Artículo publicado en Rojo y Negro nº 394, noviembre 2024
Entrevista a Daniel Martín del Sector de Químicas – Valladolid
Muy buenas, soy Daniel Martín, tengo 34 años, de los cuales llevo 18 trabajando, ahora estoy en una fábrica de neumáticos en Valladolid y pertenezco al sector de Químicas. Vivo en zona de Pinares en una casa tranquila, libre de ruidos y aglomeraciones, con espacio para pasear tranquilamente con mi familia y mis perros. Soy aficionado al mundo de la música, pero sobre todo a vivirla en compañía de mis amigos en conciertos.
En la actualidad soy delegado de CGT que conocí porque cuando entré en una gran empresa (antes estaba en empresas pequeñas que no tenían representación sindical) me abordaron de otro sindicato mayoritario para afiliarme y, al no conocer mucho cómo iba, me afilié, pero no tardaron mucho en defraudarme repetidas veces hasta que conocí a Carmelo, un delegado de CGT que me ayudó en todo lo que necesitaba y me ayudó a dar caña en las cosas que yo creía necesarias. Desde ese momento vi que otro modelo de lucha era posible y que había un sindicato con mis mismas reivindicaciones y ganas de pelear por el bienestar de la clase trabajadora, que es lo que soy.
En mi opinión, hoy en día no hay conciencia de clase obrera. Todo el mundo se cree que es dueño de la empresa o que va a llegar a serlo. Nadie lucha, se conforman con su BMW de hace 25 años y su iPhone última generación. Cuando se dan cuenta de que cuesta llegar a fin de mes con el salario, son los primeros en levantar la mano siempre que dicen de hacer horas extras, sacrificando su conciliación familiar por conseguir unos estándares de clase media que no llegan nunca y sin tener una mínima conciencia de lo que supone la destrucción de empleo o la no contratación de personal al realizar esas horas. Es triste ver la situación y la poca concienciación que tenemos en esta sociedad sujeta a este sistema capitalista que premia a los que más quieren aparentar y ostentar ante esa falta de solidaridad social como compañero de trabajo.
Hace poco escuche en un podcast una frase que me gustó mucho: “si en la cena de navidad las 12 sillas de la mesa no son iguales, no eres clase alta”.
El primer trabajo es concienciación, explicar los motivos de nuestras luchas, ya que sin saber que somos obreros, no llegamos a ningún sitio. Hacer ver a los “compañeros” que en las fábricas se necesitan fabricantes, que no vas a llegar a heredar la empresa ni a ser director de nada y, cuando consigamos inculcar eso, la gente luchará por sus derechos de otra manera alejándose de otros sindicatos mayoritarios que vagamente miran por el trabajador.
También necesitamos alta presencia en redes mostrando todas las acciones, manifestaciones, luchas y apoyos que realizamos para que sea más visible nuestra labor.
Como he ya he dicho, en las empresas hay empresarios, lo que contratan estos empresarios son trabajadores y los trabajadores trabajan… que no se confundan, nunca serán empresarios. Los Amancio Ortega que empezaron con una máquina de coser o los Amazon que salieron de un garaje y un ordenador son mentira. No te creas todo lo que sale por la tele.
Tenemos que entender que cuando hacemos una huelga no se hace porque sí, se hace para intentar mejorar un aspecto y si ni siquiera luchas por una subida salarial en tu empresa que te repercute mes a mes… Hay que luchar por mejorar tu vida de ahora, cuando seas un Amancio o un empresario ya verás qué te conviene, pero mientras tanto lucha por tu pan y hazlo ahora, ¡mañana ya será tarde!
En CGT tenemos que hacer que la afiliación tenga mayor presencia en las calles y en las asambleas, ¡la participación en este sindicato es vital! Cuando los trabajadores y trabajadoras paran al almuerzo, a tomar un café, a realizar un descanso ya no hablan entre sí, están pegados al teléfono viendo a los influencers de turno o atendiendo la desinformación de las redes. Se les olvida comentar con el compañero que tal está o qué tal se lo pasó el fin de semana. ¡Empecemos hablando y compartiendo nuestras opiniones!
Fuente: Rojo y Negro