Artículo de Arturo Gómez Fernández publicado en el blog Alkimia de El Salto
Hace unos días me encuentro con una compañera en el mercado de abastos mientras esperaba mi turno para comprar el pan. Llevaba unos meses exiliada de Andalucía en un empleo temporal y acababa de regresar. Tras comprobar que no llevaba dinero en efectivo salió de la plaza en busca de un cajero en donde sacar dinero, lo había intentado el día anterior pero el banco al que había acudido indicaba que era necesario trasladarse 25 kilómetros para encontrar una de las pocas sucursales que quedaban del Banco Sabadell en la provincia.
Fuente: El Salto