A pesar de los avances en la lucha contra el empleo de niños soldado en los conflictos, 300.000 menores de 18 años continúan luchando en cerca de una treintena de conflictos, según los datos de la ONU. Precisamente, hoy se celebra el Día Mundial contra el Uso de Niños Soldado.
Aprovechando esta fecha, la organización Save the Children recordó que los niños y niñas son las principales víctimas de cualquier guerra, no sólo por las heridas que sufren, sino también por la pérdida de familiares, la destrucción de sus casas, su mayor vulnerabilidad a enfermedades, la privación de acceso a la educación y, sobre todo, por su utilización como soldados baratos y obedientes.
«Toda guerra, ya sea justa o injusta, victoriosa o desastrosa, es siempre una guerra contra los niños», fue uno de los legados de la fundadora en 1919 de Save de Children, Eglantyne Jebb. En la actualidad, el Tribunal Penal Internacional considera este abuso un crimen de guerra, mientras que las leyes humanitarias internacionales y la Convención sobre los Derechos del Niño establecen los 15 años como la edad mínima para el reclutamiento y la participación en conflictos armados.
Además, un nuevo Protocolo Facultativo a la Convención establece la prohibición de la utilización de niños menores de 18 años en conflictos tanto por parte de gobiernos como de grupos armados, así como cualquier reclutamiento masivo de menores de esta edad.
Al mismo tiempo, la ONU prepara un mecanismo de control de esta práctica. La oficina de Naciones Unidas para la infancia en los conflictos armados (CAAC) inició esta semana un plan de acción para controlar y denunciar los abusos infantiles en situaciones de conflicto armado o en «situaciones preocupantes», con el objetivo de provocar una respuesta internacional contundente.
En los últimos 18 meses, el número estimado de niños soldado descendió de 380.000 a 300.000, según los datos de la ONU. «Pese a estos avances, la situación para los niños continúa siendo grave e inaceptable en el terreno», afirmó el director de la CAAC, Olara Otunnu.
«La clave para superar estas carencias pasa por institucionalizar un régimen acordado a nivel internacional que ataña a todas las partes implicadas en los abusos a menores, tanto si proceden del gobierno como del lado rebelde, en todas las situaciones, tanto si estas situaciones están o no en la agenda del Consejo de Seguridad», indicó Otunnu.
EL CASO DE COLOMBIA
La organización Save the Children denunció que el número de niños y niñas usados como soldados por grupos armados en Colombia aumentó en los últimos años, situándose en torno a 14.000, lo que convierte a Colombia en el cuarto país del mundo con más menores empleados como soldados, tras Myanmar, Liberia y República Democrática del Congo.
«Los menores, de los cuales la mayoría procede de familias desestructuradas o marginadas y privados de educación, se alistan de forma voluntaria, ante la falta de oportunidades en su entorno, o son reclutados a la fuerza», denunció la ONG en un comunicado.
Así, la organización explicó que después del adoctrinamiento, «y a veces bajo el efecto de drogas», los menores se convierten en «asesinos crueles en nombre de causas que no comprenden». «La reinserción de estos niños y niñas soldado es un reto no siempre fácil de alcanzar», añadió.
«Hasta ahora los programas de desmovilización y reintegración de niños soldado no han tenido el éxito esperado. Los jóvenes ingresan en el conflicto por falta de oportunidades y una vez desmovilizados siguen sufriendo esa falta de expectativas, por lo que muchos son reclutados de nuevo», afirmó Almudena Escorial, responsable del área de niños soldados de la ONG que está estos días en Colombia.
Escorial precisó que los esfuerzos de la ONG están centrados en la prevención del reclutamiento, en especial con jóvenes en zonas marginadas. «Procuramos ofrecerles alternativas a la violencia y que tengan posibilidades de ser reconocidos como ciudadanos en sus comunidades», subrayó.
Save the Children forma parte de la Coalición española para Acabar con la Utilización de Niños Soldado, que trabaja para prevenir el uso de niños en los conflictos y promueve su desmovilización, rehabilitación y reintegración social.
MENORES EN SIERRA LEONA
Junto a su uso como soldados, los menores también tienen que sufrir abusos en un buen número de países. En Sierra Leona, el 71,6 por ciento de los menores de edad trabaja en empresas, minas o establecimientos agrícolas familiares, así como en servicios sexuales, en unas condiciones que se asemejan muchísimo a la esclavitud, según un informe publicado esta semana por la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL).
El informe, cuya publicación coincide con la revisión por parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de la política comercial de este país africano occidental, revela graves violaciones de los derechos laborales, en cuestiones tan variadas como derechos sindicales, no discriminación en el trabajo, erradicación del trabajo infantil y prohibición del trabajo forzoso.
El trabajo infantil está muy difundido en Sierra Leona y la ley no se aplica con rigor, afirma el estudio, que señala que en las minas de diamante trabajan varios miles de menores, principalmente varones, «en condiciones que se asemejan muchísimo a la esclavitud». Los menores cumplen largas jornadas laborales «con durísimas condiciones de trabajo, realizando tareas como cavar o acarrear y pasar material por la criba». Aparte, muchos chicos trabajan en empresas o establecimientos agrícolas familiares.
En general, las estadísticas muestran que el 71,6 por ciento de menores de edad, con edades que oscilan entre los 5 y los 14 años, trabajan en Sierra Leona, ya sea realizando tareas remuneradas o no remuneradas.
Además, el informe señala que, tras concluir el conflicto civil que sacudió al país, se obligó a muchos antiguos niños soldado a trabajar en las minas y se retuvo a muchas mujeres y niñas en calidad de esclavas para la explotación sexual. Además, los conflictos en los países vecinos han originado el reclutamiento de antiguos niños soldado sierraleoneses en Liberia y Costa de Marfil.
La CIOSL recuerda que Sierra Leona ha ratificado seis de las ocho convenciones fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Las otras dos que no han ratificado son, precisamente, la Convención contra las Peores Formas de Trabajo Infantil y la Convención sobre Edad Mínima.
Redacción / EP
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