El viernes, día 12 de noviembre, Bomberos y Bomberas Forestales de Sarga (dependientes del Gobierno de Aragón, a través de la empresa Sarga) y la BRIF (dependientes del estado español, a través de la empresa Tragsa) saldrán en una nueva MARCHA NEGRA que partirá a las 19h. de la Plaza San Miguel, en Zaragoza, para denunciar la precariedad laboral que sufren y la falta de reconocimiento de la categoría de Bombera y Bombero Forestal, categoría reconocida en el código nacional de ocupaciones de la seguridad social, pero que todavía no está instaurada a efectos reales en ambos colectivos.
Ambos colectivos unirán sus fuerzas un año más para llenar Zaragoza de un grito reivindicativo y mostrar en las calles de la capital aragonesa los problemas que soportan en el día a día.
La categoría conllevaría una mejora sustancial en cuanto a las condiciones laborales, como son el reconocimiento de enfermedades profesionales, una formación acorde para el trabajo desempeñado y unos coeficientes reductores para la edad de jubilación, además de participar en otro tipo de emergencias como son las contingencias en el medio rural y natural, véase últimas borrascas Gloria y Filomena, que dejaron pueblos incomunicados mientras el colectivo engrosaba las filas del inaem. Actualmente las bomberas y bomberos forestales que se queman las pestañas protegiendo el monte y el patrimonio natural y rural aragonés están contratados como peones de la caza y de la pesca, que nada tiene que ver con la labor desempeñada.
Los dos colectivos llevan más de 10 años en mesas informativas, campañas de sensibilización en comercios, mociones en ayuntamientos, entrevistas en comarcas, visitas a partidos políticos, concentraciones, huelgas interminables, numerosas manifestaciones. Toda esta lucha social y laboral es porque creen en el oficio que desarrollan, porque aman su profesión y aman los pueblos que habitan y esta profesión debe ser reconocida e instaurada. Sin reconocimiento no hay profesionalización.
Los políticos responsables en última instancia de la organización empresarial de ambos colectivos han tejido una gran tela de precariedad, una tela que tiene a estos profesionales en mil y una batallas, por la falta de Prevención de Riesgos Laborales, la falta de Formación, con problemas de conciliación familiar por las interminables guardias que sustentan y con jornadas interminables en incendios, además de tener que pasar anualmente unas pruebas de aptitud física que si no las superan se les excluye del desarrollo de su profesión ya que no hay una segunda actividad instaurada, pero con todo esto, sus objetivos no han cambiado, deben ser reconocidos con una categoría laboral acorde, todo el año.
La sociedad debe estar preparada para los cambios que acontecen en la actualidad y en un futuro a corto y medio plazo: despoblación, cambio climático y sus debastadoras consecuencias, incendios forestales fuera de capacidad de extinción que requieren de un alto grado de competencias y capacidades técnicas para abordarlos en condiciones de seguridad, como ya lo hemos vivido estos últimos años.
El colectivo de Bomberas y Bomberos Forestales no va a cesar en su empeño de ser reconocidas y reconocidos a nivel laboral, porque ya sienten el respaldo de la sociedad aragonesa que les cuida y apoya en cada intervención, porque es cuestión de tiempo que consigan sus objetivos, en este espacio solo caben políticas valientes que reconozcan esta necesidad como sociedad y como responsables del patrimonio natural que gestionan.
Hasta que esto ocurra seguiremos viéndoles en las calles, hartas y hartos, clamando a un colectivo que está hasta las cenizas de la precariedad que soportan.
Fuente: CGT-SARGA