Por tercer año consecutivo
INSPECTORES CIVILES SE INTRODUCEN EN LA BASE DE LA OTAN PERO SON DESALOJADOS POR LA FUERZA
Por tercer año consecutivo un grupo de inspectores e inspectoras logra atravesar las alambradas del futuro cuartel de la Fuerza de Respuesta de la OTAN para reclamar su cierre y devolución, a pesar del fuerte despliegue policial.
Por tercer año consecutivo
INSPECTORES CIVILES SE INTRODUCEN EN LA BASE DE LA OTAN PERO SON DESALOJADOS POR LA FUERZA
Por tercer año consecutivo un grupo de inspectores e inspectoras logra atravesar las alambradas del futuro cuartel de la Fuerza de Respuesta de la OTAN para reclamar su cierre y devolución, a pesar del fuerte despliegue policial.
Más de un centenar de inspectores e inspectoras civiles han salido esta
mañana del 15 de mayo de la Alameda de Bétera (Valencia) para dirigirse a pie hacia el Cuartel de la Fuerza de Acción Rápida de la OTAN, a 4 km de distancia.
Las personas participantes iban equipadas con batas blancas, carteles (con lemas como «CIERRE DE LA BASE», «DEVOLUCIÓN DE LOS TERRENOS», «OTAN FUERA»), prismáticos, cámaras, cuestionarios y este año, lupas, para poder llevar a cabo su labor de observación.
Durante la hora que duró la marcha, el grupo ha estado envuelto en un fuerte despliegue de la Guardia Civil, que
incluía gran cantidad de vehículos, motoristas, decenas de agentes, perros. A todo ello se unió un helicóptero que en ocasiones volaba a baja altura, y que llegó a aterrizar en una de las rotondas próxima al cuartel, a pocos metros de la marcha. Algunos agentes de la Guardia Civil intentaron impedir el avance del grupo por el arcén de una de las
carreteras adyacentes a la base, argumentando que «estaban esperando
órdenes», pero fueron sorteados sin demasiados problemas por los inspectores.
Alrededor de las 12’30 h, tras cruzar la carretera para cambiar de arcén, la marcha, que en esos momentos tenía unos 100 m de longitud, comenzó a andar junto a la valla del cuartel. Unos minutos después llegaba al lugar previsto para la entrada, muy próximo al recinto principal. A pesar de la presencia de agentes antidisturbios de la Guardia Civil, tanto en el interior como en el exterior, y del helicóptero a pocos metros sobre las cabezas de los inspectores, los catorce encargados de realizar la inspección desde el mismo interior de la base han logrado atravesar las alambradas de dos metros de profundidad y acceder al terreno militar.
En el momento de la entrada se ha podido comprobar que los agentes se iban a
emplear con una brutalidad mayor que en ediciones anteriores de esta acción, amenazando a los participantes con sus porras, empujándolos bruscamente y agarrándolos del cuello. Las personas que se han introducido en la base apenas han podido avanzar hacia las instalaciones principales debido a la expeditiva actuación de las fuerzas antidisturbios, que tras rodear y concentrar al grupo, les han obligado a sentarse, usando en ocasiones técnicas de inmovilización dolorosas. Los agentes presentes en el interior del recinto militar se han negado a contestar a ninguna de las preguntas contenidas en el cuestionario que portaba el equipo de
inspección, acerca de la presencia de armas de destrucción masiva, proyectiles de uranio y bombas de fragmentación en la base de la OTAN. En pocos minutos, con apenas tiempo para que tomaran su té árabe, identificaron a los catorce inspectores y los desalojaron a través de un hueco en la alambrada llevándolos en volandas uno a uno. Algunos de los
inspectores sufrieron heridas superficiales causadas por ser arrastrados violentamente y depositados directamente sobre la alambrada. Ninguno de ellos fue detenido.
En el exterior, los demás inspectores cantaron y lanzaron flores en honor de las víctimas potenciales de esta instalación militar ofensiva.
Según el equipo de inspección «se ha puesto una vez más de manifiesto el
secretismo, la opacidad que caracteriza los temas militares : como no hemos
podido realizar la misión de observación que pretendíamos, volveremos el próximo año. Lo que sí hemos podido confirmar es que se trata de una
instalación que produce y almacena violencia, inseguridad y miedo, y que
tiene capacidad para proyectarlas a cualquier lugar del mundo. Como no
queremos formar parte de una guerra global en la que todas las poblaciones
somos víctimas potenciales, exigimos el desmantelamiento de éstas y las otras instalaciones militares. Y mientras esto se produce haremos todo el posible para obstaculizarlas y hacerlas completamente inoperativas mediante la desobediencia y la acción noviolenta. Por ahora, nos vamos contentos porque al menos hemos entorpecido durante un buen rato el normal funcionamiento de esta instalación de guerra».
La propuesta que hacen con esta acción es clara : «cierre inmediato de la
instalación, devolución del 100% de los terrenos al municipio de Bétera para uso social y ecológico, como extensión del Parque natural de la Sierra Calderona y centro de vigilancia y protección ambiental (aprovechando la zona edificada y los helicópteros militares)».
contexto de la acción
Esta acción continúa una tarea de cuatro años en los que se han llevado a cabo marchas, manifestaciones, acampadas, parodias de la base como parque temático de la guerra, pintadas, retoques de señales, encadenamientos, «desinfecciones», payasos entrando en el cuartel, inspecciones… En octubre, cuatro personas bloquearon la salida desde València del tren que llevaba material de la base a unas maniobras en Zaragoza. Actualmente se encuentran procesadas por desórdenes públicos, con una petición fiscal de un año de cárcel y a la espera de juicio.
Desde el año pasado la inspección ciudadana está inscrita en una campaña
internacional para reclamar el cierre y reconversión de todas las instalaciones militares, y la abolición de los ejércitos. En el resto del Estado, entre abril y mayo se están produciendo marchas, acampadas y acciones a la base de Rota (Cádiz), la base de radares de Aitana (Alacant), al complejo químico militar de La Marañosa (Madrid), el campo de maniobras de San Gregorio (Zaragoza), el campo de tiro de Las Bardenas (Navarra), el cuartel de Mungia (Bizkaia), el cuartel de paracaidistas de Murcia, y la base de helicópteros de El Recajo (Logroño), entre otros lugares. Todo esto más las protestas que ya están teniendo lugar en A Coruña contra el desfile de las Fuerzas Armadas que tendrá lugar en la ciudad el 28 de mayo, convierten este mes en un verdadero «mayo caliente» contra la guerra y los ejércitos.
qué buscarán
Como el año anterior, la inspección se organiza con la idea de que cualquier cuartel militar ya es suficiente barbaridad como para mirarlo con lupa, pero que además las instalaciones de la OTAN son un sitio especialmente adecuado para investigar en busca de crímenes contra la Humanidad. Organizaciones independientes han demostrado a lo largo de los últimos años que la Alianza Atlántica posee armas de destrucción masiva (almacena 480 cabezas nucleares en bases europeas a pesar de que el
Tribunal Internacional de La Haya las ha declarado ilegales), está implicada en el fomento de la prostitución y el comercio sexual en Kosovo, ha bombardeado con uranio empobrecido y bombas de racimo los Balcanes y ha
atacado objetivos civiles conscientemente.
Según el grupo de inspección civil, « suena a chiste malo oir que las
funciones de estas tropas son luchar ’contra el terrorismo internacional y
las armas de destrucción masiva’, teniendo que cuenta que la propia OTAN
almacena cabezas nucleares en bases europeas ; un chiste bastante macabro
porque esos seudoargumentos y mentiras absolutas fueron las que se usaron
para vender la masacre y destrucción de Iraq ».
qué pasará si las autoridades militares no colaboran
El equipo de inspección permanecerá dentro de la instalación militar todo
el tiempo posible hasta que sea desalojado para así recuperar al menos
durante unas horas recuperar para todo el mundo « unos terrenos que el ejército robó a la gente de Bétera en 1940 para controlar militarmente València y que hoy albergan una instalación peligrosa para nosotros y, sobre todo, para la gente que vive en la ribera sur del mediterráneo y en Oriente medio ». Antes de ser sacados a la fuerza por la Guardia Civil « aprovecharemos para almorzar y tomar un té árabe, como gesto de fraternidad con los pueblos que están en el punto de mira de los ejércitos ». Al marcharse dejarán flores sobre las alambradas y las vallas por las futuras víctimas de la base.
qué consecuencias legales puede tener
Se trata de una acción de desobediencia civil y, sobre el papel, está castigada con entre 3 meses y 3 años de cárcel. Pero sorprendentemente, según lo que expresa el Fiscal Jurídico militar en un documento que formaba parte del expediente de un juicio de faltas por la invasión de payasos antimilitaristas a la base en 2003, este tipo de acciones de desobediencia noviolenta pueden considerarse como despenalizadas de hecho : «Siguiendo una ya consolidada jurisprudencia del Tribunal Supremo […] [se] puede afirmar que los hechos no son constitutivos de ilícito penal
militar […] pues no guiaba a sus autores otro propósito que el de
realizar un acto propagandístico, no quedando vulnerado el bien jurídico de la seguridad y defensa nacional».
de dónde han salido los recursos para organizar todo esto
El equipo de la inspección ha señalado que los recursos para organizarla
proceden del trabajo voluntario de un buen grupo de gente, « además del dinero de casi 100 objetores y objetoras al gasto militar que han decidido que estos actos son mejor destino para sus impuestos que el ejército y el M. de Defensa ».
campanya antibase – inspecció ciutadana
www.inspecciociutadana.org
www.nodo50.org/tortuga
inspecciociutadana@yahoo.com
Fotos :
http://barcelona.indymedia.org
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«L’única maniobra militar honorable és la retirada»
alternativa antimilitarista – moc valència
roger de flor 8 baix-dta.,
46001 valència
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