Treinta años de vida (y muerte) en la fábrica : los compañeros perdidos, los accidentes, el alcohol, las huelgas, los momentos de revuelta, la alegría del aperitivo con los compañeros…
Una fábrica que espera, como tantas otras, el cierre final, la externalización, la deslocalización. Y en medio de todo ello : esos obreros que siguen rompiéndose el espinazo por mantener encendidas las calderas y de los que ya nadie habla.
Jean-Pierre Levaray narra en esta obra algo que conoce demasiado bien : el trabajo en la fábrica, « esta vida perdida », « esta vida, ya de por sí corta, y que el curro te araña despacio »…
Y Efix la plasma con su dibujo en blanco y negro, duro, expresivo ; perfecta combinación para describir el universo cerrado y agobiante que sufren miles de personas cada día.
Video de presentación :