La convocatoria unitaria partió de la Plataforma por los Derechos Sociales de Valencia, integrada por cerca de 40 colectivos. La cadena humana, donde cada participante era fundamental para simbolizar solidaridad y lucha, consiguió extenderse a lo largo de casi un kilómetro, llegando a detener la circulación de la principal vía comercial de Valencia, la calle Colón.
La consigna más coreada, «Las pensiones, no son un negocio», atrajo la atención de numerosos peatones que decidieron unirse a la cadena. Otros simplemente manifestaban su sorpresa ante la original iniciativa.
Una vez formada al completo la cadena, los aplausos recorrieron las dos calles valencianos: era la muestra de la satisfacción por un acto que pone de relieve el rechazo a las medidas regresivas y lesivas contra la clase trabajadora del Estado español, especialmente nefastas para los jóvenes (víctimas del paro y de la precariedad) y para las mujeres.
La consigna más coreada, «Las pensiones, no son un negocio», atrajo la atención de numerosos peatones que decidieron unirse a la cadena. Otros simplemente manifestaban su sorpresa ante la original iniciativa.
Una vez formada al completo la cadena, los aplausos recorrieron las dos calles valencianos: era la muestra de la satisfacción por un acto que pone de relieve el rechazo a las medidas regresivas y lesivas contra la clase trabajadora del Estado español, especialmente nefastas para los jóvenes (víctimas del paro y de la precariedad) y para las mujeres.
La protesta finalizó con la lectura del manifiesto de la Plataforma a las puertas del Banco de España.
Equipo Comunicación CGT-PV
Fotos de Emilio Justicia