Las tremendas movilizaciones que paralizaron a la península no tuvieron como protagonistas exclusivos a los tradicionales sindicatos; irrumpieron jóvenes, migrantes, mujeres, mayores y estudiantes, con imaginación y acciones que, aunque no uniformes, van cosechando éxitos y abriendo un camino al futuro.
Raimundo Viejo Viñas - http://desinformemonos.org/2012/04/huelga-general-29m-suma-sigue-espana/
Estado Español.
Las huelgas han sido un nuevo éxito de la política de movimiento. Que
los ayuntamientos en manos de los conservadores hayan optado por
encender la luz durante el día con el único objeto de intentar menguar
las estadísticas que prueban la parálisis total del país es la mejor
prueba. Manipulan de manera burda hasta las más elementales reglas de
juego.
Estado Español.
Las huelgas han sido un nuevo éxito de la política de movimiento. Que
los ayuntamientos en manos de los conservadores hayan optado por
encender la luz durante el día con el único objeto de intentar menguar
las estadísticas que prueban la parálisis total del país es la mejor
prueba. Manipulan de manera burda hasta las más elementales reglas de
juego.
Pero si hemos dicho “huelgas” y no
“huelga”, en singular, es porque, en realidad, esta huelga ha sido
doble. Por una parte ha sido la huelga general convocada por los
timoratos sindicatos españoles, siempre prudentes a la hora de convocar a
la movilización social y que durante las últimas décadas han dejado la
iniciativa a sucesivos gobiernos y partidos. Pero, por otra parte,
también ha sido una huelga otra; una forma emergente de repertorio de
acción colectiva que apenas ha comenzado a dar sus primeros pasos, pero
que como hemos podido ver desde la anterior huelga del 29S madura a gran
velocidad.
En efecto, la huelga general sindical
está viendo emerger otro tipo de huelga: la huelga metropolitana del
precariado, animada por redes de activistas que no han cesado de
formarse, de agregarse, de recombinarse en los últimos meses. Este otro
tipo de huelga ha desbordado el viejo repertorio de la parálisis del
transporte, del paro fabril, del colapso de la producción provocado
desde los centros de trabajo y ha puesto de relieve otro repertorio
concurrencial, innovador, dinamizador y capaz de proyectar
sinérgicamente la política de movimiento más allá de sus formas
tradicionales: centros universitarios ocupados desde el lunes, huelgas
de consumo, piquetes metropolitanos de jóvenes, migrantes, mujeres o
gente mayor, la riqueza desplegada una vez más por esta multitud no
conoce las limitaciones institucionales de la acción social concertada
que en su día se instituyó con los Pactos de la Moncloa.
El progreso del nuevo repertorio no es
fácil, todavía no está institucionalizado y apenas alcanza a definir una
estrategia común. Por si fuera poco, la izquierda tradicional, tras
años de resistencialismo y posiciones defensiva, no pocas veces lo ha
atacado de manera visceral, ideológica, carente de alternativas que
ofrecer más allá de la hegemonía que ha mantenido sobre el trabajo
representado en las negociaciones (cada vez más distante y menos
representativo del trabajo real). No importa, la ola de movilizaciones
prosigue con éxito un camino que deja ya una estela de éxitos: el 29F,
el 17N, el 15O, el 15M, el 29S…
Esta ola es imparable. No al menos
mientras el régimen político no cambie de rumbo. Nada apunta a que será
así. Ya en verano el mando blindó el régimen contra cualquier
posibilidad modificando la Constitución de 1978 por medio del pacto
entre el partido socialista y el partido popular. A pesar de la
persistente reivindicación del 15M para modificar la ley electoral, los
grandes partidos, obscenos beneficiarios de esta lógica, están
dispuestos a seguir manteniendo esta piedra angular del mando mientras
sea posible.
De hecho, sólo la movilización en la
calle, la emergencia de nuevos actores, la disociación y el
distanciamiento entre la constitución formal del gobierno y la
constitución material de la sociedad, abren una posibilidad con futuro.
La ruptura del régimen y la instauración de un régimen alternativo es
cada día menos el deseo ideológico del revolucionario y más el
imperativo de la situación cotidiana de la gente corriente. Quien quiera
trabajo tendrá que organizarse en una cooperativa, quien quiera
aprender tendrá que organizarse su propia universidad alternativa, quien
quiera obtener cultura tendrá que compartirla. Este es el régimen
político del común que progresa hoy en las calles.
http://desinformemonos.org/2012/04/huelga-general-29m-suma-sigue-espana/
Fuente: Raimundo Viejo Viñas - Desinformémonos