Defensor de las clases populares y del estado laico, Ricardo Flores Magón dejó plasmadas sus ideas en escritos como los cuentos reeditados este año en España.

Defensor de las clases populares y del estado laico, Ricardo Flores Magón dejó plasmadas sus ideas en escritos como los cuentos reeditados este año en España.

¡Viva Tierra y Libertad¡
Ricardo Flores Magón
Editorial Tiempo de Cerezos
Ilustraciones de Kalvellido

Los cuentos revolucionarios de Flores Magón

Ricardo Flores Magón (1873-1922) fue uno de los revolucionarios más congruentes y radicales que se enfrentaron al Porfiriato. Buscaba no la mera renovación de la clase política, sino la creación de una sociedad más justa, basada en proyectos anarquistas. Fue también uno de los más firmes defensores del estado laico, por lo que se opuso a las componendas de los gobernantes con la jerarquía católica. Su actitud le costó persecuciones, y en la lucha revolucionaria sacrificó su salud y su vida.

En los tiempos que vivimos, de represión derechista, de consignas clericales, oficialismo mediático y del oportunismo de la llamada «Nueva Izquierda», pero también de desaliento de sectores populares ante esos hechos, es pertinente y loable la publicación de estos cuentos de Ricardo Flores Magón, editados con el título ¡Viva Tierra y Libertad¡, por la editorial española Tiempo de cerezos, ilustrados por Kalvellido ; compilados y prologados por Raúl Calvo Trenado, quien incluyó también una biografía del prócer.

Las 166 páginas del mencionado volumen contienen 34 cuentos que originalmente se publicaron en las páginas del periódico Regeneración, entre 1910 y 1916, con el afán de crear conciencia en el pueblo, para transformar la revuelta contra el Porfiriato en una revolución social.

Bajo su ropaje sencillo, popular, esos escritos desnudan profundas realidades de la sociedad capitalista. Flores Magón deja claro, por ejemplo, que la violencia es ingrediente necesario de la revolución, pues la clase dominante nunca va a dejar voluntariamente el poder. Más aún, hace notar que la rebelión es premisa d elos cambios históricos : «Supremo derecho de los instantes supremos es la rebeldía. Sin ella, la humanidad andaría perdida aún en aquél lejano crepúsculo que la Historia llama la Edad de la Piedra. sin ella la inteligencia humana hace tiempo que habría naufragado en el lodo de los dogmas…»

Uno de los cuentos que componen el volumen y que lleva el título de «Esclavitud voluntaria» es una aguda crítica de los mitos de la sociedad capitalista, que no está basada en la honestidad y el ahorro, sino en el abuso y en las trampas, por lo que frecuentemente quienes más progresan en ella son los más deshonestos. Hace ver también cómo la vulgaridad y la falta de cultura suelen acompañar a muchos millonarios, moralmente miserables, a pesar de que viajen en autos de lujo.

En varios de sus cuentos, Flores Magón hace hablar a los objetos, sea el fusil, el hierro, la pluma, la levita, la blusa o la torta de pan, «convertidos en testigos de los hechos que pese a su claridad son desvirtuados por los intereses del dinero. Por ejemplo, la torta de pan, en el cuento así titulado, observa al ser humano y lo califica como el ser más imbécil de la creación, porque «¡Todos los animales toman de donde hay, menos el hombre !…Dentro de unas horas, cuando no sea yo más que una torta de pan viejo, seré arrojada a los marranos para que engorden, mientras miles de seres humanos se oprimirán el vientre mordido por el hambre…..Las instituciones caritativas, con las piltrafas que dan al hambriento, son más eficaces para matar la rebeldía que el presidio y el cadalso…»

Sin embargo, el gran héroe mexicano no pudo prever la perversidad del sistema capitalista, que ha convertido incluso la filantropía en un lucrativo y descarado negocio regenteado por fundaciones como Vamos México, que fuera regenteada por Marta Sahagún. Flores Magón se enfrentó valientemente a los mecanismos represivos de la dictadura porfirista, pero hoy existen no sólamente sus homólogos, sino el arma terrible de la manipulación que ejercen los medios convencionales, especialmente la televisión, y que es, sin lugar a dudas, el opio del pueblo de nuestros tiempos, como tradicionalmente lo ha sido el catolicismo aliado al poder. Mediante el engaño repetido a todas horas del día, y basado en el deplorable hábito de buscar entretenimiento y consejo no en los libros sino en la televisión, la derecha gobernante le dicta al pueblo cuáles debe identificar como sus problemas y angustias : no la crisis económica, las devaluaciones, la imposición política y el ataque del gobierno contra las libertades civiles, sino los secuestros de los millonarios y los grandes negocios del narcotráfico, como si estos fueran problemas para los más necesitados.

Edgar González Ruíz

Kaosenlared

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Fuente: Edgar González Ruíz