Habrá a quién la lucha de los trabajadores de Parcs i Jardins de Barcelona le resulte tan sólo un minúsculo detalle, una anécdota o nota al pie, dentro de las vastas consecuencias de la gestión neoliberal que se está ejecutando hoy en día en el sector público. Más punzante que el caso de los jardineros, dirán algunos, son la sanidad y la educación públicas convertidas en pingües negocios.
28 de Julio de 2011 - Texto: Jordi Navarro, Fotografía: M.G. - Rambla: http://www.revistarambla.com/v1/index.php/sociedad/denuncias/707-externalizar-es-privatizar-aunque-el-amo-del-asunto-siga-siendo-el-ayuntamiento
Sin embargo, el caso del Institut Municipal de Parcs i Jardinsilustra con meridiana claridad el proceso neoliberal
-etapa tras etapa- de cesión de funciones públicas en favor del sector
privado. Y lo hace, no a pesar de la particularidad de su caso, sino
precisamente por ella.
Sin embargo, el caso del Institut Municipal de Parcs i Jardinsilustra con meridiana claridad el proceso neoliberal
-etapa tras etapa- de cesión de funciones públicas en favor del sector
privado. Y lo hace, no a pesar de la particularidad de su caso, sino
precisamente por ella. Gracias al caso de Parcs i Jardins, podrá observarse en dos pasos la estrategia neoliberal:
primero, el descrédito y la pérdida de calidad de un servicio público
acosado por los recortes presupuestarios, para, segundo, dar paso a una
escalonada privatización de los servicios prestados. Hasta que del servicio público sólo perdure una carcasa vacía de contenido y funciones.
Dentro de la serie que la Revista R@mbla
lleva a cabo siguiendo las diversas protestas sociales (en relación a
la sanidad, la cultura, la discriminación, etc), cumplimos encantados
con la obligación de hablar con uno de los colectivos de trabajadores
que más tiempo lleva luchando por sus derechos. Entrevistamos a Antonio
Cano y a Carlos Bernal, delegados en el Comité de Empresa de Parcs i Jardins por la Confederación General del Trabajo (CGT), en su sede en Via Laietana.
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Pregunta-. ¿Sueña la Sra. Imma Mayol con jardineros?
Antonio Cano-. Hombre, nosotros no tenemos una bola
de vidrio para saber lo que sueña…. Si soñara con nosotros, esa señora
haría mal: sería de mal político, e incluso de mala persona.
P.- ¿Cuál es vuestra valoración del paso de la sra.Mayol por el IMPiJ?
A.C.- Cuando Imma Mayol se estrenó como responsable del Institut Municipal de Parcs i Jardins (IMPJ), una parte importante de la plantilla de Parcs i Jardins
creyó que, con ella, entraban aires nuevos, de renovación. Y esto
despertó esperanzas en el colectivo de trabajadores. Con el tiempo se
demostró que era peor que lo que había antes. Resultó peor porque, en
lugar de avanzar hacia una coyuntura más dialogante,
más progresista, llevó a cabo políticas radicalmente opuestas a lo que
decía en la prensa: hablando de defender los servicios públicos, cuando
lo único que hemos visto de ella es la privatización. Y es que, desde nuestro punto de vista, externalizar
es privatizar: se realizan contratos para que un servicio público lo
ejecute una empresa privada, no porque ofrezca un mejor servicio, sino
porque hace negocio con él. Y eso es una política equivocada. Y creemos
que si esta política la realiza el Partido Popular (PP) o Convergència i Unió (CiU),
sigue estando equivocada, aunque, por lo menos, no se contradicen
afirmando que son de izquierdas y que su lucha es la defensa y
fortalecimiento del sector público, mientras sus políticas son de
derechas. Para esto hacía falta votar a la gente que se llama “de
izquierdas de verdad”: la señora Mayol ha realizado una política neoliberal, represiva con los trabajadores y con la representación sindical. La señora Imma Mayol ha dejado claro que ni es de izquierdas, ni es de verdad.
P. ¿Y cómo ha sido esta última etapa de la sra. Imma Mayol?
A.C.- Esta última etapa de la señora Mayol ha estado marcada por una falta de voluntad de mantener Parcs i Jardins como tal. En nuestro uniforme, teníamos un anagrama que decía: “Parcs i Jardins”: esto se diluye, desaparece este anagrama y aparece otro que pone “Medi Ambient”.
Lo que este cambio transmite es que los trabajadores que limpian, que
podan, que trabajan en los jardines, son todos de la misma empresa,
cuando ésta no es la realidad.
P-. Explíquennos la protesta que llevaron a cabo el pasado mes de noviembre.
A.C.-Durante
dieciocho días, hubo una media de veinticinco trabajadores encerrados,
aunque más que encerrados, aquello fue una ocupación-acampada en la
antigua sede de Parcs i Jardins (en la calle Tarragona),
que duró hasta alcanzar un acuerdo sobre el tema de la jubilación
parcial. Mucha gente estuvo acampada todos los días, y otros iban
rotando porque, claro, se tenían que ir al trabajo. Se organizaron
distintas actividades: chocalatada, conciertos de música, etc. Toda una serie de actividades, así como asistir a los actos de Iniciativa per Catalunya– Els Verds,
para hablar con los responsables. Antes de las elecciones autonómicas,
lo conseguimos tras diversas acciones. La última de ellas, con el
candidato de Iniciativa Els Verds, Joan Herrera, que realizó una presentación en un bar del Eixample para el colectivo de gays y lesbianas, y allí estábamos nosotros. Consideramos que fue esta presión directa al candidato de Iniciativa en el Parlament de Catalunya, la que permitió desbloquear el asunto de la jubilación parcial, logrando así solventar el problema.
P. ¿Qué solución se encontró?
A.C.-Ten en cuenta que el trabajo de jardinero es un trabajo duro, en el que la gente está muy cascada, hay mucha hernia discal,
es un trabajo físico… En el último convenio que firmamos -a parte del
actual, que es el vigente porque estamos en negociaciones-, uno de los
logros más importantes fue que los trabajadores de Parcs i Jardins
tuvieran la posibilidad de jubilarse de forma parcial a los 60 años.
Tal y como establecía la ley, la jubilación parcial significaba que los
trabajadores debían trabajar el 15% -que representa 33 días al año- y el
85% restante lo cubría la Seguridad Social como jubilación. Estas
jubilaciones parciales debían cubrirse con personal de relevo. Y el
segundo gran logro en el acuerdo de convenio -que no está recogido en la
ley, pero así se estableció-, fue que, una vez se acabara el contrato
de relevo, el trabajador no fuera a la calle sino que se le ofreciera un
contrato de interino hasta que apareciera una nueva oferta pública de
ocupación. Entonces el trabajador interino se presentaba como cualquier
hijo de vecino, y si aprobaba se quedaba la plaza, y si no, una vez
ocupada la plaza, se iba a la calle. Pero al menos hasta entonces
continuaba trabajando.
Carlos Bernal-. Con el propósito de mantener el número de plantilla, que ya es bastante corto como para ir perdiendo más trabajadores.
A.C.-. Con estas políticas neoliberales,
deciden, en el marco de la negociación colectiva, incumplir esta parte
del acuerdo de convenio referente a las jubilaciones parciales, arguyendo que las leyes habían cambiado. En el Departament de Treball
dicen que tienen razón, que con la ley en la mano hay un cambio
legislativo: si antes trabajabas el 15% y el 85% correspondía a la
Seguridad Social, el cambio en la ley dictaba que se tenía que trabajar
un 25% y la parte de la Seguridad Social se reducía hasta el 75%. Ésa es
la única diferencia legislativa.
Este mes de febrero, deciden continuar haciendo contratos de relevo.
Sin embargo, cuando estos contratos de relevo terminan, no se les ofrece
a los trabajadores un contrato de interino. Los echan a la calle. Por
otra parte, hay una bolsa de trabajo: el listado de personas que se
presentaron por la oferta pública. Así, los que mandaban en la Regidoria de Medi Ambient -la sra. Imma Mayol
e Iniciativa-, para que no se vea tanto la tropelía, deciden que,
cuando haya que realizar un contrato de relevo, en lugar de optar por la
gente de la bolsa de trabajo que lleva tiempo esperando, contrataran a
las personas que previamente han echado a la calle.
P.- Divide y vencerás…
A.C.-Es
una forma de enfrentar a la gente de la bolsa con la contratada de
relevo. Claro, cada uno mira por sus intereses: unos quieren trabajar y
los otros también.
P. Hay cinco sentencias judiciales -una de ellas dicta por el Tribunal Superior de Catalunya– que dan la razón al Ayuntamiento de Barcelona en lo referente al no incumplimiento del convenio.
A.C.-Hay
distintas sentencias sobre diversos puntos del convenio, no una
sentencia global sobre el convenio. Son sentencias, por ejemplo, sobre
el tema de horas extras. De igual modo, Magistratura de Trabajo ha
dictado sentencias que nos daban la razón.
C.B.-La
negociación ahora mismo está paralizada, con todos los incumplimientos
que nos hemos ido encontrado. La mayoría de incumplimientos se refieren a
contratación, horas extras, privatizaciones, externalizaciones, etc.
A.C.-Es un asunto complicado. Hay muchos temas donde el convenio dice una cosa y la interpretación del IMPiJ
es otra. Esto crea un conflicto que casi conlleva estar en juicios cada
día, a ver qué interpretación tiene cada cual. Por ejemplo, el convenio
habla que se pueden hacer un 5% de horas que no se considerarán horas
extra. Se pagan como prolongación de jornada, cuando realmente son horas
extra. Esto es un fraude a la Seguridad Social: pagan menos y cotizan
menos.
P.- Es una acusación grave.
C.B.- Todos
los técnicos, dirección y administración de la empresa, es decir, no el
colectivo de jardineros sino el colectivo de administración, que viene a
ser cerca del 35% de la plantilla, están cobrando un plus mensual que
es el de las 40 horas. Nosotros tenemos una jornada laboral de 35 horas,
y esta gente hace 5 horas más cada semana, que suman 20 horas extra
cada mes. Y al cabo del año son 220 horas extras. El máximo de
ampliación de jornada deberían ser 80 horas extra al año. Aquí ya se
están pasando. La interpretación de ese artículo que dice que se podría
ampliar el 5%, lo sobrepasan con creces. Lo que están haciendo es un
incremento salarial para un colectivo de trabajadores, que igual cada
uno se lleva unos 300 euros al mes por estas 5 horas semanales. Es un
colectivo importante de la plantilla que se está llevando ese dinero.
Pero el resto no vemos nada. Lo único que vemos es que estás en tu zona,
en tu jardín, y se nos va de las manos la jardinería: porque no puedes
llegar, porque falta personal,… Dónde antes había diez jardineros,
ahora hay cinco.
P.- Las 35 horas semanales fueron todo un logro.
A.C.- Cuando
se anunció la congelación salarial a los funcionarios públicos por
parte del Gobierno de Aznar, después de la negociación colectiva, como
ese dinero que se había perdido no se podía recuperar, conseguimos algo
que para nosotros era muy importante: ser una de las primeras empresas
en el estado español que implantó las 35 horas. Nosotros trabajábamos
37,5 horas y conseguimos las 35 horas a cambio de este dinero perdido.
En este sentido, nosotros siempre hemos sido -y me sabe mal decirlo-,
muy generosos. Siempre hemos buscado más la creación de ocupación que
los incrementos salariales. Muchas veces hemos perdido dinero para
conseguir que más gente entrara a trabajar. Siempre hemos creído que la
continuidad del IMPiJ y de dotar de calidad al mismo, era que hubiera gente trabajando.
Una de las luchas más importantes en la propuesta de convenio es la de
la contratación: del personal necesario para hacer el mantenimiento, de
contratos eventuales para el verano,… en definitiva, contratar
personal. Si no fuera por esto, hoy en día quizá el IMPiJ no existiría.
P.- La falta de personal debe suponer muchos problemas ordinarios.
C.B.-Estás
en una brigada con cuatro personas donde a lo mejor antes había siete, y
hay diferentes trabajos a realizar en un jardín: mantenimiento,
limpieza, siega, riego, etcétera. Y acaba ocurriendo que la gente se
marcha a trabajar sola, cuando en la calle nunca se debería hacer,
porque te puede ocurrir cualquier cosa: una subida de tensión, un golpe
de calor o cualquier otro percance. De hecho, está regulado que en Parcs i Jardins
no se podrá trabajar solo, pero en la práctica todos los días muchos
trabajadores se van solos. Incluso trabajadores con deficiencias
intelectuales van a trabajar solos: les dan la llave de paso de riego y
“venga, ves a abrir los riegos”. Y esa persona se va sola a abrir los
riegos por Barcelona.
Por otro lado, el tipo de jardinería que se realiza no es del nivel que
nos gustaría a los jardineros de calle. Cuando vamos a recortar un
seto, por ejemplo de pitosforum
-que es una planta bastante habitual-, te dan la tijera de dos manos
para que recortes el seto, en lugar de darte una tijera de mano para
recortar, para vaciar, para sanear el arbusto. Lo único que te dan es
para que lo dejes plano por encima y que se vea bonito, y ya está. Por
dentro ese seto se va envejeciendo, no se renueva,… Lo mismo ocurre
con la poda. Si en vez de podar un árbol cada cuatro años, haciéndole un
rebaje del 30% como se está realizando estos últimos años, se llevara a
cabo una poda más adecuada cada dos años, ese árbol tendría un
mantenimiento óptimo.
P.- ¿Más ejemplos?
A.C.- Otro
ejemplo es el césped. Hoy en día muchas zonas de césped de Barcelona,
carecen de césped. Son malas hierbas que, como se cortan, se ve verde
pero apenas hay semillas de césped. La calidad de los árboles de
Barcelona deja mucho que desear.
C.B.-¿Cuántos
años hace que no se lleva a cabo la escarificación (aireado de la
tierra y limpieza de raíces para que el césped crezca en condiciones)?
No se han comprado máquinas para llevar acabo la escarificación de los
parterres. No se hace nunca.
A.C.-Hay
estudios que afirman que los árboles están muy afectados, porque se han
realizado podas extremas. La mayoría de plataneros de la ciudad están
muy deteriorados. A nivel profesional, yo sí quería decir que Parcs i Jardins
durante muchos años ha estado en la vanguardia de la jardinería a nivel
estatal y europeo. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, la calidad
de los parques y de los jardines, incluso la profesionalidad de los
técnicos, han dejado mucho que desear. Hace poco apareció un escrito de
una gente de Sant Gervasi, sobre un árbol amenazado porque el Ayuntamiento quiere construir un párquing.
Pues bien, a la hora de referirse al tipo de árbol, los técnicos se
confunden, lo cual demuestra que el nivel deja mucho que desear.
P.- Como si se buscara el descrédito de Parcs i Jardins.
C.B.-En mi opinión, la voluntad de la dirección es perjudicar la imagen de Parcs i Jardins para que sea más fácil y comprensible por parte de la ciudadanía la externalización del servicio público. En este sentido, hay otro ejemplo: la carta a un diario en el pasado mes de junio, en que se acusaba “Ocho manos para plantar un arbolito”. Esas ocho manos no son decisión del jardinero que está en la calle plantando un arbolito. La decisión corresponde a la Dirección, que ordena: “Para plantar este arbolito,
se necesitan dos vehículos, el encargado, el peón, el que pica, el que
se sube al camión… Y eso lo harán cuatro personas”. Es la Dirección la
que decide cuánta gente hará cada trabajo. Eso no se lo inventa el peón
que está en la calle. Entonces, por parte de la Dirección, no hubo
ninguna respuesta a esa carta que crítica su propia gestión. Ninguna
respuesta institucional diciendo: “Oye, los trabajos son estos y estos
otros, y haga usted el favor de informarse bien”. En lugar de esto,
silencio absoluto. Y han de ser los propios trabajadores quienes han de
defender la gestión de la Dirección.
P.- ¿Hubo respuesta alguna a esa carta?
A.C.-La respuesta la hicimos nosotros. Se da la circunstancia que yo estoy destinado en la brigada de Poblenou, donde está el parque Doctor Trueta y el Parc Central del Poblenou (ese parque emblemático, del que nosotros realizamos una crítica fundamentada
defendiendo que no cumplía criterios básicos de jardinería; es un
parque de autor sin respetar criterios de jardinería). En fin, en la
carta que se publicó, aparece una foto de esta brigada con cuatro
compañeros plantando un árbol en la Rambla del Poblenou. Estas personas se sintieron
muy indignadas, porque se daba a entender que eran unos perros
gandules. Para plantar un árbol hay un camión que lleva otros diez,
quince o veinte árboles, y que deben plantarse en otros tantos sitios.
El arbolito tiene un cepelión
(las raíces, la tierra), que igual pesa 50 o 60 kilos, más el tronco
del árbol que puede medir cinco metros. Para bajarlo del camión, se
necesita una grúa: necesitas una persona que conduzca el camión y que
lleve la grúa. Y hay que cortar un carril del tráfico. Luego necesitas
una persona que suba en la caja del camión para enganchar el árbol en la
grúa, y esta misma persona tiene que bajar para desengancharlo y aguantarlo
mientras el resto de compañeros echan el metro cúbico de arena. Son
tareas en las que cuatro personas, en muchas ocasiones, son pocas.
C.B.-Te
viene un camión con quince árboles y tienes que plantarlos. Los árboles
no pueden volver al vivero. No es práctico pasear árboles por
Barcelona.
P.- ¿Y se publicó vuestra respuesta?
A.C.-Se dio la circunstancia que pasaron un par de semanas, y no se publicaba. Llamamos al Consell de Comunicació de Catalunya [sic] y explicamos el caso. Este Consell presionó a El Periódico, que finalmente la publicó. Y el argumento que ofreció sobre por qué no la había publicado fue: “Se nos olvidó”.
C.B.- De todos modos, es bastante extraño que una persona escriba esa carta porque se indigna justo en ese momento…
P.- Volviendo al tema del número de operarios en plantilla, ¿cuál sería una cifra óptima?
A.C.-.En
su día, el convenio recogió una cifra óptima de trabajadores para el
mantenimiento de las zonas verdes de la ciudad: 1,2 personas por
hectárea. Nosotros creíamos que la cifra debía ser más alta. En todo
caso, la realidad es que el número de personas por hectárea se sitúa en
un 0,7.
El argumento de la dirección del IMPiJ
de por qué ha descendido el ratio, es que las innovaciones tecnológicas
ya no necesitan de tanta gente como antes. Antes regaba con manguera y
ahora con aspersores… Pero esto es un argumento engañoso: el riego por aspersores necesita de trabajadores, porque si nadie controla el correcto funcionamiento, a la larga comporta un deterioro.
C.B.-Un dato importante: la misma Imma Mayol
decía, en un acto de hace un año, que el verde en la ciudad en el año
1992 era 100, en el año 2010 era 250. O sea, que se ha multiplicado por
2,5. La plantilla para mantener ese verde de la ciudad se ha quedado
prácticamente en el mismo número. No ha crecido la plantilla, y sin
embargo la zona verde a mantener es mucho mayor. Ahí se ve claro que no
puede haber la misma dedicación sobre esas plantas.
P.- Y para 2015 se prevén 85 bajas.
A.C.-Pueden
ser más, porque a parte está la gente que se jubilará,
incapacidades,… El año pasado éramos unos 1050 trabajadores, y hoy en
día somos unos 1010, de los cuáles unos 80 son trabajadores parciales,
que trabajan un 15% o un 25%, con lo cual no es un número real.
C.B.-Si
ahora mismo hay unas 100 personas jubiladas parcialmente, cuatro de los
que hacen el 25% suman un trabajador real. Por lo que la plantilla son
bastantes menos que los que figuran.
A.C.-Mayoritariamente, aquellos con jubilación parcial trabajan un 15%. Es decir, que en números reales aún sería menos.
C.B.-En total serán ciento y pico de puestos de trabajo menos, entre jubilados y relevistas.
P.- En relación a la privatización de Parcs i Jardins, ¿qué deberíamos saber?
A.C.-Por un lado, está la privatización clara y dura -que han intentado varias veces y no han conseguido- de convertir Parcs i Jardins,
de un estamento público a una empresa privada. Como esto no lo han
logrado, han intentado hacerlo por parcelas. Han comenzado por externalizar distintas tareas de la jardinería: por ejemplo, la limpieza de los parques ya no la hacen los trabajadores de Parcs i Jardins,
sino que la realizan otras empresas. Incluso con historias de
corruptelas: el Ayuntamiento de Barcelona está pagando los contratos a
estas empresas para limpiar los parques, pero los trabajadores de Parcs i Jardins
también tenemos la obligación aunque ya no nos corresponda, de si un
parque está sucio, limpiarlo. Haría faltar explicar por qué los
trabajadores de Parcs i Jardins
deben hacer estas tareas de limpieza, cuando no les corresponde y
además hay empresas privadas que están cobrando por estas tareas.
P.- Supongo que este aligeramiento de tareas no habrá sentado muy bien entre los trabajadores de Parcs i Jardins.
A.C.-
Para nosotros, la jardinería es un concepto integral: un parque es la
zona verde y la limpieza, todo lo susceptible de ser relacionado con un
parque (los bancos, las papeleras, etc). El Ayuntamiento ha ido segregando
todos estos trabajos auxiliares de la jardinería: la limpieza, el
mantenimiento de las zonas infantiles, una parte de la poda…, O los
tratamientos fitosanitarios (herbicidas, tratamientos de enfermedades), que el año pasado fueron externalizados
a una empresa. Que, por cierto, las medidas de seguridad consideramos
que no son las más correctas: con un cañón que lanza productos químicos
en la calle, sin señalizar, y en verano con las ventanas abiertas de las
casas… Una parte importante del mantenimiento de las zonas verdes de
Barcelona ya se encuentra subcontratado. Y el futuro parece marcado por ahondar en esta premisa. Ellos afirman que externalizar no es privatizar; y nosotros pensamos que externalizar es privatizar, aunque el amo del asunto sea el Ayuntamiento, porque los parques no se venden…
P.- ¿Los parques no se venden? ¿Seguro?
A.C.-¡De momento, de momento no se venden! Sí sabemos que se han dado casos, como en en el Laberinto de Horta,
donde hubo el proyecto de instalar taquillas para poder entrar, previo
pago. También corría el rumor que querían hacer lo mismo en el Parc Güell.
Para nosotros, esto también sería privatizar. Si un ciudadano cumple
con sus impuestos y para visitar un parque debe pasar por caja, sería
hacerle pagar dos veces.
P.- ¿Se encuentra en el horizonte la privatización del Institut Municipal de Parcs i Jardins?
A.C.-El IMPiJ,
que era un servicio municipal que dependía directamente del
Ayuntamiento de Barcelona, se convirtió en un organismo autónomo, lo que
supone un escalón más lejos de la gestión pública. El siguiente paso
fue convertirlo en una Entidad Pública Empresarial (EPE).
Y el último paso es constituirse en una Sociedad Anónima con
participación del Ayuntamiento. Queda claro que nuestra relación con la
administración va encaminada hacia la privatización.
En este sentido, parece que el mantenimiento de los jardines más
emblemáticos seguirá siendo gestionado por el Ayuntamiento, pero el
resto de zonas verdes serán responsabilidad de empresas privadas. Esto
supone una vuelta atrás de los logros obtenidos en los años 80: que el
Ayuntamiento democrático municipaliza el mantenimiento de la ciudad.
P.- Cerrada la etapa socialista en el Ayuntamiento de Barcelona, ¿cómo se valora este nuevo gobierno municipal de CiU?
C.B.-Antes
de las últimas elecciones municipales, cuando se intuía que podía haber
un cambio de gobierno, mantuvimos conversaciones con todos los grupos
municipales para afrontar los problemas, los incumplimientos de
convenio. Y en las conversaciones con Convergència i Unió (CiU),
nos hicieron entender que su intención era que en los parques
emblemáticos el mantenimiento siguiera siendo con una empresa municipal,
mientras que todos los trabajos de calle -lo que ellos llaman
auxiliares- pasaría a la empresa privada. Eso implica una reducción muy
importante: hay mucha más jardinería pública de calle, de plazas, que no
de jardines cerrados. Barcelona no es una ciudad de grandes parques
cerrados municipales.
P.- De modo que CiU ha ido de cara respecto a sus planes.
A.C.-Siempre
sienta peor que con el discurso te quieran engañar, a que te lo digan a
las claras. Y esta gente, por lo menos, ya nos han dicho que su idea es
la privatización.
P.- Ahora deberéis negociar el convenio con el nuevo equipo municipal, ¿no es así?
A.C.- Sí,
lo que pasa es que las negociaciones están paralizadas. Hay un nuevo
gobierno en el cual no ha comenzado la tela de araña de cambios
administrativos. Suponemos que hasta el otoño no conoceremos los nuevos
gerentes y responsables.
P.- Dejemos de lado, para ir acabando, las cuestiones más conflictivas. Explíquenme cuál es la parte gratificante del trabajo de jardinero.
C.B.-¿La parte gratificante
del trabajo? Yo pienso que ninguna. A nadie nos gusta trabajar. Yo
prefiero estar en mi casa que trabajando 7 horas dándole al pico, o a un
chapo, quitando malas hierbas con la espalda doblada, o con una motosierra entre las ramas de un árbol.
P.- Quizá el trabajo sea así, pero no se puede ser jardinero de un día para otro.
C.B.-Hay un tema importante, como institución, Parques y Jardines, históricamente ha tenido una escuela de jardinería, que es el IES Rubió i Tudurí. De allí han salido montones de profesionales de la jardinería, de los cuales se ha nutrido Parcs i Jardins así como otras muchas empresas de jardinería.
De esta escuela, la ciudad debería sentirse orgullosa por esta
institución de la jardinería que, a parte de hacer su trabajo, tiene su
escuela, que forma a sus trabajadores,… Luego, además, la implicación
de los trabajadores. No suele ser gente que esté de paso, si bien habrán
algunos que estaban en paro y vieron la jardinería como una
oportunidad. Pero la gran mayoría son profesionales de la jardinería que
pretenden desarrollar su trabajo. Hay un sentimiento amplio de
frustración porque se aprende un oficio, que luego, en tu lugar de
trabajo, no puedes llevar a cabo.
P.- Entiendo
A.C.-.
Una cosa es la jardinería, y otra cosa es trabajar de jardinero en
Barcelona. A mí la jardinería me gusta mucho, y la defiendo. Yo fui a la
escuela del Rubió i Tudurí. Un profesional de la jardinería realiza toda una serie de técnicas, que en Parcs i Jardins no se realizan. La jardinería me encanta, pero trabajar en Parcs i Jardins
es como hacerlo en una fábrica. El trabajo es como cualquier trabajo:
un tío que te manda, que a veces está más o menos capacitado, tiene un
modo de tratar a la gente mejor o peor, y depende de todo esto puedes
sentirte más o menos implicado. Llevo veintitantos años trabajando en esto, como para sentirme reconfortado. Aunque en el trabajo, luego, acabes haciéndolo lo mejor posible.
C.B.-Hay ejemplo de trabajadores que están en una zona concreta y se pasan 220 días al año, con una desbrozadora
colgada del cuerpo en parterres de hierba de metro y medio. ¿Cómo puede
sentirse realizado ese profesional? Pues de ninguna manera.
A.C.-Cuando
yo salí de la escuela, me sabía unas doscientos y pico plantas. El
nombre en castellano, en catalán y en latín. De la familia que eran,
cuándo florecía… Llevo 20 años trabajando en Parcs i Jardins, y ahora no sé si me acuerdo de cincuenta, que son con las que trato a diario.