Afirma no vivir colgada en la utopía, aunque es consciente de que el objetivo de su sindicato, cambiar la sociedad, no es un proyecto realizable a corto o medio plazo. Pero sí considera posible, y necesario, ir dando pasos en esa dirección. El posicionamiento anarcosindicalista y libertario de la Confederación General del Trabajo (CGT) ante la sociedad, la política y la economía daría para llenar infinidad de páginas, pero, por razones obvias, Piedad Manjón incide en que una de las claves está en abandonar la visión, y sumisión, que actualmente se tiene del mercado laboral. « Hemos hecho del mercado laboral el centro de las políticas y las relaciones, y nos hemos olvidado de la vida de las personas, de la dignidad… », destaca esta enfermera, que después de tres décadas trabajando en el Hospital General Yagüe ahora ejerce en el centro de salud de Pampliega.
Lleva nueve años al frente de la CGT, el sindicato más « cañero » del panorama local. Tiene su sede en la planta baja del Edificio de Sindicatos (calles Calera-San Pablo).
Como ocurre en las elecciones políticas, en las sindicales (ahora en curso) también todos ganan. ¿Es así ?
Para nosotros las elecciones sindicales no es un asunto de salir victorioso o no no son un fin, son una herramienta para acercarnos a los trabajadores, darles nuestra opinión y explicarles nuestra forma de ver el sindicalismo, que es muy diferente a la de los demás.
¿Por qué ?
Nuestro primer objetivo es trasladar el mensaje y la forma de ver la sociedad y el mundo del trabajo. Respecto a la anterior pregunta, estamos manteniendo nuestra representatividad en cuanto a delegados. Eso para nosotros supone una victoria por lo diferenciado de nuestro discurso, que se está asentando y encontrando su lugar.
La CGT ha sido fuerte tradicionalmente en varios servicios públicos : Renfe, Sanidad… ¿Sigue siendo así ?
Sí, en el sector público cada vez nos asentamos más. Y también estamos entrando en sectores privados.
Comparten edificio con dos sindicatos y a pocos metros tienen su sede otros cuatro. Écheme un breve discurso para convencerme de que tengo que afiliarme a la CGT y no a otro.
Cuando alguien viene a afiliarse o a informarse siempre le pregunto que de qué conoce CGT. A nosotros nos gusta ’vendernos’ a través de la labor de nuestros delegados y afiliados en los centros de trabajo. La mayoría de los que vienen a afiliarse es porque en su trabajo hay un delegado de CGT que lucha al pie del cañón por los trabajadores. Esa es nuestra mejor arma y tarjeta de presentación. Luego, cómo no, lo que hay detrás de los militantes.
Somos un sindicato anarcosindicalista, libertario, antiautoritario y anticapitalista que, además de defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras, tiene la finalidad de cambiar esta sociedad. Eso nos diferencia de los otros, que nosotros creemos que se están anclando en el sistema actual son partidistas y no buscan la transformación social.
¿Qué abunda más en sus ficheros, hombres o mujeres ?
No lo sé. Quizá sí haya crecido el número de mujeres. Es un tema que no nos preocupa. Lo que sí nos preocupa es la discriminación de la mujer en el trabajo. En cuanto a los problemas de género, lo que creemos que hay que hacer es un cambio de perspectiva en cuanto a la visión del género en esta sociedad. Hay que poner en el centro del debate el bienestar social individual y colectivo.
Eso nos llevaría a buscar soluciones en distintos ejes a los actualmente vigentes.
¿A favor o en contra de las cuotas y los porcentajes ?
Esa forma de ver las cosas sigue poniendo al mercado laboral en el centro de la visión, y nosotros creemos que en el centro deben estar temas como los cuidados para el mantenimiento de la vida. Por ello, las soluciones no van a pasar por unas cuotas de poder concretas. Tenemos que cambiar el chip. Ahora todo lo mercantilizamos, todo. Hay que cambiar la perspectiva y centrarse en la vida, donde está la alimentación, la seguridad, el bienestar…
Por supuesto que no estamos en contra de que haya más mujeres trabajando y mandando, pero creemos que el problema real no va por ahí. Nosotros no tenemos la solución, pero llevamos un tiempo debatiéndolo en CGT. Hay que ser más imaginativos y menos tradicionales.
La sanidad es uno de los temas por los que más ha levantado la voz CGT últimamente, sobre todo en contra de la financiación privada del nuevo hospital…
Sí. El tener un hospital nuevo que facilite los cuidados va a ser estupendo, indudablemente. Pero, más allá de eso, tenemos que ver la financiación y cómo eso va a incidir en la salud de la población. Nuestro criterio es que le vamos a pagar todos y todas, pero va a ser de un holding de empresas, no de todos y todas. Eso va a endeudar a esta comunidad. Los beneficios que la empresa privada sacará de esta infraestructura van a salir de la sanidad de todos los castellanoleoneses, no solo de los burgaleses. Va a haber bastantes servicios privatizados, además de los ’clásicos’.
¿Qué ocurrió hace unas semanas cuando se averió el sistema informático del Yagüe ?
La informática se externalizó recientemente. Lo que pasó es que hubo un fallo y se colgaron todos los ordenadores durante casi dos días. Creo que fue el delegado de sanidad en Burgos el que hizo unas declaraciones absolutamente impresentables e irresponsables acusando a algún trabajador. De la investigación que se dijo que se iba a abrir nada se sabe. Siguen en su línea de autoritarismo habitual.
¿Van a echar de menos a César Antón (ex consejero de Sanidad) ?
Creo que mucho no. Ha sido el protagonista de la privatización de la sanidad en Burgos. Se va con más pena que gloria. La organización sanitaria de Burgos ha ido a la deriva con él, tanto en especializada como en primaria. No ha habido continuidad ni una línea de trabajo.
Ahí está el Militar, infrautilizado…
¿Qué le parece el nuevo, Francisco Javier Álvarez Guisasola ?
No tenemos referencias. Es pronto.
¿Qué haría usted con el viejo Yagüe cuando se abra el nuevo hospital ?
Primero hace falta un gran pacto sobre cuál es la estructura sanitaria que queremos y necesitamos en Burgos y provincia. Esta área de salud necesita un proyecto sanitario que integre las infraestructuras existentes y que proyecte las que se necesiten.
No es de recibo que el Militar esté infrautilizado y el Yagüe siga ’cruzado’ y sobresaturado. Falta respeto hacia la población más indefensa, que es la enferma.
¿Cuál es el estado de salud del Hospital Divino Valles ?
Está también sobresaturado.
¿El nuevo solucionará todos estos problemas ?
Ojalá. Tendrá más camas, pero quizá sean insuficientes. Es cierto que se quiere potenciar las líneas de menor ingreso, pero también lo es que la población es cada día más anciana y con ingresos hospitalarios largos.
¿Qué lectura hace de las últimas elecciones municipales y autonómicas ?
Pues que no cambia mucho el panorama y que tenemos que seguir trabajando por el cambio social desde el convencimiento, no desde el vencimiento, aunque esta frase ya la usan otros.
Habla de cambio social. ¿No cree que para dar pasos en esa dirección resulta imprescindible contar con una ’herramienta’ política, con un partido con representación ?
Desde nuestra perspectiva no creemos mucho en la política actual, sino en que los cambios se van a dar desde la propia sociedad.
Y sí apreciamos que hay una juventud muy distinta a la que había antes. Ahora están mejor formados, son más críticos. Creemos que sí que hay un germen de cambio en esta sociedad. No se trata de un cambio de sociedad en dos o tres generaciones, pero sí a más largo plazo y de alguna forma nos consideramos autores, junto a otros muchos, de los cambios de actitud de la juventud actual, que quiere participar en política de otra forma más activa, no solamente con el voto.
¿Reciben en el sindicato a muchos jóvenes ?
Hay un grupo de jóvenes muy importante y dinámico que no tienen como preocupación principal el mileurismo, sino los derechos sociales, la vivienda, un trabajo digno, un ambiente sano…
¿Qué resumen puede ofrecer de la situación general de la economía burgalesa ?
En cuanto a la negociación de convenios, creo que la situación es cada vez más crítica y el empresariado, aunque no se puede generalizar, cada vez pone más problemas para dialogar y dilata más las negociaciones. Nosotros incidimos más en aspectos sociales que en los económicos : igualdad de género, conciliación de la vida laboral y familiar, tiempo libre, calendarios estables, salud en el trabajo… Cada vez hay más desigualdades salariales y a los jóvenes, pese a hacer un mismo trabajo, se les paga bastante menos. Lo visten y revisten de mil maneras, pero cada vez hay más desigualdades. Nosotros luchamos por limar esas diferencias y por eliminarlas.