Artículo publicado en Rojo y Negro nº 393, octubre 2024

Se cumplen, en este 2024, cuarenta años del Congreso de Unificación. Veníamos de una situación deplorable: dos escisiones en la recién reconstruida CNT en un escaso periodo de tiempo. ¿Qué había pasado en tan corto espacio de tiempo para que se dieran estos procesos de ruptura en una organización que apuntaba a ser un importante referente del sindicalismo posfranquista en nuestro país? Ya se ha escrito bastante sobre este tema y yo aconsejo a los y las lectoras interesadas que no dejen de acercarse a la bibliografía citada abajo1 para profundizar en este tema. Pero, hoy, las reflexiones que constan a continuación pretenden abordar qué se ha hecho de este proceso de recomposición del anarcosindicalismo hispano que supuso el Congreso de Unificación.

Un poco de historia
El citado Congreso reunió a un importante sector de la CNT-AIT, escindido del resto de esta organización a raíz de su Congreso Extraordinario de 1983, con la CNT-Congreso de Valencia (CNT-CV), escindido anteriormente, en 1980. Celebrado en 1984, supuso una nueva etapa en la andadura del movimiento sindical de inspiración libertaria.
En su larga historia, el anarcosindicalismo en España no ha dejado de plantearse como objetivo principal el que ya se recogía en la Carta de Amiens en 1906 bajo la denominación de “sindicalismo revolucionario” y que vinculaba estrechamente la acción reivindicativa cotidiana con la transformación de la sociedad en otra nueva, sin clases, justa, solidaria, libertaria. Y todo esto a partir de un sindicalismo autónomo e independiente de las organizaciones vinculadas a la actividad política institucional ya se llamaran partidos, “lobbies” o grupos de presión mediática o financiera, además de las influencias religiosas y de todas aquellas formas de dominación que han recorrido y recorren la historia de este país.
Pero, a la vez que el objetivo revolucionario de transformar la sociedad se convertía en un objetivo común a la mayoría de las ideologías de izquierda, aparecían distintas propuestas para alcanzar ese objetivo común que eran defendidas y objeto de debates, a veces virulentos, entre los partidarios de unas u otras, en los círculos sociales que frecuentaban lxs trabajadorxs, fueran bares, casas del pueblo o ateneos libertarios.
También pasó en los medios del sindicalismo revolucionario: en la recién estrenada Solidaridad Obrera de los años 10 como, luego, en los años siguientes, en CNT (así lo atestiguan las actas de los comicios que se celebraban entonces). Fueron esos debates los que iban fijando las ideas fuerza del ideario anarcosindicalista: se escribía en la prensa obrera, se contestaba, se debatía; luego, los delegados y delegadas de los sindicatos llevaban los acuerdos de sus asambleas sobre las propuestas que se habían planteado a las conferencias, plenos y congresos donde se tomaban los acuerdos que, luego, todxs respetaban. Y lo que en un comicio anterior se había echado abajo, se aprobaba en otro porque las experiencias, las nuevas condiciones o urgencias de la clase obrera así lo aconsejaban o así lo entendía la mayoría del congreso o comicio correspondiente. Es verdad que, a veces, se erraba porque tal o cual acuerdo no era el más aconsejable y, por eso, después, en otro comicio se podía volver a discutir y se podía rectificar. Y todos los sectores que habían defendido planteamientos diferentes respetaban los nuevos acuerdos porque, por encima de todo, primaba la conciencia de clase, el convencimiento de que lo importante era la unidad de los trabajadores frente a los detentadores del poder que los subordinaba y sometía.
Este modo de ir construyendo desde abajo las alternativas, el ideario anarcosindicalista, revisando cuando se consideraba oportuno los postulados y las estrategias a la vista de las nuevas condiciones sociales, de las nuevas estrategias del capitalismo para seguir subordinando al proletariado, es lo que ha permitido que aquel haya ido enriqueciendo su acervo, sus contenidos ideológicos, manteniendo el vigor y la actualidad de los que goza hoy frente a otras ideologías de la izquierda nacidas de elaboraciones teóricas construidas desde arriba, que unos y otros se han dedicado a interpretar en un proceso de desgaste que las ha ido arrumbando hasta convertirlas en reliquias del pasado… o en vergonzantes reproducciones de las propuestas reformistas que acaban siendo engullidas por el capitalismo en sus distintas formas de presentarse.
El Congreso de Unificación respondió a este modo de hacer, pero no fue fácil: no fue un plato de gusto para todas y todos los miembros de los dos sectores confederales que se unificaban: estaban recientes las agresiones y los enfrentamientos injustificables en los que habían intervenido algunas de las personas que participaban en el proceso de unificación. Costó el abandono de algunos militantes que no aceptaron volver a verse las caras con los que se habían enfrentado, pero otros y otras pensaron que merecía la pena intentarlo y se pusieron manos a la obra: se pusieron en marcha procesos de debate, asambleas desde abajo convocadas a nivel de sindicatos, federaciones locales y regionales de las dos partes confluyendo en un congreso donde se debatieron estrategias de cómo enfrentar el futuro de los trabajadores en su lucha por un mundo mejor, más justo y solidario y qué papel debía de tener esta renovada organización anarcosindicalista para llegar a los explotados y explotadas, a los que estaban sufriendo la agresión permanente del voraz capitalismo, teniendo en cuenta tanto el contexto social, económico y político del momento y las experiencias y prácticas exitosas y fallidas de los años anteriores.
Insisto, no fue fácil el acuerdo. Las razones de las rupturas anteriores no eran las mismas. Para los de CNT-CV fue, principalmente, la falta de confianza de una parte de un sector de la CNT exiliada en los jóvenes que se acercaban a la CNT que se estaba reconstruyendo en los años 70, estancado en los años de posguerra y en el modelo de la CNT de la guerra civil y que trató de imponer, por todos los medios, sin establecer el necesario diálogo/debate intergeneracional con los recién llegados. Para el sector de la CNT-AIT que se unificaba fue la participación en las elecciones sindicales como táctica para llegar a los trabajadores y trabajadoras para salir del aislamiento en que se encontraba la Organización. De hecho, la convivencia de los dos sectores costó muchas reuniones y más de un congreso extraordinario para abordar los problemas que se suscitaban en la aplicación de la nueva táctica sindical que pretendía utilizar la participación en las elecciones sindicales para recuperar el papel principal de los sindicatos en la acción sindical de la empresa.
Pero se acataron los acuerdos de los comicios donde se trataron los problemas, se impuso la conciencia de clase por encima de las razones personales y de grupo. Y la nueva organización, la CGT (denominada así “por imperativo legal”, como se decía entonces, al perder el contencioso sobre la titularidad de las siglas) se abría camino entre los y las trabajadoras creciendo sin renunciar a los objetivos finalistas, buscando cómo ir arañando derechos y consolidando su fuerza en los tajos y fábricas, penetrando en todos los sectores laborales, llegando a conseguir ser la organización sindical que más conflictos colectivos y movilizaciones ha desarrollado en Cataluña en el año 2023)2.

¿Se han resuelto todos los problemas que la nueva andadura viene planteando?
Muchos de ellos sí porque continuamente se está revisando cómo hacer frente a los señuelos y engañifas que se plantean desde el Capital, pero también desde el reformismo sindical y la mediocre política de la izquierda, asumiendo que no van a dejar de existir y nuestra tarea es la de seguir buscando alternativas, corrigiendo nuestros fallos, celebrando nuestros éxitos y ofreciendo a las trabajadoras y trabajadores una Organización que no se vende, que pelea con todas sus fuerzas por los derechos de los trabajadores y trabajadoras, que no se cree el ombligo del mundo pero pone toda la carne en el asador para avanzar hacia otra sociedad mejor, más justa, más solidaria, más libertaria.
Pero otros todavía no porque no es fácil combatir contra la cultura del individualismo, del corporativismo, del consumismo y de la tentación del uso del poder que desde los años del franquismo todas y todos hemos mamado.
Por eso, hoy celebramos una victoria de los trabajadores y trabajadoras que sobrepusieron su conciencia de clase trabajadora y sus objetivos emancipadores por encima de sus planteamientos de grupo y se unieron en el conocido como Congreso de Unificación en 1984, hace 40 años, poniendo en pie esta CGT que se ha ido abriendo camino en la lucha sindical y es un estímulo para muchos y muchas trabajadoras que la tienen como referencia y que debemos aprovechar para renovar nuestro compromiso de defender lo que es producto del trabajo y el esfuerzo de muchos compañeros y compañeras que a lo largo de estos años se han dejado, y se siguen dejando, la piel por defender esta Organización: abierta pero fiel a sus contenidos libertarios, luchando contra los brotes de esos vicios “culturales” enunciados arriba, promoviendo la participación frente a los atisbos de poder, la solidaridad frente al corporativismo, la transparencia y la actitud ética frente a los que quieran apartarla de su camino, porque esa es la expresión práctica de esa hermosa frase que ponemos en nuestras camisetas y escritos: “llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones”.

Carlos Ramos

Ex-secretario general de CNT CV

1 Sugiero algunos de los libros publicados: VV.AA.: CNT: ser o no ser. La crisis de 1976-1979, Ruedo Ibérico, 1979; Gómez Casas, Juan: Relanzamiento de la CNT 1975-1979, CNT-AIT Regional del Exterior, 1984; Carmona, Pablo: Transiciones. De la asamblea obrera al proceso de pacto social (1976-1981), FAL, 2004; Wilhelmi, Gonzalo: El Movimiento libertario en la transición. Madrid, 1975-1982, FSS Ediciones, 2012; González, Héctor: La CNT asturiana durante la transición española, KRK, 2017; Casado, Reyes: La transición en rojo y negro, 1973-1980, FSS Ediciones, 2018; Bellver, Vicente: Hilos rojinegros. El movimiento libertario en Valencia en el postfranquismo (Valencia, c 1968-1990), Postmetropolis, 2021; Julián Vadillo: Historia del Movimiento libertario español. Del franquismo a la democracia. Catarata, 2023; Torres Ryan, Maggie: Anarquismo y cambio político en España. Cisma, polarización y reconstrucción de la CNT (1939-1979), Comares, 2023.
2 Rojo y Negro, núm. 386, de febrero de 2024.


Fuente: Rojo y Negro