Desde el 27 de febrero, la huelga de los trabajadores de Sonatrach continúa a pesar de las promesas de la dirección de responder favorablemente a sus reivindicaciones en un plazo de tres semanas.
El movimiento se ha ido extendiendo hasta alcanzar seis centros de producción de Sonatrach en el sur del país que son afectadas por el movimiento de huelga: Stah, Hassi Messaoud, Rhourde Enouss, Hamra, Picadero Fouy Tabankort (TFT) y Ued Noumer.
Varios centenares de trabajadores observaron una huelga de hambre, negándose a acudir a los comedores para apoyar sus reivindicaciones. Este movimiento de huelga se desencadenó tras la firma del convenio de rama hidrocarburos el 23 de febrero de 2011 por parte de la UGTA al margen de los trabajadores lo cual ha motivado la retirada de confianza al sindicato nacional de Sonatrach y a las secciones sindicales de la UGTA y la elección de representantes directos en asambleas para negociar las reivindicaciones de los trabajadores.
Varios centenares de trabajadores observaron una huelga de hambre, negándose a acudir a los comedores para apoyar sus reivindicaciones. Este movimiento de huelga se desencadenó tras la firma del convenio de rama hidrocarburos el 23 de febrero de 2011 por parte de la UGTA al margen de los trabajadores lo cual ha motivado la retirada de confianza al sindicato nacional de Sonatrach y a las secciones sindicales de la UGTA y la elección de representantes directos en asambleas para negociar las reivindicaciones de los trabajadores.
Por su parte, la empresa, a pesar de aceptar la negociación con los representantes elegidos por los trabajadores, ha impuesto la presencia de la UGTA en las mismas, dejando claro que la UGTA es el sindicato de la empresa, no de los trabajadores, y ha dado un plazo de tres semanas para responder al conjunto de las reivindicaciones, habiendo ya aceptado algunas de ellas.
Reproducimos el comunicado enviado por el Comité Internacional de apoyo al sindicalismo autónomo argelino (CISA), comité del que forma parte la CGT. Adjuntamos en francés el texto de CISA y la plataforma reivindicativa de los trabajadores
Argelia: la rebelión social se extiende a los asalariados de Sonatrach en el Sahara
Jueves 10 de marzo de 2011, CISA Comité internacional de apoyo al sindicalismo autónomo argelino (CISA), 9 de marzo de 2011
Mientras que las rebeliones de la “primavera árabe” se multiplican desde enero de 2011 de manera espectacular en el Magreb y Machrek, Argelia parece permanecer aparte. Ciertamente, desde hace varios años, los motines son casi diarios, en todas las provincias: por el acceso al alojamiento o al empleo, contra el mal estado de las infraestructuras, contra la hogra (menosprecio) de las autoridades. Ciertamente, los actos de desesperación se multiplican, como las decenas de tentativas de inmolación con fuego constatadas desde el acto trágico del joven tunecino Mohamed Bouazizi, el 17 de diciembre de 2010, en el origen de la “revolución popular”. Pero nada comparable a las inmensas manifestaciones de Túnez o El Cairo, que obligó a los déspotas Ben Ali y Moubarak a la dimisión, o al levantamiento de la población libia contra el tirano Mouammar Kadhafi y a las rebeliones masivas de Yemen y Bahrein.
El ejemplo movilizador de los sindicatos autónomos
Desde febrero de 2011, las tentativas de movilización de la nueva Coordinación nacional para el cambio y la democracia (CNCD), mezclando militantes sinceros y representantes de partidos políticos de pacotilla, sólo tuvieron un fuerte eco popular limitado. Fueron metódica y fácilmente reprimidas por los jefes de la policía política (DRS), auténticos poseedores del poder. Y la alianza improbable que presidía esta iniciativa estalló rápidamente, los militantes de los derechos humanos (representados por Liga argelina de defensa de los derechos humanos que preside Mel Sr. Bouchachi) y los sindicatos autónomos de la función pública reanudaban con mucha razón su libertad de acción.
Pero este oscuro cuadro no debe ocultar otra realidad: las permanentes manipulaciones y actividades de desinformación de la DRS no consiguen romper la eficacia, aún muy mal reconocida por los medios de comunicación, del trabajo obstinado de los sindicatos autónomos. Desde hace una decena de años, estos sindicatos (en la primera fila de los cuales está el SNAPAP) se han convertido progresivamente en la principal fuerza organizada de conflicto con el poder del régimen militar argelino – un “régimen militar” en efecto, ya que el Presidente Abdelaziz Bouteflika no es, desde su elección fraudulenta en 1999, más que una marioneta que asume la fachada de un poder controlado realmente por el general Mohamed “Tewfik” Médiène, el jefe de la DRS desde hace más de veinte años.
En la enseñanza y el sector de la salud, en particular, los sindicatos autónomos han conducido estos últimos años numerosas huelgas, a menudo de una gran amplitud, para hacer valer los derechos de los trabajadores, comenzando por el de un salario digno. Si así han podido arrancar concesiones a veces significativas, éstas permanecen lejos de los objetivos y siguen siendo permanentemente el objeto de la represión y el acoso del poder (véase a este respecto el artículo del CISA de noviembre de 2009: “Entre represión y manipulaciones: el valiente combate de los sindicatos autónomos argelinos”).
En la actualidad, el SNAPAP aporta su apoyo y sus medios a la organización de dos movimientos de conflicto originales en el país, movimientos resultantes de una juventud completamente precarizada. Por una parte, el de los estudiantes que rechazan las organizaciones fantoches ya existentes y se constituyen desde febrero de 2011 en una coordinación autónoma destinada a denunciar las condiciones de estudio y la ausencia total de salidas profesionales. Por otra parte, el de los jóvenes parados, que se organizan de la misma forma y multiplican las reuniones, en el marco del Comité nacional para la defensa de los derechos de los parados (CNDDC), recientemente creado con el pleno apoyo de los autónomos.
El CISA desea pues reafirmar su plena solidaridad con estos valientes combates. Pero también a destacar su importancia principal en una sociedad argelina donde siguen siendo tan raros los movimientos organizados e independientes y, en condiciones de estructurar mejor las mil formas de rebelión contra un poder que utiliza las peores manipulaciones para destruirlos.
La rebelión de los trabajadores petrolíferos del Sahara
Es por eso que el CISA desea también destacar el importante acontecimiento que constituye la reciente movilización de los trabajadores de Sonatrach, la empresa nacional de explotación de los hidrocarburos, en las zonas saharianas donde se extraen el gas y el petróleo, las principales riquezas del país (98% de las exportaciones y 60% del presupuesto del Estado). Hasta entonces, los múltiples lugares de explotación, administrados por Sonatrach junto con empresas multinacionales americanas y europeas, eran desde hace décadas zonas sin derechos sociales y sindicales, donde los trabajadores argelinos sufren condiciones de trabajo especialmente duras, para salarios muy escasos y bajos.
Los militantes de los sindicatos autónomos de la función pública, cuyo ejemplo ha inspirado claramente esta movilización, nos han comunicado a este respecto la información, recogida por algunos periódicos argelinos, que deseamos indicar aquí.
Así pues, el jueves 3 de marzo, más mil de trabajadores del importante yacimiento de gas de Hassi R’ mel se han concentrado ante la dirección regional de Sonatrach (véase adjunto su carta reivindicativa dirigida al presidente de la empresa). Reclaman un aumento del 100% del salario básico y una revalorización de la indemnización de zona y las condiciones de vida (IZCV), que permanecen calculadas sobre la base de un salario mínimo mensual de 6.800 dinares, mientras que éste es de 15.000 dinares (o sea 150 euros, él mismo nivel ridículamente bajo respecto al coste de la vida). Ídem para la “prima de peligrosidad”, de un nivel ridículo (800 a 2.400 dinares al mes) y la “indemnización de trabajo molesto”, mientras que los petroleros trabajan cada día en condiciones peligrosas.
Los militantes sindicalistas independientes han distribuido a los trabajadores de Sonatrach un llamamiento a la movilización, titulado “Alto a la hogra”, que afirma en concreto: “En el momento en que todos los sectores de actividad conocen aumentos de salarios consiguientes, los responsables de la empresa Sonatrach siguen ignorando las preocupaciones principales de sus trabajadores mostrando un desprecio y un silencio absoluto en complicidad con el sindicato nacional [el UGTA]. Este último se ha desentendido de sus obligaciones, dando prioridad a sus intereses y privilegios en detrimento de los derechos legítimos de los trabajadores. ” “por ahora, lanzamos una advertencia a la dirección, explicó a la prensa argelina uno de los dirigentes del movimiento. Pero si los responsables en Argel siguen haciendo oídos sordos, convocaremos una huelga de hambre general. Es la única manera que nos queda para hacernos oír. ”
Los cuadros de Sonatrach que trabajan en las zonas saharianas no se han quedado quietos. Comenzaron a movilizarse en varios lugares, como sobre la base de vida de Stah en In Amenas (Illizi), dónde un sindicalista “autónomo” ha declarado: “Tenemos un salario lamentable comparativamente al de los extranjeros. Tenemos el mismo trabajo, pero nosotros, argelinos, somos pagados a 500 euros [al mes], mientras que los salarios de los extranjeros alcanzan a veces los 10.000 euros. ” Y otro precisa: “Asistimos en estos últimos años a la agravación de algunos males tal como ocurre con el stress. Tenemos un 40% de nuestro personal que sufre de enfermedades crónicas, una cifra que es muy sensible en mi opinión. Hay sobre todo diabéticos, hipertensos y cardíacos. Después de veinte a veinticinco años de trabajo en un medio tan estresante, hay pocos que puedan salir indemnes de allí. ”
Esta rebelión y estas movilizaciones son seguramente menos espectaculares que las que sacuden desde hace tres meses una buena parte de los países árabes. Pero son sin precedentes a esta escala y se refieren al corazón incluso de la economía argelina, a los hidrocarburos, que es también el de un poder que acapara estas riquezas sobre la espalda del pueblo y que está dispuesto a todo para conservarlas.
Es seguramente en el Sahara, más que en las magras manifestaciones de calle argelinas, propensas a todas las manipulaciones de la DRS, donde germina hoy el verdadero viento de cólera que puede amenazar el poder de los generales de Argel. Y por eso el CISA se propone dar a conocer estas luchas aún tan poco mediatizadas y pide todas las organizaciones sindicales europeas expresar su solidaridad activa con los trabajadores de Sonatrach y los sindicatos autónomos argelinos.
http://www.cisa-solidaritesyndicats…
Traducción:
Equipo de trabajo para el norte de África de la S. de RR. II, de la CGT
Aumento de las luchas sociales en el Sur. Represión sobre manifestantes que exigían trabajo y acceso a viviendas sociales en Laghouat
El martes día 8, las fuerzas de orden público dispersaron por la fuerza a más de 300 parados y solicitantes de alojamientos sociales concentrados ante la sede de la provincia de Laghouat, con importante presencia de mujeres, algunas divorciadas y con hijos, que reclaman su derecho a una vivienda social.
Al menos cuatro mujeres resultaron heridas tras haber sido golpeadas por la policía. A pesar de la represión, l@s manifestantes se negaron a dispersarse hasta no ser recibidos por el gobernador que había hecho promesas públicas de puestos de trabajo y de alojamientos sociales y siguieron ocupando la carretera principal que lleva hacia el centro de Laghouat.
Esto obligó a la presencia del comisario en jefe que permitió el traslado de una mujer herida al hospital y que continuara la concentración.
Finalmente, una delegación de los manifestantes consiguió entrar en la Diputación provincial (wilaya) y entrevistarse con el gobernador.
Mouatamid
Equipo de trabajo para el norte de África de la S. de RR. II, de la CGT
Fuente: Equipo de trabajo para el norte de África de la S. de RR. II, de la CGT