los ensayos realizados por el Ejército, afirma HRW, revelan que este tipo de minas podría tener un alcance de hasta 300 metros
La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) advirtió hoy de que el Ejército estadounidense tiene previsto desplegar en Irak, el próximo mes de mayo un nuevo sistema de minas antipersonales de control remoto, a pesar de que el Pentágono no ha hecho una evaluación adecuada sobre el daño que tales armas podrían ocasionar a civiles inocentes.
El nuevo sistema, conocido como «Matrix», permite a cualquier soldado dotado con un ordenador portátil detonar, desde kilómetros de distancia, una mina «Claymore» mediante señales de radio. Las minas «Claymore» tienen, normalmente, capacidad para propagar fragmentos a entre 40 y 60 metros a la redonda. No obstante, los ensayos realizados por el Ejército, afirma HRW, revelan que este tipo de minas podría tener un alcance de hasta 300 metros.
Según HRW, el uso del sistema «Matrix» para minas «Claymore» plantea «dos cuestiones claves» desde el punto de vista humanitario. Por una parte, queda por saber cómo podrá un soldado hacer una identificación correcta de su objetivo desde tales distancias.
«Una señal en una pantalla de ordenador portátil es un método de dudosa garantía para determinar si se está a punto de matar a un enemigo combatiente o a un civil inocente», afirmó el director ejecutivo de la División de Armas de Human Rights Watch, Steve Goose.
La segunda cuestión humanitaria está relacionada con el riesgo de que los civiles puedan, por sí mismos, hacer estallar estas minas de forma involuntaria. «Matrix» sustituye al anterior sistema de activación mediante contacto por el de activación mediante control remoto. Las anteriores minas «Claymore», activadas por la propia víctima, están prohibidas por el Tratado de Prohibición de Minas de 1997, firmado por 152 países, entre los que no figura Estados Unidos.
«El Pentágono debe dar garantías concretas de que ningún civil inocente puede activar de forma accidental estas nuevas minas «Matrix»», afirmó Goose. «En caso contrario, este sistema debería dejar de funcionar al igual que las obsoletas minas antipersonas, que están prohibidas por más de tres cuartas partes de las naciones del mundo», añadió.