Adjuntamos a esta noticia la sentencia que declara nulos dos despidos de miembros de CGT. Os recomendamos su lectura.

Es muy curiosa la ceguera que ofusca a los representantes empresariales cuando se trata de afrontar la acción sindical combativa sin reservas de CGT, hasta tal punto que llegan a invertir los sentidos de las palabras.

Es muy curiosa la ceguera que ofusca a los representantes empresariales cuando se trata de afrontar la acción sindical combativa sin reservas de CGT, hasta tal punto que llegan a invertir los sentidos de las palabras. En el caso de Sitel hemos tenido un ejemplo muy patente con la reciente sentencia de despido nulo del 23 de diciembre de nuestros compañeros David Díaz y Oriol Romero, a quienes un miembro de la representación empresarial en la mesa de negociación del enésimo ERE, de cuyo nombre no quisiéramos acordarnos pero nos acordamos, Pilar Ocaña, acusó nada menos que de ladrones, allá por el mes de abril de 2014. Ante esa perversión del lenguaje nos surgen unas cuantas preguntas:

– ¿Quién es ladrón, quien roba los puestos de trabajo y su fuente de ingresos o quienes defienden los derechos de l@s trabajador@s y se llevan unas torres de ordenador que iban a ser desechadas?

– ¿Quién es ladrón, quien despide con falsas excusas a dos militantes de CGT o quien pretende quitárselos de en medio y robarles su derecho a combatir por todos los medios legales y sindicales a las víctimas de la avaricia de Sitel?

– ¿Quién es ladrón, quien pretende robar el derecho al uso de horas sindicales durante las vacaciones de l@s representantes de l@s trabajador@s y hace el ridículo en la Audiencia Nacional o quienes soportan estoicamente meses de paro esperando volver a sus puestos de trabajo y defender a sus compañer@s?

– ¿Quién miente, engaña y presenta una denuncia falsa y malintencionada a la policía, Sitel o los compañeros David y Oriol?

Creemos que las respuestas son claras, tan claras como la ejemplar sentencia que condena a readmitir y pagar los salarios de tramitación pendientes a David Díaz y Oriol Romero, el primero de ambos afiliado a CGT y el segundo representante de los trabajadores en Sitel Barcelona por parte de nuestro sindicato. Afirmaciones como la de que Sitel aprovechó que los compañeros cogieron unas torres de ordenador que iban a ser llevadas a un punto limpio sin ninguna clase de información de la empresa, tal como ya acreditó el juzgado de lo penal en el juicio previo a esta sentencia, para deshacerse de ellos y marginar a Oriol de la mesa de negociación, o que todo se usó como excusa para el mismo fin, que creaban problemas por pertenecer a CGT o que batallaban y le eran molestos a Sitel, rara vez vistas en sentencias judiciales, no dejan lugar a dudas: Sitel ha vuelto a hacer el ridículo en su ciego afán de machacar a l@s trabajador@s desembarazándose de quienes l@s defienden.

Por fin la lucha y la resistencia indomable de David y Oriol, al igual que en su día sucedió con los compañeros José Carlos Romero, de Transcom; Paz Oyó, de GSS; o Juan Montaño, de Unitono, ejemplifican lo que significa la CGT y las escasas, por no decir nulas, posibilidades que tienen las empresas de telemarketing de librarse de nuestra acción sindical. Si nos despiden, volvemos con más fuerza al puesto de trabajo y a nuestra incesante lucha. Una vez más, y no nos cansamos de repetirlo, hemos de decir:

EL PUESTO DE TRABAJO NO SE VENDE, SE DEFIENDE.

SE PUEDE, SE DEBE LUCHAR CONTRA LOS ERE.


Fuente: Sector Federal de Telemarketing de CGT