Mustafá Abou Atieh es refugiado palestino en el Líbano. Cristina Abou Salem es cubana y madre y esposa de palestinos. Ambos viven en el campamento de refugiados palestino Ein El Hilweh, que está situado en la ciudad de Sidón, al Sur libanés, y trabajan en la asociación Human Call, el único hospital que existe dentro del campo, él como director ejecutivo y ella como responsable de relaciones públicas. Además, ambos colaboran en otra asociación llamada Centro de Solidaridad Social, con las funciones de tesorero y presidenta, respectivamente.
P. : Qué es el hospital Human Call ?
R. : Se estableció en el año 86 y trabajaba como un consultorio para apoyar a los refugiados palestinos. En el año 88 fue legalizado ante el gobierno libanés. En los años 90, con el interés de la UE en los campos de refugiados comienza el apoyo a las asociaciones palestinas, y entre ellas a Human Call. Y con este apoyo se logra ampliar los servicios del hospital. En el año 98 se prepara el departamento de emergencias y se construye la farmacia. En el 2001, cuando el golpe a las torres gemelas, se detiene todo el apoyo internacional a las asociaciones palestinas. Cuando se detienen las ayudas se ven obligados a autofinanciarse : comienzan a cobrar dinero por los servicios médicos a precios muy simbólicos. Desde ese momento empiezan a desarrollarse los otros departamentos.
P. : ¿Cuáles son los grandes proyectos ahora ?
R. : Uno de embarazadas, y otro de atención médica, para aquellas familias que no tienen derecho a la asistencia de la UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo. En el de embarazadas, lo interesante es que la UNRWA está reduciendo los servicios, pues en un inicio todas las embarazadas que estaban registradas como palestinas tenían derecho a dar a luz gratuitamente, en estos momentos, no. Ese servicio se ha reducido sólo para las primerizas que presentan casos de complicaciones, es decir que las otras mujeres se ven forzadas a dar a luz en el hogar sin atención médica sólo con comadronas muy antiguas y con poca preparación, y esto estaba aumentando el número de la mortalidad infantil y el de mujeres por hemorragia. Entonces nosotros decidimos abrir este proyecto donde recibimos a todas aquellas mujeres de la nacionalidad que sea que necesitan dar a luz en condiciones humanas y con atención médica adecuada.
Otros proyectos que tenemos son de orientación profesional, apoyado por un joven español. Este proyecto está muy bien, con él se han graduado ya 31 jóvenes y, de ellos, el 27 % ha encontrado trabajo. La mayoría son mujeres. Este proyecto es muy importante porque es uno de los grandes problemas que presenta la comunidad local:el desempleo y el analfabetismo. También tenemos un proyecto de alimentación y asistencia social a familias de origen muy, muy pobre. Estamos hablando de familias que tienen entre 0 y 3 dólares diarios por persona de entrada. En la mayoría de ellas, el padre está enfermo.
P. : ¿Cuáles son las enfermedades más habituales que tratáis allí ?
R. : En el Centro Social también estudiamos la población, y por tanto, también estudiamos este tema. Hasta el momento hemos estudiado el 2 %, y lo que nos ha dado es que la población pobre, porque de este 2 % la mayoría son pobres, nosotros los dividimos en categorías : A, está entre 0-1 dólares por persona por día ; B, está entre 1 y 2 ; la C está entre 2 y 3 ; y la D es la que está por encima de 3 dólares, que son los “privilegiados”, pues se puede llegar hasta a 8 dólares diarios por persona. En el caso de todas estas familias estudiadas que son todas de origen pobre, tenemos el tema de problemas de neurología, que eran los más altos ; después vienen las alergias. Todo esto condicionado por la forma de vida de los refugiados. Después vienen los problemas de reuma y problemas ortopédicos, también los de urología y por último los de cardiología.
P. : ¿Hay distintos tipos de refugiados palestinos ?
R. : Los palestinos llegaron al Líbano en diferentes etapas : primero la del 48, después los del 56, y después los del 67, y los últimos los del 70, que vienen con la guerra en Jordania. Cada uno tiene una clasificación. Los del 48 son aquellos que fueron registrados por Naciones Unidas a través de la UNRWA, la Cruz Roja Internacional y el gobierno libanés, que obtuvieron un documento, pero no tienen la nacionalidad libanesa. Después del 48, cierra el Líbano las fronteras y saca una declaración de que toda persona que entre después se considera ilegal.
Los del 56, que vienen al Líbano producto de la invasión de Egipto, escapan al Líbano y reciben un carnet de identidad blanco que lo diferencia del anterior, que era azul, ya que estos recién llegados no tienen los mismos derechos que los anteriores, pues el blanco sólo da derecho a estar allí un tiempo pequeño. Los del 67 son considerados ilegales completamente y no tienen ningún derecho, tampoco identificación y no están en ningún registro, por lo que no se sabe cuántos son. Y todos estos palestinos se distribuyen por todo el Líbano, en un principio en 16 campos, pero ahora ya son sólo 12.
P. : ¿La mayoría de los palestinos de esos campos son de la zona de Galilea y Norte de Palestina ?
R. : Sí, claro. La mayoría son palestinos de religión musulmana sunní y unos pocos palestinos cristianos, éstos ya tienen la nacionalidad libanesa. El Líbano tuvo siempre la precaución de mantener apartados a los palestinos sunníes, ya que tenían miedo de que se rompiera el balance de religiones que existe en el país…
P : La autoridad en el campo ¿es palestina ?
R : Claro, el ejército libanés no puede entrar, lo tiene prohibido. Es muy curioso porque hay un cartel escrito en cada punto de control de entrada que dice que se prohíbe al ejército entrar al campo. Estas características que estamos explicando hacen que el gobierno libanés prepare leyes para que los palestinos se mantengan al margen. Una de ellas, es no darles la nacionalidad, otra es no darles los derechos civiles, no tienen derechos políticos, y lo que hacen es obligarles a estar dentro de los campos.
P : Ahora mismo, ¿cuál es la situación en el campamento ?
R : Ein El Hilweh es el mayor de los doce campos que existen en Líbano. Es el más grande en población y en tamaño. Estamos hablando de dos kilómetros cuadrados. Allí viven más de cien mil personas. De éstas, cuarenta y seis mil son los refugiados palestinos considerados registrados. Luego, treinta y seis mil más o menos son los no registrados. El resto de la población son personas muy pobres que entran al campo en busca de mejores condiciones de vida. Mucha gente de ésta es de origen palestino, pero de Jordania, de Siria y de otros países, que vienen a los campos cuando se traslada la revolución palestina al Líbano. Vienen como voluntarios para apoyarla, pero con el tiempo se quedaron en los campos. Este es el grupo que peor vive, porque no tiene documentos y no pueden obtener una residencia.
Una de las leyes que más perjudican al palestino es la de la propiedad, que le impide al palestino tener propiedades o heredar. Aunque yo tenga una situación económica buena, no puedo comprar una casa fuera del campo, o puedo hacerlo pero estoy obligada a inscribir mi casa a nombre de un libanés. Así que al final la casa no es mía, y si me sucede algo mis hijos no pueden heredarla. Otra es la ley que impide a las ONG’s palestinas inscribirse como tales. Tienen que hacerlo también bajo la dirección de un comité libanés. Y es el mismo problema, porque incluso la cuenta bancaria tiene que estar a nombre de los libaneses.
Volviendo a las características del campo, la dirección se divide en dos : quién lo controla políticamente y quién controla la vida social dentro de él. Políticamente se ha creado un comité popular, que está formado por la mayoría de los partidos políticos. La realidad es que quien manda es el más fuerte : Al Fatah. Hamas tiene tanta presencia como Al Fatah, pero la diferencia es que Al Fatah tiene presencia militar y Hamas no. Hamas sólo tiene presencia social. La misión del comité es representar al campo ante el gobierno y controlar la seguridad interna. En la parte social juegan un papel muy importante las ONG’s palestinas y la UNRWA.
P. : ¿Y en cuanto al trabajo ?
R. : El problema del desempleo es el más grave para la sociedad palestina. Está controlado por la ley del trabajo, que prohíbe a los palestinos más de 72 profesiones. Los palestinos, generalmente, son la mano de obra barata. Todo esto no quiere decir que en la sociedad palestina no haya profesionales. Los hay, y muy buenos. Pero de esto se aprovechan las grandes empresas, que no los registran, les pagan sueldos mucho más bajos que a los libaneses, y no tienen derecho a la Seguridad Social.
P. : ¿Y para estudiar ? ¿Hay posibilidades en los campos ?
R. : El problema de la educación en los campos es terrible. Está controlada para los refugiados. Siempre separados niños y niñas y las aulas tienen 50 o 60 alumnos. El porcentaje de analfabetismo es, en las niñas, de un 17 %, y en los niños, de un 30 %. Hay una ley que prohíbe que un niño suspenda, por lo tanto van pasando y cuando llegan a séptimo grado lo hacen sin saber leer y escribir. Otro problema es que la UNRWA no cubre universidad, por lo que muy pocos pueden llegar, aunque ahora se están dando becas, sobre todo a las mujeres, pero hay límite de plazas.
P. : Para terminar, ¿Queréis añadir algo más ?
R. : Estoy sorprendida y supercontenta con este viaje, porque no me imaginaba que la solidaridad con Palestina en España fuera tan grande. Cuando les veo a ustedes, me da un ánimo…