Joni D., en «Qué pagui Pujol!, Una crónica punk de la Barcelona de los 80» (La Ciutat Invisible, 2011),  combina la investigación histórica y autobiográfica para retratar el movimiento punk de principios de los 80 del siglo XX, a partir de fotografías, carteles y octavillas, fanzines y recortes de prensa. El protagonista es el propio autor, adolescente y punk, que nos conduce desde la irreverente escena musical alternativa y las primeras okupaciones, hasta las movilizaciones autónomas en contra de la OTAN y el servicio militar.

Publicado en Rojo y Negro 248, de julio-agosto 2011. Pdf adjunto.

«Que pagui Pujol», ¿es una contracrónica de la historia oficial de los 80?

Son mis memorias juveniles y, como más o menos siempre he ido a la contra, contracultura, contrainformación, supongo que sí, que se puede decir que es una contracrónica. Debemos intentar ser nosotros mismos los que escribimos nuestra historia porque si siempre la escriben los mismos es una historia ficticia y tergiversada.

¿Qué fue el punk?

«Que pagui Pujol», ¿es una contracrónica de la historia oficial de los 80?

Son mis memorias juveniles y, como más o menos siempre he ido a la contra, contracultura, contrainformación, supongo que sí, que se puede decir que es una contracrónica. Debemos intentar ser nosotros mismos los que escribimos nuestra historia porque si siempre la escriben los mismos es una historia ficticia y tergiversada.

¿Qué fue el punk?

Fue de todo un poco. Empezó con la música y la imagen, el descaro individual a gran escala, continuó como una manera de vivir, de autogestionar nuestras vidas y acabó saliendo a la calle a expresar ideas muy concretas. En aquellos años ochenta el movimiento punki hizo una evolución impresionante.

Estructuras tu libro en tres grandes bloques. ¿Cuál es el contenido de cada uno de ellos?

Empecé a escribir bajo el título de «La importancia de las pequeñas cosas sin importancia», que es uno de esos grandes bloques de los que hablas, pues inicialmente quería reconocer la labor cotidiana de todas aquellas personas que sin querer hacer historia mediante su actitud contribuyeron positivamente a que la vida que tenemos sea como es. A medida que avanzaba me salieron los otros dos bloques: «Las cosas importantes» donde explicaba hechos que en el mismo momento de realizarse ya sabíamos que tendrían unas consecuencias (como los apuñalamientos de algunos fachas hacia compañeros, o el momento en que conocí a determinadas personas importantes en mi vida) y «Las cosas que pasan» donde hablo de nuestra realidad sin entrar a hacer valoraciones muy serias de aspectos que de alguna manera iban ligados a nuestra existencia.

¿En qué momento y por qué se politizan los punks de Barcelona?

Los punks éramos socialmente muy inocentes, agresivos pero no violentos y en todo caso la violencia inicial, a principios de década, era contra nosotros mismos. Éramos capaces de autodestruirnos para mostrar el rechazo frontal a la sociedad que nos habíamos encontrado. Al mismo tiempo y por la misma razón queríamos hacer nuestra vida, sin controles superiores, de ahí venía nuestra participación en radios libres, fanzines, grupos musicales, la organización de conciertos, etc … Todo nos lo hacíamos nosotros. Llegó un momento, el año 84, en que nos dimos cuenta que en Europa los punks tenían locales propios, los squats o krakers, las casas ocupadas, y decidimos probar para poder tener locales de ensayo, a partir de ese momento fue todo un tifón: ocupación, represión, contacto con los ateneos libertarios, manifestaciones, nueva ocupación, cárceles, protestas, aparición de los nazi-skins, autodefensa, lucha contra el servicio militar, de nuevo represión, hasta el día de hoy … Si no hubieran aparecido los fachas no habría cambiado nada. Aprendimos a hostias, que principalmente fueron de los cuerpos represivos.

¿Qué papel tenían los punks en las okupaciones? ¿Y qué relación tenían con los ateneos libertarios?

Las primeras ocupaciones fueron punks del todo, en instigación, planificación y desarrollo, pero ya en la primera van a parecer los compañeros del Ateneo Libertario de Gracia que, cuando llegó la policía a reprimir, fueron los primeros en empezar a cruzar contenedores y coches para hacer frente … Los «adultos» de pelo largo y barbas que nosotros veíamos como hippies nos empezaron a abrir puertas y a enseñarnos cómo movernos en determinadas situaciones. Al día siguiente, en el mismo ateneo, y mientras teníamos 17 o 18 compañeros y compañeras en el calabozo, hicimos una rueda de prensa a la que se acercaron los compañeros del Ateneo de Pueblo Seco. A partir de aquel diciembre del 84 ya tuvimos claro de qué lado estábamos y cuáles eran nuestros compañeros. La tercera ocupación, Cros 10, ya fue un poco híbrida, punks del barrio de Sants con el apoyo explícito de la Asamblea Libertaria del Barcelonés…

El activismo punk contra el servicio militar obligatorio, ¿se entendía en el movimiento antimilitarista?

Creo que sí, nunca olvidaré a Jordi García cuando me acerqué por primera vez al Casal de la Pau, sería el año 83, yo tenía catorce o quince años y fui a enseñar mis fanzines, él desde el principio me abrió las puertas para que colaborara en «La Puça i el general» y, en la revista, además de artículos sobre punk y cosas similares, realizaron el primer reportaje que recuerdo haber leído sobre el movimiento de ocupación. Cuando el Poly, bajista de L’Odi Social, se hizo objetor, rompió muchos tabúes dentro del propio movimiento punk, que veía la objeción como cosa de hippies, y fue un no parar… Creo que la lucha contra la «mili «fue la lucha más importante de la juventud del Estado una vez muerto Franco.

¿Fueron los punks los «antisistema» de los 80 y, como tales, criminalizados por los medios y la opinión pública en general?

Y tanto, los punks son los instigadores de los antisistemisma, había un grupo inglés que se llamaba Antisystem, siempre supimos que lo éramos. Probablemente la diferencia más importante radica en que a partir de que nos conocieron, los movimientos sociales, aunque no compartieran nuestra agresividad la comprendían, pues la violencia no era un tabú, veníamos de años muy violentos por parte del Estado, después de una dictadura asesina. Creo muy consecuente que los jóvenes salgan a la calle a romper escaparates de tiendas de moda que sólo nos venden mujeres anoréxicas e imagen fashion. Alguien tiene que hacerlo … Alguien lo hará …

¿Cómo se podría expresar hoy en día todo lo que se expresaba en los fanzines? ¿Hay lugar para un NDF digital?

Los jóvenes saben cómo llegar a los demás jóvenes, es cuestión de encontrar los canales, ellos están en red y se dicen lo que deben decir, nosotros les tenemos que ir abriendo puertas, enseñándoles caminos, y que ellos hagan lo que tienen que hacer … Desde hace unos meses hay un NDF digital. Como el libro, es una cuestión visceral, necesito sacar lo que me pasa por la cabeza, el corazón y el estómago, para estar tranquilo conmigo mismo, ha cambiado el significado de las siglas, pues a estas alturas no tengo ninguna necesidad de provocar a mi madre, que me entiende perfectamente. Ella era fan de Sinatra y por eso le puse al fanzine «Niños Drogados por Frank», hoy en día el NDF digital significa «Noticias Del Frente» y se encuentra en blogspot.com.

El libro, ¿es sólo para los supervivientes de aquella Barcelona de los 80?

De jóvenes éramos un poco sectarios y nos creíamos casi con la verdad absoluta, por ello, en principio, no buscábamos la enseñanza de la generación anterior, encima, los que nos hubieran podido entender y dar una mano (por suerte siempre hay excepciones) o los habían matado, o estaban en talego o exiliados o enganchados, hablo de los autónomos, de aquellos autónomos que se dejaron la piel en la lucha contra el Estado de finales de los 70 y principios de los 80. La verdad es que espero que el libro pueda servir de algo a las nuevas generaciones por lo menos para que sepan que si necesitan cualquier cosa, aquí estamos.

¿Qué semejanzas y diferencias ves entre el punk de los 80 y el movimiento 15M de ahora mismo?

Creo que la principal semejanza es la espontaneidad y la principal diferencia la paciencia… En principio ambas cualidades las veo como positivas hoy en día, en este contexto social, nosotros no habríamos aguantado la violencia policial de Plaça Catalunya sin responder y si el cerco pacífico al Parlament se hubiera realizado en los 80 no habrían salido solo con unas manchitas de pintura, de eso estoy seguro, pero tampoco habríamos convocado una manifestación a la cual hubieran acudido alrededor de 250.000 personas… Es un momento importante, hemos de ser pacientes pero al mismo tiempo ir empujando al movimiento, dotándole de base social y política… Por desgracia no creo que los que manejan los hilos vayan a realizar cambios sustanciosos en el sistema a cambio de manifestaciones pacíficas pero son ellos precisamente los que deben marcar el camino a seguir, si siguen dando palos la gente se cansará de ser carne de cañón…

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Entrevista realizada por Nuria Fabregat y publicada en el núm. 125 de la revista «Catalunya», febrero 2011. La traducción y la última pregunta por Rojo y Negro.