Los actuales planes del Ministerio de Fomento pretenden dar el impulso definitivo a la privatización que comenzó el actual gobierno (y que ya tenía planificada el anterior) con la puesta en marcha de la Ley del Sector Ferroviario.
Se limitará la consideración de servicio público a determinados trenes de viajeros, con criterios que decidirá el Consejo de Ministros.
Pasados tres años, los trenes considerados servicio público podrán salir a subasta, y RENFE sólo podrá licitar en condiciones de “igualdad” con las empresas privadas si “abarata” costes (fundamentalmente laborales).
Los demás trenes serán eliminados si no presentan beneficios económicos, salvo los que discurran por una Comunidad Autónoma y ésta quiera costearlos.
Si embargo, los servicios transferidos a la Generalitat de Catalunya siguen sin contar con el Contrato Programa comprometido que garantice su viabilidad.
La eliminación de servicios supondrá un cierre de líneas comparable sólo al que en 1984 aprobó el también gobierno del PSOE, y que eliminó 1.916 km de vías.
Mercancías RENFE será dividida en empresas mercantiles especializadas, fragmentada y privatizada. Las empresas privadas recibirán el apoyo económico que se ha negado al ferrocarril público.
El Ministerio de Fomento ha anunciado un Plan Extraordinario de Colaboración Público Privada cuyo objetivo real es entregar a las empresas privadas también la gestión de las infraestructuras y la seguridad de las infraestructuras que se construyan.
Y todo esto en el contexto de una Reforma Laboral que permite ponernos en la calle con una indemnización mínima y sin necesidad de mayores justificaciones.
Ante esta situación hay dos opciones : enfrentarse a ella mirando de frente y plantarle cara para impedir que nos masacren, o colaborar con el Ministerio para que lo haga de una forma “civilizada”. En esta última postura se sitúan quienes han permitido, sin reaccionar, que la situación llegue a este estado, porque deben demasiados favores y están acostumbrados a tragar, porque consideran que es mejor que nos sacrifique un gobierno “amigo”, porque les preocupan más sus “presentes” que el futuro del ferrocarril y de l@s ferroviari@s, o porque prefieren proponer una salida para unos pocos aunque saben que no les van a autorizar un nuevo despido colectivo.
EL MODELO DE CGT UN FERROCARRIL PÚBLICO Y SOCIAL
Desde CGT venimos defendiendo el ferrocarril público desde hace muchos años, y lo hemos hecho con rigor y constancia, y sobre todo con coherencia.
El ferrocarril que defendemos tiene ventajas medioambientales y energéticas, de cohesión territorial, económicas, sociales y laborales ; es un ferrocarril de tod@s y para tod@s, con empleo estable, seguro y con derechos.
generar un beneficio social para el conjunto de la comunidad.
Planteamos la necesidad de recuperar la inversión en el ferrocarril convencional que garantice el mantenimiento de las infraestructuras en condiciones óptimas, potenciando las comunicaciones de corta y media distancia, incrementando los servicios de proximidad y la vertebración del territorio en su conjunto.
También se hace imprescindible abrir los tramos de líneas cerradas y traspasar un porcentaje suficiente del transporte de mercancías por carretera al ferrocarril para desbloquear el actual colapso de consumo energético y de degradación medioambiental.
Pero sobre todo planteamos la necesidad de que exista un debate público, porque los usuarios y la sociedad tenemos derecho a que se nos informe y a participar en la definición de un modelo de transporte que nos afecta a todos y que financiamos entre todos.
PORQUE EL FERROCARRIL PÚBLICO ES NUESTRO FERROCARRIL
SFF-CGT
Descargar Octavilla :
Fuente: SFF-CGT