Miércoles 4 de marzo a las 19:00h en la Biblioteca Pública de Ceuta
Estas memorias nacen en la intimidad de una vida en plenitud, en el Londres de 1974, sin una invitación expresa a su lectura, sin una intención más allá que la del mero recuerdo nacido de la necesidad de contar una dura experiencia. Va dejando brotar sus letras al tiempo que sus recuerdos, con palabras que se clavan hasta el fondo del alma. De manera espontánea, sencilla y directa, nos va relatando situaciones llenas de crudeza en ocasiones, otras con gran sentido del humor e ironía. Cuenta los hechos tal y como sucedieron pero no desde el odio o el rencor.
Estas memorias nacen en la intimidad de una vida en plenitud, en el Londres de 1974, sin una invitación expresa a su lectura, sin una intención más allá que la del mero recuerdo nacido de la necesidad de contar una dura experiencia. Va dejando brotar sus letras al tiempo que sus recuerdos, con palabras que se clavan hasta el fondo del alma. De manera espontánea, sencilla y directa, nos va relatando situaciones llenas de crudeza en ocasiones, otras con gran sentido del humor e ironía. Cuenta los hechos tal y como sucedieron pero no desde el odio o el rencor. Es un documento donde la realidad allí plasmada va más allá del rigor literario o histórico.
NOTA BIOGRÁFICA
Nacida en Madrid el 11 de abril de 1919 y fallecida en Barcelona el 23 de septiembre de 1982.
Su infancia transcurrió en Madrid, donde disfrutaba de una acomodada situación en un ambiente feliz. A temprana edad inició estudios de piano y recordaba con gran cariño la casa paterna. Esta situación se vio trastocada bruscamente con la pérdida del padre en un accidente de tranvía. La joven se encontró en una situación muy dificultosa en la que los tres hermanos de Lola, siendo casi unos niños se pusieron a trabajar. Ella siempre recordaba emocionada como de común acuerdo todos quisieron proteger a «la niña» y que continuara con sus estudios.
Estudió taquimecanografía en la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País.
Iniciada La Guerra, un día que regresaba a su casa como de costumbre, encontró bombardeada la zona. Al entrar en el hogar halló los restos esparcidos de su madre. Sola, con 17 años, los hermanos en el frente, tuvo que ir a identificar lo que quedaba de su madre. Estas imágenes la persiguieron mucho tiempo, pero ella decía que le quedaba el consuelo de sentir que de alguna manera su madre velaba por ella.
Llegaron los diez años de prisión.
La llegada a Mallorca donde vivían sus hermanos y donde conoció al que sería su marido, Juan París Perelló, después de unos meses de noviazgo contrajeron matrimonio en la Iglesia de San Nicolás. Nacieron sus dos hijas, Catalina y Cristina.
Residentes en Londres por unos años, debido a los estudios de las hijas, se sintió completamente libre, fue feliz en aquellas tierras y allí una imperiosa necesidad de escribir.
Al regresar a Mallorca, la vida prosiguió con cierta placidez y serenidad, truncada por su enfermedad, un cáncer que les llevó a realizar varios viajes a Barcelona, uno de los cuales fue imposible superar. De cerca la siguió su esposo, ya que a los tres meses moría también él.
Fuente: Ceuta/Cultura/Historia