clase trabajadora de cualquier origen, el derecho a comer dignamente, el derecho a la suficiencia energética, el derecho a vivir en un planeta habitable, el derecho a vivir en paz, el derecho a no sufrir violencias discriminatorias, el derecho a la protesta y hasta el derecho a la libertad de expresión.

El 11 de marzo salimos a afirmar que otras políticas de equidad y reparto son posibles y necesarias y a denunciar el aumento de las desigualdades y la inacción de los poderes públicos ante la presión del capitalismo, preocupados por tener una paz social forzada, pero no en garantizar las libertades y derechos.

Las luminosas luces de esa manifestación están llenas de sensaciones positivas, las que nos embargan a todas cuando por una causa justa nos unimos para salir a las calles, para llenarlas con nuestras reivindicaciones, para seguir en el camino de transformación de nuestra sociedad hacia una más justa, solidaria, sorora e igualitaria.

Cómo no resaltar esto como importantísimo, esa especie de fiesta interior cuando miras a tu alrededor y en todas las direcciones ves a tus compañeras, compañeros, compañeres de la CGT, que es lo que todas sois, personas increíblemente capaces, con tantísimo que aportar a esta fuerza transformadora que es nuestro anarcosindicalismo, frente a nuestros enemigos reales: el capitalismo, el patriarcado, la patronal, el colonialismo, el racismo, las diversas fobias ante la maravillosa diversidad de nuestra clase. Me dan igual las cifras oficiales. ¡Éramos muchas, muchísimas! Nos llenó el entusiasmo. Pudimos leer en nuestras pancartas, en nuestras camisetas: “¡Contra la subida asfixiante de los precios y el incremento de la vida, muévete!”, “Por la recuperación del poder adquisitivo, inundemos las calles”, “No a los recortes salariales”, “Por la conservación de nuestros puestos de trabajo, no al ERE en GRIFOLS”, “Salario digno para una vida digna”, “No hi ha nit sense dia, ni llibertat sense anarquia”; “Convenio digno, salario justo, Bicing BCN en lucha”; “Vaga a Correus per un conveni just”, “Treballadors en lluita pels nostres drets, a la vaga general!!”, “No a la precarización de los aeropuertos”, “+precariedad = -seguridad”, “Contra el abuso de la patronal, lucha sindical”, “No más despidos, MITMA abre los ojos”, “Por la recuperación del poder adquisitivo”, “Por la recuperación de lo público”, “L’Administració Pública en lluita!”, “Sector social en Lluita, prou retallades, organitzem-nos!”, “CGT, Ni nos vendemos ni nos rendimos”, “Contra la pujada asfixiant dels preus, lluita obrera”, “Per la recuperació del poder adquisitiu”, “La classe treballadora ens estem quedant sense oxigen, surt al carrer, defensa els teus drets! Nos unimos todas a cada grito, a cada reivindicación, a cada paso recorriendo Barcelona.

Y vinieron también compañeras de CNT-Solidarité Ouvrière y de Union Syndicale Solidaires, siempre bienvenidas, y a las que agradecemos mucho su presencia en esta jornada.

Pero siendo muchas, muchísimas militantes, todas sabemos que tendríamos que haber sido muchas más. No creo que haya movilizaciones pequeñas. Pero ¿está justificada la manera inicial de convocarla? Entre esas federaciones convocantes encontramos sindicatos que también la desconocían y hasta federaciones enteras que no funcionan. El loable impulso de generar una movilización, que en la Plenaria Confederal todas consideramos necesaria, hizo que el entusiasmo no hiciera corresponder a los fines con los medios. ¿Fue respetuosa con toda la afiliación esa especie de política de hechos consumados? Incluso una vez aprobada en nuestra Plenaria, se difundió por una parte, esa que hace pensar en un grupo de persones que funcionan como un secretariado permanente paralelo, como si no fuera toda la Organización la que la convocaba, por lo que no es de extrañar que tantísimes militantes no se sintieran interpeladas por el llamamiento. ¿Esto suma algo a la organización? También impidió la posibilidad de co-convocarla, tras el lógico trabajo de coordinación, con otros sindicatos y otras organizaciones sociales unificando así las luchas y siguiendo los acuerdos de nuestro último congreso como herramienta para darle la vuelta a todo el maltrato que sufre la clase trabajadora día a día. ¿Esto sumó o restó a la lucha de la clase trabajadora? Esperemos que estas formas no vuelvan a repetirse.

Otra sombra que nos atravesó a muchas fue la elección de una fecha que pudiera parecer que no concedía todo el valor que se merece el esfuerzo de tantes compañeres preparando no solo el 8 de marzo, nuestro día de la mujer trabajadora, sino también el día de huelga general convocado ese 8 de marzo en varios territorios. No quiero dejar de reflejar que el intento de cambiar esta fecha no tuvo éxito, y que me hace cuestionarme el compromiso de nuestra organización con la igualdad real de todos los seres humanos y sus luchas.

Y para terminar, vivo en Alcalá de Henares, no quiero dejar de mencionar la tristeza que me produjo la elección final de esta fecha que, para mí y para otras muchas, es un día para homenajear a todas las trabajadoras y trabajadores, a sus hijas e hijos y padres y madres —la oligarquía no viajan en trenes de cercanías— que murieron o resultaron con graves heridas el 11 de marzo de 2004 en los atentados a los trenes entre Alcalá y Atocha. Siempre es la clase trabajadora la que alimenta las cifras de muertes y heridas por daños colaterales o directos. No quiero terminar de hablar de un 11 de marzo sin expresar mi sincero homenaje a la memoria de todas estas víctimas.

Luces y sombras en nuestra manifestación, decía. No dudo, así lo espero, que la próxima será solo de luces transformadoras

Carmen Arnáiz

 


Fuente: Rojo y Negro