El movimiento de descontento y rechazo total a cualquier representación del gobierno sigue aumentando plenamente en la provincia de Sidi Bouzid, no solamente en la capital de la provincia sino también en otras localidades como Regueb;Menzel, Bouzayen; Martenstyn;… Recordamos que Sidi Bouzid fue el punto de partida del levantamiento que derrocó al dictador Ben Alí.
El 29 de julio una gran manifestación ha salido de la Plaza Bouzizi ( en recuerdo de Mohamed Bouzizi, parado cuya muerte originó el principio del levantamiento) hasta el edificio de Gobernación; que se encontraba totalmente protegido por alambradas y por el ejército.
El 29 de julio una gran manifestación ha salido de la Plaza Bouzizi ( en recuerdo de Mohamed Bouzizi, parado cuya muerte originó el principio del levantamiento) hasta el edificio de Gobernación; que se encontraba totalmente protegido por alambradas y por el ejército.
Los manifestantes se vieron atacados por las milicias de Ennahda (partido islamista en el gobierno) que lanzaban piedras intentando disolver a los manifestantes. La reacción fue instantánea. Los manifestantes se lanzaron contra las milicias de Ennahda, en su mayoría colocados en la administración de la provincia, haciéndolas huir, teniendo que refugiarse en las mezquitas.
El objetivo de los manifestantes es la disolución del gobierno local y su sustitución de un comité regional de gestión de la ciudad, basado en el consenso popular revolucionario. Todavía no está claro cómo decidir su composición.
En Regueb
Otra manifestación con el mismo objetivo partió en Regueb (provincia de Sidi Bouzid) desde el local de la UGTT pasando por el centro de la ciudad hasta concentrarse frente a la delegación del gobierno que estaba abandonada por su personal. La policía intentó intervenir varias veces pero la resuelta determinación de los manifestantes impidió su intervención.
Ante el vacío de poder, la coordinadora local de gestión de la ciudad se ha hecho cargo de la gestión de los asuntos públicos.
La situación general en Túnez
El asesinato de Mohasmed Brahmi, diputado del partido Ettayar Achasabi (corriente popular) y miembro del Frente Popular, demuestra la debilidad en Túnez del islamismo radical que se ve obligado al terrorismo individual y al asesinato ante su incapacidad por movilizar al pueblo tunecino.
El gobierno de coalición islamista-laico, presidido por los islamistas de Ennahda está en caída libre y en una situación de inestabilidad. La oposición exige un gobierno provisional que prepara nuevas elecciones y la disolución del actual gobierno y de la Asamblea constituyente.
Pero lo más importante, fuera de las luchas partidistas, es que el pueblo tunecino sigue reclamando cambios económicos y sociales que mejoren sus condiciones de vida y un ejercicio pleno de las libertades. Dos años y medio después de la caída de Ben Alí, la situación social y económica sigue sin mejorar y las violaciones de las libertades son continuas.
Y sobre todo, el mantenimiento de ese impulso revolucionario, especialmente en las provincias más deprimidas en el interior del país, como Sidi Bouzid, Gafsa…para continuar el camino hacia una democracia real, basada en el autogobierno local del pueblo y desde el pueblo.
Se sigue extendiendo: “un golpe contra un@ de sosotr@s, es un golpe contra tod@s”, la solidaridad y el apoyo mutuo.
A.K.
Equipo de trabajo para el norte de África de la S. de RR. II. de la CGT
Fuente: Equipo de trabajo para el norte de África de la S. de RR. II. de la CGT