La democracia no es otra cosa que la negación de lo político. Por ello llamamos a la abstención activa, lo que no tienen nada que ver con quedarse en casa y dejarles hacer, sino con luchar día a día, autoorganizarnos y ganar espacios de libertad frente al Estado y al Capital.
Este domingo 20 de noviembre viviremos de nuevo la “gran fiesta
democrática”, las elecciones generales, por medio de las cuales —nos
dicen— podremos decidir acerca de nuestro futuro, muy democráticamente
todo, por supuesto. Pero, ¿realmente decidimos algo cuando nuestra
participación en la política se reduce a meter una papeleta en una urna
cada cuatro años —o los que sean—, limitándonos a elegir de ese modo a
quienes decidirán por nosotros/as?
Este domingo 20 de noviembre viviremos de nuevo la “gran fiesta
democrática”, las elecciones generales, por medio de las cuales —nos
dicen— podremos decidir acerca de nuestro futuro, muy democráticamente
todo, por supuesto. Pero, ¿realmente decidimos algo cuando nuestra
participación en la política se reduce a meter una papeleta en una urna
cada cuatro años —o los que sean—, limitándonos a elegir de ese modo a
quienes decidirán por nosotros/as?
La democracia no es otra cosa que la negación de lo político.
Por ello llamamos a la abstención activa, lo que no tienen nada que ver
con quedarse en casa y dejarles hacer, sino con luchar día a día,
autoorganizarnos y ganar espacios de libertad frente al Estado y al
Capital.
Nos sobran las razones para dejarles solos con su farsa.
Porque nos negamos a participar de un sistema que enajena lo común y
lo reduce a criterios mercantilistas —cuantificación, productividad,
rentabilidad, etc— que no responden a las necesidades e intereses reales
de las personas sino a los del Estado y el Capital.
Porque no queremos ceder el poder sobre nuestras vidas delegándolo en
unos representantes profesionales que, necesariamente, tomarán
decisiones por nosotros, obligándonos a vivir permanentemente como
neonatos incapaces de valerse por sí mismos y de decidir sobre todo
aquello que nos incumbe.
Porque más allá del “secuestro” de la democracia y de la política por
parte de los organismo económicos supranacionales, auténtico gobierno
en la sombra, creemos que la democracia, ya sea en su forma actual o
bajo otras supuestamente más participativas, no sirve más que a la
perpetuación de un sistema, el Capitalismo, radicalmente contrario a la
libertad, un sistema que nos aísla y nos obliga a competir con aquellas
personas que nos rodean para asegurarnos una supervivencia que reduce la
vida a sus aspectos más miserabilistas.
Porque creemos en otra forma de hacer política, de organizarnos, de
pensar aquello que nos afecta y de tomar decisiones en común y
libremente, en definitiva, de vivir nuestras vidas tal y como nos
gustaría vivirlas y compartirlas y no como desde arriba nos dicen una y
otra vez que es la única posible.
Porque los partidos grandes solo hacen lo que los pequeños todavía no
pueden hacer, el tamaño no importa, pues su estructura y forma de hacer
es la misma.
Porque tenemos asambleas libres y podemos extenderlas a todos los
rincones y actividades, haciendo de ellas la base de un mundo nuevo en
el que las decisiones no sean tomadas por unos pocos en interés de no sé
sabe quién.
Por todo ello y mucho más, este domingo ¡No votes, organízate y lucha!
Y por la noche, cuando sus urnas llenas de falsas promesas sean abiertas y Ellos
nos quieran pendientes de su circo mediático y sus resultados, acudamos
juntos a Sol a seguir demostrándoles que no, que no, ¡que no nos
representan!
Grupo de trabajo de Política a Largo Plazo de Acampada Sol (Asamblea de Pontejos)
http://madrid.tomalaplaza.net/2011/11/17/que-no-que-no-que-no-nos-representan-ni-ahora-ni-nunca-ni-estos-ni-otros/
Fuente: Grupo de trabajo de Política a Largo Plazo de Acampada Sol