Entrevista con Manuel Camarasa, ex trabajador y delegado de CGT en el Comité de empresa de RTVV
El pasado 26 de enero, una sentencia de la Audiencia Nacional declaraba ajustado a derecho el ERE de extinción que acometió el PP en RTVV. Un mazazo para CGT, único sindicato que se negó a firmar el despido de más de 1600 personas, y cuya demanda judicial, a la que posteriormente se adhirió el resto de sindicatos, era una esperanza para el colectivo de ex trabajadores que sigue luchando por la reparación de aquella decisión política y por la reapertura de una tele pública en la que puedan volver a trabajar.
El pasado 26 de enero, una sentencia de la Audiencia Nacional declaraba ajustado a derecho el ERE de extinción que acometió el PP en RTVV. Un mazazo para CGT, único sindicato que se negó a firmar el despido de más de 1600 personas, y cuya demanda judicial, a la que posteriormente se adhirió el resto de sindicatos, era una esperanza para el colectivo de ex trabajadores que sigue luchando por la reparación de aquella decisión política y por la reapertura de una tele pública en la que puedan volver a trabajar. El objetivo de esta entrevista es clarificar el proceso que llevó al cierre del servicio público y desmontar las mentiras que se han vertido insistentemente sobre él. Para ello recapitulamos de la mano del compañero Manuel, delegado de CGT en el Comité de empresa del extinto ente. Nacido en Valencia en 1965, hijo de una familia de emigrantes provenientes de Alcoi y Villena (Alicante), sólo pudo acceder a estudios superiores una vez entró a trabajar en la recién creada RTVV. Así, corría el año 1989 cuando, “sin mucha esperanza” se presentó a las oposiciones. Aprobó, y desde entonces trabajó como auxiliar administrativo. En aquel período se pudo permitir estudiar Historia del Arte: “Me gustaba mi trabajo, tenía la sensación de que hacíamos algo importante. Era feliz. También hacía otras cosas fuera de la tele que me satisfacían”. Un hombre comprometido socialmente cuyos principios e integridad han contribuido a poner en jaque las pretensiones autoritarias del gobierno de Fabra, del Botànic y del statu quo.
¿Cómo llegas al sindicato?
Al principio de llegar a la tele sólo había dos sindicatos: UGT y CCOO. Me propusieron afiliarme a UGT. Yo nunca había estado afiliado, pero la idea que había tenido siempre no tenía que ver ni con UGT ni con CCOO. Cuando trabajaba en la empresa privada hice la Huelga General del año 1988 contra Felipe González y siempre he tenido la idea de los sindicatos mayoritarios pactaban a espaldas de los trabajadores y que no eran suficientemente combativos. Muy amablemente le dije que no porque no me sentía identificado. Al poco de estar en la tele, se aprobaron convenios, hubo un desencanto con aquellos dos sindicatos porque se votó en asamblea de trabajadores un no a un convenio y los dirigentes de esos dos sindicatos lo firmaron a espaldas de los trabajadores. Eso produjo rabia y a raíz de aquello se formó la sección sindical de CGT, con un histórico, Felipe. Y ahí ya sí que no tuve ninguna duda, CGT respondía a una tercera vía, a mi ideología. Me parecía un sindicato reivindicativo y que no tenía nada que ver ni en sus estatutos ni en sus principios al resto, yo siempre he estado a la izquierda de todo y me identificaba mucho. Empecé a participar en las listas y en las segundas o terceras elecciones sindicales fui elegido delegado. Me encargaba de la bolsa de trabajo y de prevención hasta que ya en las últimas, las conflictivas porque se sabía que había un ERE, hubo varias bajas y decidí comprometerme más. Me presenté de número dos después de Vicente Melo y ahí fue donde sacamos los dos delegados que tuvimos hasta el final.
¿Puedes hacer un poco de historia y recordarnos cuándo, cómo y por qué se creó RTVV?
RTVV se creó en 1984 por una ley pactada entre PSOE y PP para crear unos medios de comunicación públicos. Hasta el 9 de octubre de 1989 no se puso en funcionamiento. Al principio funcionó un solo canal de televisión y de radio y posteriormente se amplió con un segundo canal de tele, luego un tercero de tele internacional que emitía por satélite, otro de radio… La finalidad era tener unos medios públicos como los que tenían algunas autonomías en las que siempre nos hemos mirado como la catalana. Nosotros fuimos prácticamente de los primeros, después de Andalucía y de Cataluña, en tener una televisión autonómica. De hecho, la sección sindical de Canal 9 ayudó a hacer secciones sindicales de CGT en otras teles autonómicas, como Telemadrid. El objetivo era crear una radiotelevisión pública debía vertebrar la Comunidad y potenciar el valenciano. Esa era la teoría. Luego vimos que el valenciano no se utilizaba para todo, y lo de vertebrar… Los dirigentes siempre han tenido un carácter muy centralista de Valencia dejando de lado Alicante y especialmente Castellón.
¿Cuál fue el trabajo que realizaron los distintos sindicatos en función de los gobiernos autonómicos que se alternaron hasta su cierre en 2013?
UGT hacía una política de decir a todo que sí. CCOO ha sido más combativo, de hecho hemos hecho muchas cosas con ellos. UGT fue el sindicato del gobierno con el PSOE. El PP presentó incluso una denuncia por manipulación y la ganó. Alguna vez se ha dicho que el único gobierno que ha perdido un juicio por manipulación informativa ha sido el de Lerma. De todas formas, la política que hacía el PSOE no era tan agresiva como la que vino posteriormente con el PP. Es verdad que quien abrió la puerta a las productoras de Canal 9 fue el PSOE, fue Amadeu Fabregat con Gestmusic, la productora de La Trinca. Fue la primera productora que entró en una televisión autonómica. A nosotros esto ahora nos parece normal. Pero si se tiene una plantilla que hace programas, que contraten una productora para hacerlos utilizando a parte de la plantilla, los estudios, los despachos, todo… nos parecía kafkiano. Que te venga gente de fuera a decir camerinos, cámaras.., y un realizador a decirles a los cámaras qué plano tienes que hacer… eso era muy fuerte, y quien lo abrió era el PSOE. ¿Por qué? ¿Era más barato? No, no lo era. ¿Era una forma cómoda de funcionar? No lo sé. Seguramente era una exigencia de las productoras. Esto abrió la puerta y se lo puso facilísimo, sería el año 1992, a lo que vendría después. En 1995 gana el PP y no sólo hace lo mismo, sino que lo multiplica. Metió a sus propias productoras. Como no le gustaba la línea editorial ni algunos periodistas –decía que los había colocado el PSOE porque habían sido los que daban las noticias del gobierno socialista- de un plumazo, como no los podía tirar porque tenían oposición, los arrinconó a hacer programas a las diez de la mañana o a cubrir partidos de fútbol de segunda b… Y creó nuevas plazas para colocar a los suyos. Y no contentos con eso lanzó un segundo canal que se dedicó únicamente a información, sin oposiciones: con esta nueva actividad entró toda esta gente. Esa es la diferencia. Las mayorías absolutas les dieron total seguridad y garantías. Fue un desmán. Cuando no tuvieron dinero, el presupuesto no daba para más, hicieron una ley en el año 2000 para poder empeñarse. Había bancos que los avalaban… Y de ahí los más de 1200 millones de deuda de los que siempre hemos hablado
La CGT siempre ha denunciado todo eso. Junto a CCOO, hemos sido el único sindicato que ha denunciado desde 1989, la manipulación y el enchufismo… Pienso que hemos sido coherentes, y eso la gente nos lo agradece. A menudo enviábamos información y notas de prensa, y los medios de comunicación ni respondían, ni publicaban. Pero siempre hemos estado ahí muy pendientes y cañeros. Los otros sindicatos es verdad que eran un poco más permisivos.
Además, el tema sindical fue evolucionando. Había tres sindicato, UGT, CCOO y posteriormente CGT, y cuando llegó Vicente Sanz como secretario de RTVV -el del acoso sexual- encontró la forma de debilitar un Comité de empresa que era claramente de clase. Creó un nuevo sindicato que es la USO en el que mete a gente que ellos habían colocado, a gente muy afín al Partido Popular, y hacen un control. USO fue el sindicato mayoritario en las primeras elecciones a las que se presentó. No tenía la mayoría absoluta, la teníamos el resto junto, pero sí fue el sindicato más votado. Porque todos a los que se les habían hecho promesas para quedarse, le votaron. Eso debilitó totalmente al Comité, y ahí fue cuando empezó a perder la fuerza que había tenido anteriormente.
Todo fue una maniobra orquestada y maquiavélica del Partido Popular que ganaba en las urnas para debilitar al Comité. Por eso, si había que aprobar algo, era siempre por los pelos, porque la mayoría la tenía la USO y todo lo boicoteaba. Por ejemplo, la bolsa de trabajo, porque no le interesaba. Y lo hacía de forma totalmente rastrera. Imaginad qué difícil era un Comité en que se dinamitaba todo, desde el que se defendía incluso la privatización propuesta por el PP en 2002. Afortunadamente, el juicio lo ganamos en 2003, CGT, Asociaciones de consumidores, y se paralizó… Aquello fue un intento de lo que ha venido posteriormente. Y aquello lo hizo Zaplana. Como no podía controlar la tele, siempre se ha dicho de Zaplana que él afirmó que la tele era un nido de rojos que había que limpiar, un nido de rojos no porque nos hubiera colocado el PSOE, sino porque no podía tolerar libertad de pensamiento de los trabajadores. Hizo ese intento de privatizar., excepto los informativos, se pretendía sacar el resto a concurso. Pero incurrieron en muchas irregularidades y aquello se ganó.
Fue la primera movida gorda que hicieron, peligraron nuestros puestos de trabajo y desde entonces no hemos parado y fíjate cómo hemos acabado. Siguieron de otra forma. A menudo se ha dicho que los trabajadores no han protestado. Pero vosotros sabéis que siempre se han denunciado mogollón de casos. Y ésta fue la primera gran lucha. Hubo huelgas y paros continuos era el año 2002. Eso de que hasta que no nos hemos visto en la calle no hemos protestado, es una gran falacia. Lo que ocurre es que somos conscientes de que una plantilla que en una gran parte está colocada a dedo, no nos va a secundar, pero el grueso, el núcleo duro de trabajadores que estamos defendiendo nuestra oposición y nuestro puesto de trabajo, nos da igual quién gobierne, tenemos que luchar y lo hemos hecho desde siempre.
Háblanos del clima de terror que se deduce que se vivía en el ente
Vicente Sanz ha sido un personaje que ya sabéis cómo acabó. Al final hubo un acuerdo y no se fue a la cárcel, algo que me parece injusto porque se merecía cárcel y mucho más. Era perverso y maquiavélico en todos los sentidos. Colocó a su gente en todos los departamentos. Y esa persona infiltrada subía regularmente a su despacho a darle el parte. Sabía la vida y milagros de todo el mundo. Era mafioso, logró imponer un auténtico clima de terror.
¿Cómo se llega al apagón de la RTVV y cuál fue, a partir del ERE, el proceder de la CGT?
El apagón viene por no acatar la primera sentencia del primer ERE. Se maniobró eliminando el ente y haciendo una SAU con Rosa Vidal al frente. Ésta quiso despedir de la tele y la radio a 600 personas. Pero aquel ERE tenía muchas irregularidades, seguro que ya está en los manuales de lo que no se debe hacer en un ERE y se tumbó por vulneración de principios fundamentales.
Mientras estábamos celebrándolo muy alegres, salió Fabra anunciando que no podía acatar esa sentencia, que no había dinero y que iba a cerrar RTVV.
Desde el 6 hasta el 29 de noviembre en que se cierra, lo se llevó a cabo todo un entramado legislativo para darle legalidad a ese cierre que había sido un ataque autoritario. Decía que no tenía cuarenta millones para acatar esa sentencia, pero se gastaron probablemente más de 180 millones en el cierre y han dejado ya más de tres años al País Valencià sin televisión. Aquello fue un ataque de testosterona de Fabra.
Unos días antes del cierre se votó en las Cortes una ley de cierre que pensamos que es inconstitucional, y con la mayoría absoluta del PP salió adelante.
Desde el día en que se anunció hasta el cierre hubo una televisión muy bonita. Porque directamente la directora general y el resto de directivos se fueron, es lo más cerca que hemos estado nunca de una televisión autogestionada por los redactores. La escaleta se hacía incluso con los periodistas del Comité de empresa… se organizó así y funcionó. Se dio voz a las víctimas del accidente de metro, que hasta entonces habían estado silenciadas, y cuando había algo relevante pues entre todos se decidía sacarla en un consejo de redacción. Estuvimos haciendo la tele que queríamos, pero de una manera muy triste porque sabíamos que era cuestión de días. Se nos propuso continuar funcionando siempre así pero no era factible. Los griegos lo hicieron y la gente nos animaba a hacerla. Pero vino el cierre por la fuerza y no creo que la televisión griega tuviera tanta policía como nosotros el día del cierre.
Resistimos todo lo que pudimos. Hasta ese momento, trabajábamos con el Comité, especialmente con tres sindicatos de clase, USO y CSIF quedaban al margen. Luego vino la ruptura con la firma del acuerdo. Fuimos un Comité unido durante el cierre, fue una unidad mandatada por los trabajadores.
¿A qué obstáculos tuvieron que enfrentarse la Confederació y los trabajadores para luchar contra ese ERE injustificado?
Fuimos a la mesa negociadora -formada por trece representantes sindicales- con un solo miembro. LLegamos como siempre, con la mejor voluntad del mundo. Pero claro, nosotros estábamos en contra del cierre. Hubiéramos firmado ese ERE si por ejemplo, hubieran recolocado a las 1600 personas que se iban a la calle. Se puede hablar de esas cosas. Pero, ¿cómo íbamos a dar la autorización para que 1600 personas se quedaran sin trabajo y encima, cerrarnos la puerta a posibles demandas? Porque si firmábamos, así era. Queríamos seguir luchando. Y ahí estuvimos. Lo único que nos ofrecían era dinero. Pero nosotros no queríamos ese dinero. Hubo muy pocas medidas sociales. Cuando llegó el momento de la firma, la empresa dijo:“Hasta aquí vamos a llegar. 35 días por año que suponen 90 millones de euros. De ahí no pasamos”. Todos firmaron el preacuerdo y nosotros nos negamos sin antes someterlo a una asamblea. Y así consta en acta. Convocamos una asamblea de afiliados y salió que no, como no podía ser de otra forma.
Las presiones para que firmáramos fueron muy grandes. Llegaron incluso a enviar un mensaje amenazante a mi mujer de un número de teléfono desconocido. Y se firmó el ERE con nuestro voto en contra. Aquella actitud fue nuestra principal baza para la posterior negociación de reapertura porque todo el mundo pensaba que con el cambio de gobierno, faltaba un año y medio para las elecciones autonómicas pero ya estaban en precampaña. Los mensajes del PSOE y Compromís eran: “dadnos vuestro voto que cuando ganemos volveremos a abrir la tele y contaremos con vosotros”. Compromís lo ponía muy claro en su programa electoral: “se respetarán los derechos laborales de los trabajadores”. De hecho tuvieron alguna reunión, CCOO, UGT e Intersindical, con los partidos políticos, con Ximo Puig, con Morera, con Ignacio Blanco de Izquierda Unida, sin nosotros. Pero ya estaba la demanda contra el ERE y salió en esas reuniones, y los propios partidos políticos dijeron que tenía que estar la CGT porque había interpuesta una demanda.
Los sindicatos han tratado de negociar en todo momento la reapertura del servicio público. ¿Cómo analizas, desde la distancia, la labor de los partidos del Pacte del Botànic?
Lamentable, nos engañaron. Yo nunca me he fiado de los políticos, pero siempre te queda eso de no todos son iguales, de su actuación a título personal, …. Estamos muy desilusionados, principalmente con Compromís, porque del PSOE lo podía esperar ya que los que están ahora son los mismos que estaban cuando la tele de Fabregat. Habíamos hablado mucho con ellos, con Morera, con Rafa Xambó, con Mónica Oltra, les habíamos pasado documentación para una denuncia que pusieron, para que hicieran su programa político. Lo que ocurre es que una vez han llegado al poder, aunque el brazo ejecutor haya sido el partido socialista, llegas a la conclusión que es para meter a su gente, para manipular, para controlar, y que a nosotros ya nos dan por amortizados, con esa indemnización de 35 días por año. Y está aquella famosa reunión, en noviembre de 2015, con Mónica y Fran Ferri, en la que CGT, con nuestro abogado Jacinto, les dijimos: “tenemos la solución, 800 personas, la tele funcionaría a a partir del 1 de marzo, oposición, antigüedad, retiramos la demanda, la gente que se incorpore devuelve la indemnización”. Y Mónica declaró: “he recibido a CGT, sois mis héroes, hacedme el cálculo de lo que costaría”. En una semana lo tuvo, tras un arduo trabajo cuadrar cifras, etc El coste era de medio millón de euros. Se lo entregamos, ella se lo presentó a Ximo Puig y éste dijo no, que ese no es el modelo de televisión que ellos quieren.
Es una cuestión de modelos. Un modelo, el público, que nosotros defendemos, con un número de trabajadores que no es caprichoso, en torno a 800 personas, basado en otras autonómicas, en el informe de la Comisión de Expertos universitarios. Y luego el otro modelo, el modelo privatizado que defiende el Partido Socialista, con la complicidad de Compromís, que es un modelo que solo necesita 200 personas, que sería el núcleo duro de Informativos, con gente afín, de estómagos agradecidos. No es que con esos 200 hagas tele, luego necesitarás más gente, pero esos se subcontrarán.
Es un modelo low cost, un modelo Alcira de la comunicación, donde todos los recursos son públicos pero la gestión es privada. Desde el primer momento, el Secretario Autonómico de Comunicación nos dijo que quería ese modelo. Pero nosotros, también queremos que se cuente con los trabajadores. Los despedidos de RTVV con 50 años nos encontramos con problemas de salida laboral. Por eso no se ha querido negociar porque tienen claro cuál es el modelo de televisión que quieren.
En el Pacto de Botànic está también Podemos, que es el partido más de izquierdas. Hemos hablado muchas veces con Antonio Montiel. Y además en ese Pacto dice que la puesta en marcha de la nueva televisión será de Podemos A Montiel le señalamos que tenía que haber sido más contundente. Siento una envidia sana cuando veo que a los compañeros de Telemadrid les apoya Podemos.
Empar Marco apuntó recientemente 500 trabajadores como plantilla de la nueva RTVV…
Es cierto que la nueva directora general dijo el otro día en Cortes que contaba con ese número y esto puede desmentir lo que hasta ahora se nos ha dicho, aquello de una tele de 200 o 300 trabajadores. Ojalá que sean esos 500 y se cuente con los ex trabajadores, pero la ley es muy clara en cuanto al tema de personal. Por un lado habla de que será el Consejo Rector quien decidirá las contrataciones y es a él a quien corresponde el tema del personal, así que no está tan claro que lo pueda hacer. Es algo que iremos viendo con el tiempo. Por otro lado, la ley habla de que para una televisión en pruebas se contará preferentemente con los ex trabajadores en una bolsa de trabajo diferenciada, pero no los exime de volver a pasar unas oposiciones para la televisión.
Empar Marco es ex trabajadora y esperamos que exista cierta empatía con los ex. Sería una muy buena noticia esos 500 porque ese número está más cerca del que hemos defendido siempre y del que decían los expertos universitarios. Cuando sea oficial su nombramiento vamos a pedirle una entrevista para que nos aclare cuál es su idea sobre el personal.
Seguro que habéis sido víctimas de mentiras y manipulaciones de todo tipo. ¿Cuáles han sido las más perniciosas?
CGT cuando se acercaba el juicio hicimos un comunicado denunciando que había espacio para la negociación. Tuvimos un par de reuniones con el Secretario Autonómico de Comunicación, pero aquello fue un paripé y un postureo por su parte. Y recuerdo que mucha gente nos preguntaba si era verdad que le habíamos propuesto que solo entraran los afiliados del sindicato si retirábamos la demanda. A mí eso me resultaba insultante, que alguien pensara que nuestra organización iba a hacer lo que hacen otras. Y luego también se nos dijo, cuando no firmamos el ERE, que estábamos al servicio del Partido Popular, que el PP nos había utilizado para boicotear la firma y que todos los trabajadores se fueran con 20 días en vez de 35. Yo creo que hemos actuado con honestidad y con dignidad. Hubo un sindicato cuyo Secretario General no quería que firmaran, y los miembros en el Comité le dijeron que firmaban, que era muy buen acuerdo. Y luego con el tiempo se ha demostrado que nuestro camino era el único. Si no hubieran firmado habríamos tenido más fuerza.
¿Cómo afronta la Sección Sindical de CGT la decisión judicial y cuál va a ser a partir de ahora el camino que vais a seguir?
La sentencia es un palo. Ni en nuestra peor pesadilla pensábamos que iba a ser ajustado a derecho. Nos planteábamos la nulidad o la improcedencia.
Es una sentencia claramente política. Algunos detalles: la corporación podía haber pedido suspensión del juicio porque la documentación no le llegó con los diez días de plazo establecidos y aún así prefirió al juicio. La sentencia está hecha a medida del PP y del Botánico. La foto es: el gobierno del Botánico defendiendo el ERE del PP con el que siempre estuvieron en contra. Y para eso mandó a toda la Abogacía de la Generalitat.
Lo que sostiene la sentencia es que el cierre está bien hecho porque la situación económica era insostenible. Conclusión: la gestión del PP en la tele era catastrófica y la única solución era cerrar. ¿Quién lo paga? Los trabajadores. Y el PP se fue de rositas. El nuevo gobierno tampoco exigió los 1200 millones de deuda reconocida (asumida por la Generalitat.) Y entre unos y otros, los únicos que pierden son los trabajadores. Pero a nosotros nos despide la nueva empresa, la SAU que estaba saneada, que tenía millón y medio de beneficio. El juez acaba mezclando las causas económicas con la personalidad jurídica de la nueva corporación que nos despide. De hecho, hasta el Fiscal dice tener dudas sobre si el despido es correcto. Pensábamos que el juez iba a ser valiente porque Ricardo Bodas venía de Comisiones Obreras, fue quien dictó la famosa sentencia de Coca-Cola.
No olvidemos que esta sentencia abre la puerta a poder cerrar todas las empresas públicas mediante decreto alegando la existencia de pérdidas económicas. No creímos que se fuera a sentar este precedente.
Estamos jodidos pero vamos a seguir intentándolo. Iremos al Supremo y estamos dispuestos a llegar a Europa. La sentencia busca contentar a los grandes partidos a costa de los derechos de los trabajadores. También sostiene la sentencia que no hay sucesión de empresas cuando se está pagando la misma licencia del Ministerio de Industria.
El otro día hubo una reunión de los cinco sindicatos firmantes del ERE para que se aplicara la cláusula VI, que dice que hay que contar con los trabajadores temporalmente mientras se inicie la nueva televisión, y el Secretario Autonómico de Comunicación les dijo que mientras hubiera una demanda no se podía aplicar esta cláusula, lo cual tiene un nombre, chantaje. Otra vez, si CGT no retira el asunto del Supremo no podemos aplicar la cláusula. Volvemos a ser los responsables nosotros, como siempre. Si creen que el Supremo les va a dar la razón pues tira adelante pero no, siguen responsabilizándonos a nosotros. O sea, que siguen queriendo tener vía libre, con lo cual hay partido aún, y vamos a continuar porque es nuestra obligación.
¿Qué enseñanza destacarías de todo lo que ha sucedido?
Yo creo que debemos sentirnos muy orgullosos, hemos sido coherentes, fieles a nuestra organización y hemos tenido todo el apoyo de la CGT, de nuestra asamblea, de los 300 trabajadores que votaron que no al ERE en asamblea general. También hay que estar muy orgullosos de la lucha.
También me enorgullece recordar las caras de los políticos cuando no sabían si esto lo iban a ganar, cuando les cuentas las cosas claras.
¿Quieres añadir algo más?
Daros las gracias a vosotros, a Manolo de Ràdio Klara por todo el apoyo y seguimiento. Es el camino que tenemos que seguir en la defensa de lo público. Y también que seguiremos para conseguir aquella tele, que tanto nos gustó, días antes del cierre, con participación de colectivos y organizaciones sociales que nunca tuvieron cabida en ella.
José Asensio y Libertad Montesinos
Equipo de Comunicación CGT-PV
Publicada en Notícia Confederal, marzo 2017
Fuente: Equipo de Comunicación CGT-PV