El pasado 9 de junio se celebró la vista de la demanda por “huelga ilegal” que habían interpuesto Aena y Enaire por las convocatorias de paro que realizó CGT en Barajas para los días 29 y 31 de agosto de 2014. En la misma, y ajeno a cualquier rigor jurídico, se vierten una serie de absurdas argumentaciones, como que se trata de una “huelga política”, con el único objeto de frenar nuestra acción sindical y las movilizaciones de los trabajadores de Aena en denuncia por la constante pérdida de derechos laborales, los continuos incumplimientos de convenio, el claro retroceso en nuestras condiciones y, por supuesto, la denuncia del expolio que ha supuesto la venta de Aena.
Como quedó patente en el juicio, este tipo de demandas abusivas, que empiezan a ser frecuentes en el panorama laboral de este país, no tienen otro objetivo que ser un aviso para navegantes, no sólo los demandados, sino para todos aquellos que tienen un ánimo de contestación frente a los abusos empresariales. Se nos solicita una cantidad cercana a los 380.000 €, de manera individual a las personas que formamos el comité de huelga, y sin proporcionar un argumento del porqué de esa cantidad y no, por ejemplo, 5 o 10 millones.
Como quedó patente en el juicio, este tipo de demandas abusivas, que empiezan a ser frecuentes en el panorama laboral de este país, no tienen otro objetivo que ser un aviso para navegantes, no sólo los demandados, sino para todos aquellos que tienen un ánimo de contestación frente a los abusos empresariales. Se nos solicita una cantidad cercana a los 380.000 €, de manera individual a las personas que formamos el comité de huelga, y sin proporcionar un argumento del porqué de esa cantidad y no, por ejemplo, 5 o 10 millones. Tan obvio es que cualquiera con nuestros sueldos y cargas familiares se lo piensa, como que se trata de abusar de una herramienta como el derecho para frenar reivindicaciones legítimas. Es por ello que solicitamos una multa por demanda temeraria así como la condena en costas. Igualmente está pendiente la demanda que interpusimos por unos servicios mínimos que se fijaron en el 85% para Aena y el 100% para Enaire, unas plantillas que quisiéramos que se respetaran en el día a día.
Por otra parte, lo más importante es que lo que reivindicábamos sigue pendiente y vigente. Os recordamos cuál fue el literal del objeto de los paros:
Contra la PRIVATIZACIÓN DE AENA, pues no se aportan garantías de mantenimiento del empleo, tanto de los empleados con contrato fijo como temporal, y, en especial, de éstos últimos. Contra el cambio de modelo de gestión, pues la entrada del ánimo de lucro sustituye la función social que hoy presta nuestra empresa pública. Esto va a repercutir negativamente en la SEGURIDAD del transporte aéreo, en la de los usuarios y de los propios trabajadores del aeropuerto. Por el mantenimiento del empleo público y de la condición de empleados del sector público. Conversión de los contratos temporales en fijos. Y, en especial, la recuperación de las plazas de interinos impropios amortizadas y de la no cobertura de las resultas en los procesos de promoción interna en el aeropuerto de Madrid/Barajas. Exigir el cumplimiento de la plantilla mínima correspondiente al aeropuerto de Madrid/Barajas, con su dotación y distribución por ocupaciones acordadas en el Acuerdo de Garantías, Acta de Preacuerdo de desconvocatoria de Huelga de 16 de marzo de 2011 (Anexo VII del I Convenio Colectivo del Grupo Aena). Respeto a los acuerdos de desconvocatoria de huelga de 4 de marzo de 2004 sobre garantía en el empleo, por el cual la empresa se comprometía a mantener y desarrollar todas las ocupaciones del convenio colectivo, de manera que las tareas y funciones presentes en las fichas de ocupación se desarrollen por personal propio de Aena S.A y Enaire en el aeropuerto de Madrid/Barajas.
A nadie se le escapa que venimos sufriendo un severo retroceso en nuestras condiciones laborales: externalizaciones de servicios que llevábamos en propio (SDP, TWR’s, aparcamientos, salas…) y que se amenaza con seguir perdiendo contenidos ocupacionales y plazas, como los proyectos de subcontratación de centrales eléctricas en algunos aeropuertos.
Se han laminado los derechos de nuestros compañeros temporales que, además de venir sufriendo un proceso de sobreexplotación en sus contratos, se ha dilatado nuevamente su consolidación, y se pretende eliminar cualquier solución a lo que es un problema de conciencia con la creación de nuevas bolsas y la eliminación de las que todavía subsisten.
Se introdujo una rebaja de convenio para los numerosos centros del llamado Grupo III, donde se han modificado horarios, jornadas, plantillas y contenidos ocupacionales, intentando sumar la desprofesionalización al resto de la pérdida de derechos. Y tampoco se ha avanzado en la solución de la reagrupación familiar tras los numerosos traslados forzosos motivados por el acuerdo del sarcásticamente denominado Plan de Eficiencia Aeroportuaria.
El resto, vemos todos los días que tenemos menos plantillas, que no se producen coberturas de las ausencias, que los límites del respeto al convenio se trasgreden todos los días, lo que se traduce en aumentos de las cargas de trabajo, la judicialización de las relaciones laborales, la multifuncionalidad… las plantillas se exprimen, modificando horarios y jornadas, incumpliendo preavisos, instalados en la congelación salarial de la que ya ni siquiera se habla.
El horizonte lo conocen ya otros trabajadores del sector aeroportuario como el de handling: el trabajo a solicitud, el camino hacia el contrato 0 introducido por Cameron en Reino Unido.
El pasado 3 de junio la Delegada del Gobierno nos negó una concentración en protesta contra la privatización de Aena frente al lugar donde se reunían la primera Junta General Ordinaria de accionistas de Aena, que alquiló las lujosas salas del Museo de la Real Fábrica de Tapices. Recordemos que el segundo accionista de Aena tras Enaire es el fondo buitre TCI, con sede en las Islas Caimán.
Dentro de esta perspectiva, CGT mantiene su coherencia en su posición de defensa del servicio público aeronáutico y aeroportuario, y en contra de su privatización, exigiendo la recuperación de los servicios de NA cedidos a la gestión privada, así como unos aeropuertos públicos, seguros, social y económicamente sostenibles, por ser un sector estratégico para el desarrollo del territorio y de sus ciudadanos y garantía en la estabilidad y en el empleo de sus trabajadores.
Esto expusimos en la convocatoria de huelga y esto seguimos manteniendo como algo más urgente ahora que hace unos meses. Las elecciones están a la vuelta de la esquina; no hay que ser adivino para saber que una coalición de PPopularDano’s terminará de regalar en Bolsa las acciones que todavía son públicas.
Seguimos en la lucha. Todos sois imprescindibles.
Los firmantes de la Convocatoria.
Fuente: CGT - AENA