Armado con una cámara de video, este Robin Hood marroquí, cuya identidad aún se desconoce, ha publicado en Internet películas en las que revela la corrupción reinante entre miembros de la policía marroquí.
Se autodefine como francotirador, su arma es una cámara de vídeo, su identidad sigue siendo desconocida y está llevando a la gendarmería marroquí al punto de desesperación al publicar en Internet cuatro películas en las que se puede ver a corruptos agentes de policía recibiendo dinero de los automovilistas.
Desde el pasado verano, ´El tirador de Targuist´ observa las prácticas de la Gendarmería Real en el norte de Marruecos, en los alrededores de la ciudad de Targuist. Sus vídeos, accesibles en la página web de YouTube, han atraído ya a medio millón de usuarios. En el popular sitio web, se puede ver cómo, uno tras otro, los agentes se guardan en el bolsillo dinero que reciben de automovilistas. Las imágenes van acompañadas de sonidos o una divertida musiquilla.
Las tomas han sido hechas desde un camino que atraviesa el Rif, la región montañosa de Marruecos, en la vecindad de Ketma, la «capital del hachís». Esa carretera es un verdadero paraíso para corruptos gendarmes, ya que la utilizan bandas que contrabandean drogas o cigarrillos desde los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, en el norte.
Los medios de comunicación marroquíes describen al «tirador» de vídeos como un héroe que denuncia los abusos, una suerte de Robin Hood moderno que ayuda al ciudadano y, logra mantenerse fuera del alcance de los funcionarios públicos. En este caso, de la Gendarmería Real Marroquí que, al sentirse bastante ridiculizada, ha salido en su persecución, hasta ahora sin resultados. Un grupo de estudiantes de informática que fue detenido, fue dejado en libertad tras que el juez considerara que tan sólo los podía declarar culpable de una intensa pasión por Internet. Además, también se detuvo a algunos de los gendarmes que aparecen en el primer vídeo.
El Rey de Marruecos
La Gendarmería real esperaba que, de esta manera, se habría acabado el episodio. Pero el ´Robin Hood marroquí´ volvió a colocar un vídeo en Internet, con el que demostraba irrefutablemente que los agentes siguen bloqueando la carretera por iniciativa propia, y sacándole dinero a los automovilistas. En su segundo vídeo, el autor incluyó una carta abierta al Rey de Marruecos, Mohammed VI, en la que le solicita su intervención «a la mayor brevedad, para librar a la ciudad de Targuist de sus corruptos funcionarios.»
Mientras tanto, el francotirador se ha ganado una enorme popularidad, tanto en Marruecos como fuera de sus fronteras. Pese a los enconados esfuerzos de los medios para obtener una entrevista con el anónimo bucanero, hasta el momento, sólo lo ha conseguido Tel Quel, una prestigiosa publicación en lengua francesa, a la cual declaró que «la vida diaria se hace insoportable, la Gendarmería Real aterroriza toda la región, aprovechándose de la ignorancia, el analfabetismo y la ingenuidad de la gente que es tratada como si no fuera nadie. No podía seguir con los brazos cruzados, había que hacer algo.»
El fraile Tuck
A principios de esta semana, se realizó por primera vez la detención de cinco automovilistas, conductores de un determinado modelo de furgoneta Mercedes que se pueden observar en los vídeos de YouTube. Estos vehículos son, según parece, el vehículo de transporte preferido de la mafia narcotraficante en esa región montañosa y de difícil acceso. Se afirma igualmente que, en la actualidad, la Gendarmería también tiene agentes de civil patrullando la región para investigar la corrupción entre los gendarmes.
Hasta hace poco tiempo se creía que el ´tirador de Targuist´ actuaba solo, pero en el último vídeo se lanza una advertencia a la Gendarmería, que reza : «Se informa a los interesados que nuestro equipo no sólo opera en la región de Targuist. Nuestro grupo perseguirá a los corruptos donde sea necesario. Y si no cambian sus prácticas, correrán la misma suerte.» Evidentemente, al igual que el Robin Hood original, inglés, esta moderna versión marroquí no puede sin sus fieles acompañantes, el Pequeño Juan y el fraile Tuck.