CGT Almería denuncia que la precariedad de docentes y personal de administración se extiende a las academias privadas.
Contratados como falsos autónomos o con contratos por debajo de las horas que realmente imparten, cobrando en B en muchas ocasiones por imposición de la dirección del centro, bajo la amenaza del despido, destacan los profesores de las academias privadas que imparten docencia sujetos al ámbito de dirección y organización del titular del centro, aunque sin la protección de un convenio adecuado que proteja sus derechos.
Ya en 2008 el Tribunal Supremo dijo que la relación entre el docente y la academia tiene carácter laboral: el centro se encarga de la «organización académica necesaria para la prestación de servicios». Es decir, cuando la empresa «oferta los cursos al público, organiza los grupos de alumnos, fija los horarios o cobra los importes». Doctrina que repitió en 2019. Dicha situación genera inestabilidad y precariedad: contratos que cesan en periodo estival, vacaciones no disfrutadas o no remuneradas, horas extras y complementos sin cubrir en nómina, categorías profesionales que no corresponden, diferencias salariales entre convenios y contratos que obligan al trabajador/a a aguantar y no denunciar por miedo al despido.
Desde CGT animamos a las personas en fraude continuado a denunciar a inspección de trabajo y demandar a la dirección de los centros privados si la empresa no respeta sus derechos laborales según convenio.
Las desigualdades retributivas generan situaciones de discriminación por razón de sexo. Las mujeres son las peores remuneradas frente a los hombres, aun ejerciendo las mismas funciones.
Y en algunos casos, según nuestros estudios, la empresa exige plena dedicación a su trabajador/a, no pudiendo ejercer relación laboral con otras empresas o por cuenta propia «sin compensación económica expresa».
El modus operandi propio de estas empresas: «atribuyen al trabajador el peso del mercado o de la inestabilidad económica» y, sin embargo, cuando las situaciones económicas son más favorables, las condiciones laborales no son mejoradas en la gran mayoría de los casos. El beneficio económico de la actividad productiva recae exclusivamente en la dirección del centro, mientras sus trabajadores/as siguen explotados, precarizados en sus puestos de trabajo.
Algunas academias de idiomas de la provincia de Almería son muestra de estas prácticas, con innumerables denuncias a inspección de trabajo, como el «Centro de Lenguas de Almería» de Retamar, según hemos comprobado. Habría que hacer un profundo barrido para observar si tales prácticas se repiten en otros centros de la zona, a fin de que tales trabajadores/as conozcan sus derechos y se animen a reclamar a las direcciones de las empresas la mejora de sus condiciones laborales.
El abuso de profesionales jóvenes o familias con personas dependientes, con carreras universitarias y necesidad de entrar en el mercado laboral o mantener sus puestos de trabajo precarizados se extiende tanto a las academias como a la hostelería almeriense.
CGT somos todas.
Fuente: FASE-CGT