Llamado a la acción Internacional
Por la soberanía económica, política, cultural y ambiental de nuestros pueblos
Pongámosle fin a la impunidad de las transnacionales
Llegó la hora de unir los cientos de luchas, campañas, redes, movimientos y organizaciones que combatimos de diferentes formas la apropiación de nuestros destinos, patrimonio natural y derechos, el desmantelamiento de los servicios públicos, la destrucción de los bienes comunes y la amenaza a la soberanía alimentaria por parte de las grandes corporaciones transnacionales en cada en cada rincón de nuestro mundo.
La globalización neoliberal abrió las puertas a la explotación salvaje del mundo por parte de los grandes poderes económicos y financieros. Estos se han apoderado paulatinamente de nuestras vidas y del planeta, creando un manto de impunidad a través del desmantelamiento y violación sistemática de las legislaciones y la firma de tratados internacionales de comercio e inversiones, que les brindan más derechos a “los inversionistas” y al capital que a las y los ciudadanos. Así, los derechos de los pueblos han sido sistemáticamente violentados, la Tierra y sus recursos destruidos, saqueados y contaminados y las resistencias criminalizadas, mientras las empresas continuan cometiendo sus crímenes económicos y ecológicos con total impunidad. Impulsado por su imperativo de maximizar las ganancias, las empresas transnacionales tratan de enfrentar trabajadores y trabajadoras de las diferentes regiones entre sí en lo que es una carrera hacia el fondo para los trabajadores y las trabajadores del mundo.
La gobernanza y politicas de las instituciones multilaterales (FMI, BM, OMC) ha servido a los intereses corporativos, mientras que las instituciones de la ONU y la UE estan siendo capturadas cada vez con mayor fuerza por las ETNs, como se evidencia en las politicas formuladas para satisfacer los intereses del capital y en el hecho de que estas instituciones se niegan a imponerles limites.
La gobernanza y politicas de las instituciones multilaterales (FMI, BM, OMC) ha servido a los intereses corporativos, mientras que las instituciones de la ONU y la UE estan siendo capturadas cada vez con mayor fuerza por las ETNs, como se evidencia en las politicas formuladas para satisfacer los intereses del capital y en el hecho de que estas instituciones se niegan a imponerles limites.
En la gran mayoría de los países, los gobiernos están al servicio de sus intereses y contra nosotras, las mayorías. En contra de los principios democráticos, usurpan las instituciones y, actuando con la complicidad de elites nacionales, logran a alterar leyes y políticas que les permiten continuar saqueando la riqueza de las naciones y mantener su relación depredadora con la naturaleza. Han diseñado herramientas como la Responsabilidad Social Corporativa para limpiar su imagen frente a las crecientes denuncias acerca de sus acciones en contra de las poblaciones y colectivos afectados para poder seguir incrementando sus ganancias. Adicionalmente, controlan los grandes medios de comunicación, los cuales juegan un rol clave para asegurar la continuidad de su hegemonia.
Con particular crudeza en los países del sur global, pero también en los países ricos de donde son originarias –y crecientemente también en los países “emergentes”, como Brasil, India, China y Rusia–, las grandes corporaciones se apropian cada vez más de nuestras riquezas y derechos. Su creciente monopolio económico, poder político y el control de la justicia, destruyen nuestro derecho a una vida digna, dominan los hábitos culturales y de consumo de nuestros pueblos y naciones.
Las transnacionales han mercantilizado la vida y siguen apoderándose de nuestros territorios, bosques y agua, transformando las relaciones sociales y humanas. Hoy, por ejemplo, la salud y la educación son consideradas privilegios de quien tiene dinero y no derechos universales de todos los pueblos. En los EEUU y en varios paises de la UE los bancos se han apropiado de las casas de miles de personas. En Europa se han impuesto las llamadas medidas de austeridad que son una réplica de los programas de ajuste estructural que hace tiempo se implementan en los países del Sur para hacer frente a la llamada “deuda externa”. Hoy nos encontramos con ataques sin precedentes a los servicios publicos, derechos laborales y a los programas sociales, mientras los gobiernos usan dinero público para salvar los excesos de los mercados e instituciones financieras.
Las transnacionales operan de forma global, se mueven de un país a otro, pero en todos aplican la misma receta del lucro a cualquier costo. Y el costo lo pagamos nosotros y nosotras, el 99%. Las resistencias crecen diariamente en todo el mundo: hay cada vez más comunidades, movimientos y pueblos luchando contra las transnacionales – se enfrentan a empresas o sectores específicos y han obtenido importantes victorias. Aún así, no hemos logrado frenar el avance de las transnacionales pues cuando son derrotadas en un lugar rearman sus estrategias y se mueven a otro territorio volviendo a la carga contra cualquier obstáculo.
Es por ello que para enfrentar el poder corporativo y el sistema que le protege y beneficia, es necesario y urgente dar una respuesta sistemática. Debemos unir nuestras experiencias, luchas, aprender colectivamente de nuestras victorias y nuestros fracasos, compartir estrategias y análisis para frenar la impunidad de las transnacionales. Las luchas concretas de nuestras comunidades contra una transnacional pueden ser aún más triunfadoras si podemos unirlas con las de otros pueblos en otros países, regiones o continentes.
Compartir nuestras experiencias de modos de vida distintos a la cultura de la producción transnacional impuesta desde el capitalismo que quiere disfrazarse de verde, es también fundamental para poder construir una sociedad alternativa en la que los pueblos seamos protagonistas y soberanos.
Nosotros, las organizaciones y los movimientos firmantes les invitamos a sumarnos y construir conjuntamente este proceso de movilización y campaña global contra el poder de las corporaciones y sus crimenes contra la humanidad. Desmantelar por asfixia el sistema de poder de las transnacionales requiere de la acción coordinada a nivel mundial, de la lucha en muchos ámbitos, de la combinación de la movilización en las calles y territorios, la educación popular, y acciones en parlamentos, medios, foros y organizaciones internacionales.
Creando un poderoso movimiento de solidaridad y acción contra las transnacionales, sus apologetas y facilitadores, construiremos un mundo libre del poder y la codicia de las transnacionales.
¡Desmantelamos el capital poder corporativo!
¡Por el fin de la impunidad de las Empresas Transnacionales!