El terremoto que arrasó regiones de Kurdistán, Turquía y Siria en la madrugada del lunes 6 de febrero ha dejado decenas de miles de personas muertas, heridas y sin casa. Según datos del viernes 10 de febrero son ya más de 22.000 muertos. En Turquía y Bakur (Kurdistán del Norte) hay más de 18.300 muertos y más de 74.000 heridos y en Siria y Rojava (Kurdistán del Oeste) más de 4.100 muertos y 4.000 personas heridas. Se prevé que el balance siga aumentado en los próximos días.
Estas terribles consecuencias no son solo naturales, son fruto del descuido y opresión hacia la población kurda y las poblaciones trabajadoras que viven en edificios inseguros y efecto de la política de destrucción de pueblos kurdos que llevó a la población a las ciudades en condiciones de vivienda no adecuadas.
Hace tiempo también que hay advertencias por parte de la comunidad científica de una catástrofe en esta región, pero han sido ignoradas por el gobierno turco.
Las personas más afectadas son las que sufren diariamente la guerra y opresión del estado. Son también ahora víctimas de la mala gestión de la crisis por parte del gobierno turco que ha admitido la lentitud de la respuesta dada a la emergencia e incluso también que algunos edificios derrumbados no cumplían con la normativa de materiales de construcción, en un sector donde se han cometido irregularidades para sacar mayor beneficio económico.
En Rojava y Siria, donde han muerto alrededor de 4.000 personas, las ayudas también se ven bloqueadas por las limitaciones de los pasos fronterizos a través de Turquía y las dificultades que ponen las fuerzas de ocupación. Son bandas yihadistas que controlan zonas como la de Afrin y bloquean ayuda de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria e incautan la ayuda humanitaria que grupos autoorganizados recolectan para ayudar a las personas afectadas.
Además de ello, zonas como los campos de refugiadas de Shehba, de personas que huyeron de la ocupación de Afrin y a donde ahora han llegado más personas que huían de zonas afectadas por el terremoto, han sido bombardeadas por el estado turco solo 24 horas después del terremoto.
Ante este fracaso de dar una respuesta a la altura des de los estados a una situación de emergencia, es la población la que ha salido a las calles, se están autoorganizando para proporcionar ayudas, abrir sus casas, atender las necesidades más básicas ante el frío y la desesperación que asola la región.
Ante ello, des de CGT nos solidarizamos con las personas y pueblos afectados de Kurdistán, Turquía y Siria y hacemos una llamada a todo tipo de apoyo, como difusión, denuncia, exigencia de ampliar los esfuerzos de respuesta y apoyo económico para organizaciones locales que están en el terreno junto con las personas afectadas.
Dejamos algunas de las cuentas donde se pueden hacer ingresos que van a organizaciones locales, sin pasar por las redes de los estados y que nos muestran, una vez más, que solo el pueblo salva al pueblo.
- Heyva Sor Kurdistane: Kreissparkasse Cologne. IBAN: DE49370502990004010481. BIC/SWIFT : COKSDE33XXX
- Campaña de ayuda humanitaria de CIEMEN a través de las entidades OSAD i Göç-Der: ES6521000788680200178546
Fuente: Secretaría de Relaciones Internacionales de la CGT