quién invita al asombro
en las mañanas de bruma
si no el hálito leve
de un pezón que se avista.

quién invita al asombro
en las mañanas de bruma
si no el hálito leve
de un pezón que se avista.

carne de alabastro y nácar
róseos aljófares de suave tacto
mullidos pétalos de húmedos rincones
: un desnudo integral cada mañana
saluda a unos ojos ya cansados
tras cuarenta lluvias torrenciales
: es
la amante del salitre
la divina nécora que abraza
con sus pinzas de cartílago y acero
el miembro que se inflama
al contacto de estar vivo
y sentir los soles como yagas.

nubes de pálido gris
copulan el planeta
y desovan su semen
en la tierra parda.

no hay cifras que descifren las caras pulidas
y se ignoran los detalles de la suerte voluble
: un suculento ágape
de fúnebres enseres
anuncia el oráculo que ignora certezas
que sólo conoce adeenes inconclusos
de besos espirales
– labios abiertos
que se muerden y retuercen
por hacerse vivos
y surgir del agua que contiene cada abrazo
en el cauce soterrado
de las caracolas blancas.

(de ráfagas de niebla)
procede de rdn 4 – arden pueblos

Extraido de entredicho.wordpress.com


Fuente: entredicho.wordpress.com