Hoy hablamos de educación con la profesora de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Valencia, María del Carmen Agulló, quien colaboró en el documental, Las maestras de la República, ganador de un Goya. Con el intento, de vislumbrar, o entender, la esencia del mismo concepto educar, que implica a su vez muchos otros términos, y los claros y sombras a los que se ha expuesto nuestro sistema educativo, recordando a figuras tan importantes desde el punto de vista de la renovación pedagógica, como Giner de los Ríos y Ferrer Guardia. Sin olvidar los avances que supuso la Segunda República y los retrocesos actuales gracias al ministro Wert y, su recetario de medidas que progresivamente va desmantelando y empobreciendo a la escuela pública.
Primero, me gustaría empezar con la institución creada por Giner de los Ríos, ¿qué supuso, en aquellos años, la Institución Libre de Enseñanza?
Primero, me gustaría empezar con la institución creada por Giner de los Ríos, ¿qué supuso, en aquellos años, la Institución Libre de Enseñanza?
La Institución Libre de Enseñanza (ILE) es de finales del siglo XIX y, nace reivindicando la libertad de catedra. Se expulsa a una serie de catedráticos de la universidad y del instituto, y digamos que su punto de nacimiento es reivindicar que los profesores/as tengan derecho a ejercer la libertad de catedra, pues, entienden que el Estado no tiene derecho a decidir. Yo siempre relaciono este nacimiento de la ILE con lo que sería el paradigma de la libertad. Cuando nosotros hablamos de la Revolución Francesa hablamos de igualdad, libertad y fraternidad; diríamos que la libertad es lo que caracteriza a la ILE.
Francisco Giner de los Ríos, que sería uno de los fundadores, y después Bartolomé Cossío, que sería su discípulo predilecto, pusieron en marcha una institución que va a renovar lo que sería la educación en España, en muchos aspectos. Uno sería la metodología, ellos apuestan por un aprendizaje activo a través de la experiencia, sin libros de texto. Este es un debate que está ahora en la calle, el abaratar el precio de los libros de textos, pero, habría que preguntarse por qué hay que trabajar con libros de textos, por qué las editoriales tienen que mandar como se trabaja en una escuela. Ya desde la ILE se plantea que los críos y las crías tienen que tener muchos libros, de diferentes autores, para consultar y, que ellos construyan temas y debatan. Este es un debate que hoy en día ni se piensa porque estamos muy condicionados por el libro de texto.
Desde la ILE también plantearon como punto importante del aprendizaje las excursiones, y algo que me parece muy interesante es el concepto de ciclo único. Es decir, agrupar a los alumnos por el nivel de conocimiento no por la edad –que es lo que tenemos ahora- y hacer unas agrupaciones flexibles. Así, un alumno puede estar en un grupo aprendiendo matemáticas pero en otro grupo porque tiene un nivel superior o inferior en lengua, no como ahora que todo lo tenemos junto, e independientemente, de que tengan un ritmo diferente los unos de los otros. Cuando hay materias que tú puedes necesitar más refuerzo que en otras. También el tema de la coeducación, más que nada escuela mixta, en aquellos tiempos fue algo muy revolucionario, decir que niñas y niños tenían que estar en las aulas. Asimismo, entendían al maestro como guía y, no como el que tiene la sabiduría. El maestro o la maestra comparten, compartimos y aprendemos juntos, pero no es quien dice lo que hay que aprender, y limitarte a lo que él dice.
Existe también otro referente indiscutible e imprescindible si hablamos de renovación pedagógica, la Escuela Moderna de Ferrer Guardia.
La Escuela Moderna es todo un avance desde el punto de vista que está pensado desde el movimiento obrero. La ILE, sobre todo, quería formar en un primer momento, a la élite. Un modelo parecido al que tenían los jesuitas, quienes se dedicaban a formar a los dirigentes de la sociedad, porque ellos decían si formaban a los dirigentes en su pensamiento, dominarían a la sociedad. La ILE se plantea desde el punto de vista liberal formar a las élites. Por tanto, van a tener mucha importancia en el bachillerato, porque así formarán a intelectuales y a gente que dirigirá la sociedad desde un punto de vista liberal.
En cambio, Ferrer Guardia plantea la revolución, es decir, él piensa, que una revolución social no se puede hacer si no hay una revolución en la escuela, pero que hay que hacerla al mismo tiempo. Entonces plantea trabajar en la escuela de una manera que exista una coeducación de sexos y de clases, donde los niños y las niñas aprendan a ser críticos desde pequeños. También se le dio mucha importancia a la educación de los padres y las madres para que se implicasen mucho en las tareas escolares. El maestro no importa tanto que tenga título tanto que sea un buen maestro o maestra porque en la escuela moderna, siempre hubo maestros y maestras desde primera hora. Hay algo que a mí me encanta de la escuela moderna cómo se financia, es una escuela privada, que al estar en contra del estado no quiere depender del estado, entonces hay paga cada uno según sus posibilidades. Es decir, los críos y las crías que tienen más dinero pagan más, y los que tienen menos pagan menos, y luego hay siempre una sociedad obrera que protege de manera que las personas que pertenecen a esa sociedad si en algún momento están en la cárcel o en el paro es la sociedad la que paga la cuota, por tanto, se puede mantener la escuela. Esa solidaridad a la hora de pagar es lo que definiría la escuela moderna. La ILE sería la libertad, la Escuela Moderna diría la libertad pero también la igualdad y la fraternidad. Trabaja por cambiar la sociedad desde un sentido más igualitario.
Tras estos dos referentes, ¿qué supuso la proclamación de la Segunda República tanto desde el punto de vista educativo y, ligado a ello, para las mujeres?
La Segunda República apuesta de una forma decidida por la escuela pública, es decir, están en una época de crisis económica, pero, consideran que o, cambian la educación y escolarizan a todos los niños dando una educación de calidad o, España no va adelante. Por tanto, apuesta por la escuela pública porque se piensa que es la única que puede garantizar la igualdad entre todos los ciudadanos y formar ciudadanos. Eso también se conseguirá a través de la escuela laica, que es en la que se respeta las condiciones de cada familia, pero se piensa que los niños en un espacio privado pueden recibir formación religiosa, pero en un espacio público, como es la escuela. Además, apuesta de una manera muy decidida por la mejora de los edificios escolares, es decir, todas las cuestiones materiales, y algo para mí que es fundamental la formación del maestro. Reforma la formación inicial, la formación continua y reforma el proceso de selección. Es decir, más escuelas y mejores maestros. Es una apuesta, yo creo que la más importante que hemos tenido en la historia por mejorar la educación.
También la República, por otra parte, reconoció el derecho al voto de las mujeres, siendo el primer paso para que ellas fueran ciudadanas. Hasta ese momento las mujeres éramos súbditos. Después con el franquismo fuimos súbditos todas y todos. Pero con la República se concede el derecho a la igualdad, por tanto, somos ciudadanas y, hay que formar ciudadanas. El modelo de ciudadanas es un modelo de mujer que hasta ese momento no existía, quizás, solo en la teoría, pero, no en la práctica. Anteriormente, las mujeres no podían votar y no podían participar en plano de igualdad en la vida política. Eso significa que las leyes tampoco estaban hechas desde una perspectiva de igualdad, y la República al hacerlas ciudadanas pone en marcha un proceso enorme de igualdad en el acceso al trabajo, en el acceso a la educación. Hubo un cambio en la manera de vivir, es decir, el modelo de la ciudadana como mujer moderna, autónoma, e independiente porque puede trabajar. Ahora la mujer tiene un salario y eso le da una independencia económica, una independencia afectiva, antes de la República, para muchas mujeres la única salida era casarse. La República plantea que tú puedes escoger, puedes tener una formación profesional y, después si te quieres casar te casas, ya no es esa obligación. Si no me caso me muero de hambre. Ahora no, y esto para mí es una avance enorme.
En cambio, no podemos decir lo mismo con la instauración del franquismo…
La instauración del franquismo supuso un retroceso en siglos, porque deja en manos de la iglesia lo que sería la educación. Lo que denominaríamos el principio de subsidiaridad del estado respecto a la iglesia. Franco en el año 45 se quiere distanciar de los regímenes totalitarios que acaban de perder la guerra y, para ello deja la educación en manos de la iglesia. El estado no es el que educa, el que educa es la iglesia. Los padres son los que tienen el derecho a escoger la educación de sus hijos, y los padres la dejan en manos de la iglesia. Por tanto, durante el Franquismo, y hasta los años 60 con la Ley Villar-Palasí, la educación está totalmente en manos de la iglesia. Ni se preocupa por la formación de magisterio, que es muy deficiente, ni se preocupa de crear nuevas escuelas, ni construir edificios, ni renovar el material, es decir, durante el franquismo la apuesta por la educación es privada y, en manos de la iglesia.
Tras este repaso en líneas generales sobre algunos de los momentos claves de nuestra historia contemporánea, ¿qué ha pasado en lo que educación pública se refiere en nuestro país?
Con la República tenemos un pico, sería de apuesta por la escuela pública. Después tenemos un descenso enorme que es el franquismo, pero, el franquismo hasta el año 70. Curiosamente, los actuales dirigentes apuestan por el franquismo de antes del año 70, ya que en el año 70 hubo de nuevo una apuesta por la escuela pública. En aquellos años, tanto Villar Palasí como los tecnócratas, que están dentro del franquismo, piensan que el país no puede avanzar si los niños no están escolarizados obligatoriamente hasta los 14 años y con una misma escolarización. Hasta los años 70, a los 10 años se producía una separación, los críos y crías que hacían el bachillerato se iban al instituto y, los demás se quedaban en la escuela pasando el tiempo y a los 12 años se iban. Así, era evidente, que no podía progresar un país. Los índices de analfabetismos seguían siendo muy altos, entonces en los años 70 dentro del mismo franquismo hay un sector que apuesta por la educación pública. Esto se verá, sobre todo, en la transición y en los años 80. Para mí los años 80 y 90 significaron otra vez una apuesta decidida por la escuela pública, se dignificó, se construyeron escuelas, se formó el magisterio, y tuvimos una etapa que si se hubiese continuado hubiera fructificado, yo creo, en un gran avance para el país. Lo que pasa es que a partir de los años 90 vuelve a bajar y, ahora estamos otra vez en descenso. Es decir, aquí tenemos subida bajada, subida bajada, pero curiosamente, la subida fue a finales del franquismo y, lo que serían los primeros años del gobierno socialista hasta la aprobación de la LOGSE y la puesta en marcha de LOGSE. A partir de ahí, ya incluso, con el gobierno socialista empezaría a bajar un poquito. Todo el tema de las concertadas, para mí, ha sido uno de los grandes déficits de este país. Cuando entra el PSOE no se plantea directamente apoyar la escuela pública, sino que apoya las concertadas como un parche transitorio.
¿Es, entonces, la escuela concertada la lacra de la escuela pública?
Sí, una de las lacras de la escuela pública. Hoy en día está clarísimo, se está apostando por la escuela concertada, y, se está quitando, suprimiendo líneas de escuela pública, mientras, se está dando a la concertada. O se están dejando líneas de críos de infantil de 30 niños/as que eso es inviable y se están subvencionando la concertada. Yo también entiendo que una madre que tienen un crio de 3 o 4 años y tiene que escolarizarlo en una escuela pública de 30 alumnos, y al lado hay una concertada de 15, pues igual se va a la concertada. No podemos tirarle toda la culpa a la sociedad, sino a aquellos que están provocando que la calidad de la educación vaya descendiendo. Yo creo que cuando hablamos de educación es un gran error hablar de números, los críos y las crías son personas. Y se ha de ver la realidad de las escuelas. No es lo mismo una escuela que tiene críos y crías inmigrantes o que presentan algún tipo de problema, pues, no son que 15 críos que son un grupo homogéneo, por tanto no hay que mirar los números hayq eu mirar las realidades. Y sobre todo que infantil se la están cargando. Si te cargas infantil que es la base del sistema, después, poco a poco vas a tener que ir solucionado más problemas, que no podrás solucionar porque tampoco vas a tener recursos. Entonces, yo creo que en este momento se están cargando de una forma muy sutil la escuela pública, y por tanto, no estamos avanzando.
Entonces, ¿hemos perdido esa esencia de la República en materia educativa para instalarnos en la pervivencia de un modelo franquista?
En la República, se entendía la escuela pública como la escuela de todos y todas, ricos y pobres. Ahora la escuela pública vuelve a ser lo que era en el franquismo, la escuela de los pobres. El que no puede escoger va a la pública. La pública se está convirtiendo en el gueto de la gente que no tiene recursos. El tema de la libertad, que dicen, los padres tienen libertad para escoger; los padres tienen libertad para escoger si le damos igualdad de oportunidades. Decir que tienes libertad de escoger cuando te estas cargando la pública porque los edificios están en malas condiciones, con ratios enormes, quitas profesores de refuerzo, y en la concertada lo estas potenciando, no es ofrecer igualdad de condiciones. Ahí no hay libertad de elección. Ese pretexto de que gracias a la concertada pueden elegir no es verdad, desde el momento que la pública no es de calidad, y nos la estamos cargando. También como en el franquismo, volvemos otra vez a segregar por razón económica, y de sexo, que ya es increíble que volvamos a justificar algo tan injustificable como es los niños y las niñas no tienen que estar conviviendo, cuando en casa en la calle, en los juegos están conviviendo. Además, las razones que dan yo todavía las estoy esperando porque todavía no he oído del ministro que explique, claramente, cuáles son las razones que favorecen la segregación de sexos. A su vez y lo que respecta al tema de lo que es rural o urbano, los colegios rurales que son lo que dan vida al pueblo, se los están cargando, se están cerrando unidades. En lugar de consolidar una escuela pública y de calidad.
Por otra parte, tenemos que ser conscientes que las personas no somos iguales, porque no nacemos en las mismas condiciones. La República apostaba por compensar las desigualdades, y eso creo que es la auténtica igualdad. Teniendo en cuenta que no partimos todos del mismo punto de partida con igualdad de condiciones, la gente que parte con desigualdad hay que compensarla. Y eso debe hacerse desde las bases, también desde las escuelas.
¿Estamos apostando por un sistema que entiende la educación como motor de cambio?
Es curioso porque eso es lo que se pensaba en los primeros años del franquismo. Fíjate que ahora hemos vuelto a las revalidas, cuando en los 70 desaparece, porque se cree que todo el mundo tiene derecho a una educación igual. Sin embargo ahora hemos vuelto al sistema revalidas. Es evidente que no todo el mundo tiene que llegar a la universidad, pero dignifica la formación profesional, da recursos, que la gente vea que es rentable o tan satisfactorio estudiar fontanería como estudiar derecho. Y todos somos importantes. Yo creo que se está apostando por un modelo que para mí es lo peor, estudiar no para desarrollar tus capacidades sino para aprobar todas las sucesivas revalidas y pruebas que se van haciendo. Ir poniendo pruebas selectivas, no es para crear un nivel, sino para que todo el mundo estudie lo mismo y, para mí, para que pensemos todos igual. Cuanta menos capacidad tengas de un pensamiento divergente, cuanta menos capacidad crítica tengas, más obedecerás aquello que te dicen. Es una manera muy sutil, históricamente muy repetida y muy conocida, de hacer que la gente vaya por donde se quiere que vaya. Además, se están recortando todas las capacidades que no sean lo típico del siglo XIX como leer, escribir y contar. Las personas somos mucho más que lengua y matemáticas, que sí son importantes, pero al final nos vamos a reducir a lo que desde toda la vida se ha considerado lo único importante en la escuela, y todo lo que tiene que ver con una formación crítica, integral, que los críos y las crías aprendan a convivir, a compartir, a ser solidarios y, desarrollen cada uno sus aptitudes, eso desaparece totalmente.
Dicho esto, y teniendo como referente su estudio junto Andrés Payà sobre el primer cooperativismo en las escuelas, Les cooperatives d’ensenyament al País Valencià i la renovació pedagógica (Las cooperativas de enseñanza en el País Valenciano y la renovación pedagógica), ¿cómo entendemos ese concepto del cooperativismo a la escuela, además, elemento de la renovación pedagógica?
El libro que hicimos son los orígenes del cooperativismo de las escuelas aquí en Valencia, por tanto, estudiamos La Tramuntana, La Nostra Escola Comarcal, La Gavina, Les Carolines y La Masia. El tema del cooperativismo, para mí y por lo que vimos, es una organización, pero sobre todo, una manera de entender la vida. Desde mi punto de vista, una cooperativa, realmente, es valiosa cuando transmite ese espíritu de cooperación de todo lo que se hace en la escuela. A mí que un grupo de personas formen una cooperativa como podrían formar una sociedad limitada, anónima, porque le resulta desde el punto de vista más económico, más rentable una cooperativa me parece irrelevante. Para mí una escuela cooperativa es aquella que se organiza de forma cooperativa y, se transmite a profesorado, alumnados, padres y madres la forma de trabajar cooperativa. Es decir, se trabaja en asamblea, en un espacio de debate en el que los críos y las crías se pueden expresar libremente, en el que se toman las decisiones y eso se hace a nivel de clase, de organización y a nivel de decisión de cómo trabajamos, qué material utilizamos, qué línea pedagógica. Esa manera solidaria de trabajar de las cooperativas es lo realmente importante, y es algo que en un primer momento La Nostra Escola Comarcal planteó y llevó a término, es un modelo muy interesante de modelo democrático de la escuela.
¿Extrapolable al modelo público?
Claro, Freinet es el modelo de la escuela cooperativa y, él trabajó en una escuela pública, en la que, los críos trabajaban de forma cooperativa. Además, él formó una cooperativa de maestros y maestras donde participaban los padres y madres. La cooperativa, sobre todo, depende del ideal cooperativista que construya, o una escuela solidaria, o una escuela absolutamente elitista.
¿Cuál sería su modelo ideal de educación?
Para mí evidentemente una escuela, instituto y universidad pública. Potenciar al máximo la pública, y que exista la misma igualdad de condiciones con los centros privados. Además, si nos fijamos en la historia de este país lo más progresista y lo más conservador ha sido la privada, porque en este país cuando no se podía hacer nada en las escuelas públicas, se crean las escuelas privadas como una alternativa. La Institución Libre de Enseñanza nace desde el ámbito privado, y es lo más revolucionario y moderno del momento. La Escuela Moderna por definición también nace como escuela privada, y las cooperativas nacen porque no se podía trabajar de una forma democrática en aquel momento en las aulas. En este país, la privada nos ha proporcionado las mejores experiencias renovadoras. Por tanto, yo no estoy en contra de que existan alternativas privadas, siempre que exista la pública y sea de máxima calidad, para que exista libertad de elección con igualdad de condiciones.
Por último, pero no menos importante, tras esta conversación un llega a la conclusión de que para llegar a una educación pública y de calidad, ¿hay que reformar desde la base implicando a todos los agentes sociales?
Yo siempre lo digo, y en eso me ha marcado mucho Ferrer Guardia, si no se cambia la escuela no se cambia la sociedad, y si no se cambia la sociedad no se cambia la escuela. Tenemos una sociedad que mayoritariamente vota al PP, y es así, nos guste o no nos guste. Y mientras la gente siga votando al PP nosotros podemos decir muchas cosas de renovar la educación, pero, la educación no se va a reformar, porque la educación es un espejo de la parte política. Entonces, o al mismo tiempo que queremos cambiar la educación intentamos cambiar la sociedad o, para mí, la historia ha demostrado que no se puede hacer.
Por A. Carceller
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Fuente: Los ojos de Hipatia