Carme Jareño, secretaria general de Transportes, Comunicación y Mar de CGT València y trabajadora de FGV Metrovalencia
Este próximo 29 de Mayo la ciudadanía valenciana está llamada a secundar una Huelga que debería ser la respuesta contundente que merece un gobierno que ha ignorado durante ya siete meses el clamor en las calles de quienes con sus votos los mantiene en el poder.
Hay una herida abierta desde el 29 de Octubre de 2024 no sólo por los hechos acaecidos, sino por la gestión que de ellos se hizo ese mismo día y la falta a asunción de responsabilidades. El máximo responsable es el President de la Generalitat, pero sabemos que no es el único.
Los sindicatos convocantes de esta huelga cuentan con el respaldo de los Comités de Energencia y Reconstrucción, el del Movimiento por el Derecho a la Vivienda y recogen el descontento de quienes han salido cada mes a la calle para reclamar responsabilidades a los culpables, así como justicia y reparación para las víctimas.
Esta huelga, como todo lo que marca la vida pública, incluyendo la actividad principal que nos define como clase “trabajadora”, es política. Quien quiera esquivar este término es muy posible que sea por razones políticas que no quiera reconocer. Vivir es tomar partido. Tal vez, quienes rehuyen este compromiso, apoyan determinadas opciones políticas más que quienes estamos en sindicatos como CGT, cuya premisa principal es defender nuestros derechos gobierne quien gobierne.
El 29 de Mayo estamos todos y todas convocados a realizar esta Huelga.
Si en alguna empresa debería tener sentido que el seguimiento sea mayoritario es en FGV.
Venimos de un conflicto que no está cerrado. Hemos realizado paros parciales, entre otras razones, por la Dana.
Somos una empresa pública gestionada por el gobierno valenciano. Fuimos directamente afectados y sólo la suerte nos ha salvado de tener que contar víctimas entre los trabajadores o los usuarios de nuestro servicio.
En FGV todavía nadie ha asumido las actuaciones que se llevaron a cabo durante el 29O. Nadie se ha disculpado por su actuación y ello a pesar de poder eximir su responsabilidad por falta de información. Desde luego, más que alinearse con aquellos trabajadores que sufrieron, parece que la salida de quienes nos dirigen es siempre hacia adelante y del lado de quienes, desde más arriba, deberían asumir la responsabilidad de no haber velado por la seguridad de trabajadores y usuarios. Quienes se ponen de perfil, sin duda toman partido y no precisamente por nosotros. Quienes siguen bajando la cabeza ante los clase política, sí que toman partido y continúan salvaguardando sus cargos.
Si el sufrimiento de muchos de nuestros compañeros, tanto en su puesto de trabajo como en las zonas afectadas en las que viven, no es causa suficiente para decir basta y pararlo todo, pues ya no podemos apelar a casi nada.
Hablar de cómo se está haciendo la reconstrucción, de cómo se van a hacer más ricos quienes reconstruyen incluso estando ya imputados por la justicia. Hablar de cómo quienes ya ponían en jaque nuestros derechos laborables nos piden arrimar el hombro y aguantar el todo vale mientras ellos callan sus errores bien o mal intencionados. Hablar de cómo nos van a vender porque ahora sí que son muy malos tiempos para la reivindicación …
Hablar podemos hablar en corrillos y por lo bajo. Pero alguna vez deberíamos actuar. La Huelga es una herramienta. Sirve más de lo que nos quieren hacer creer. Pero hay que atreverse. En nuestras manos está.
Fuente: Gabinete de Comunicación de la Confederación General del Trabajo del País Valenciano y Murcia