Ajenos al mundo que representan, y perdidos en teorías que tratan de justificar lo injustificable, no nos cabe ninguna duda que el Estatuto del Delegado sólo significa la plasmación de los intereses personales de unos pocos, y la sumisión por parte de las direcciones sindicales a los dictados de la empresa, que está encantada, por un lado, de comprar lealtades, y por otro, de extender en el Banco un fuerte olor a descrédito de la labor sindical.

Ajenos al mundo que representan, y perdidos en teorías que tratan de justificar lo injustificable, no nos cabe ninguna duda que el Estatuto del Delegado sólo significa la plasmación de los intereses personales de unos pocos, y la sumisión por parte de las direcciones sindicales a los dictados de la empresa, que está encantada, por un lado, de comprar lealtades, y por otro, de extender en el Banco un fuerte olor a descrédito de la labor sindical.

En el día de hoy, se sigue negociando con el banco, bajo el epígrafe del “Estatuto del Delegado”, un acuerdo cuyo eje central gira en torno al ascenso o sobresueldo de los liberados y semiliberados de sus secciones sindicales.
Y todo ello a pesar de que la CGT ya manifestó en la primera reunión de dicha comisión negociadora que el capitulo de ascensos de los susodichos liberados era insostenible e inaceptable :

  •  Asignación de un sobresueldo pensionable y no compensable ni absorbible, cuya cuantía será la diferencia entre la categoría ostentada y la que se determine por acuerdo.

  •  Aplicación de esta medida al 3% de la representación obtenida en las elecciones sindicales a los delegados propuestos por los sindicatos que se adhieran.

  •  Posibilidad de ascender a más delegados liberados o semiliberados a propuesta de las secciones sindicales y con la aquiescencia de la empresa.

    Estas propuestas hechas por CCOO y UGT han sido asumidas por el Banco en un preacuerdo, mezcladas junto a otras cuestiones menores, con el fin de camuflar la verdadera naturaleza del asunto en cuestión, que servirá de base para el acuerdo definitivo.

    El hecho de que, en momentos especialmente difíciles como los que vivimos, con una reconversión patente en todo el sector, donde la dirección de RR.HH. no quiere ni oír hablar de la carrera profesional de los trabajadores y donde las categorías laborales, cada día más bajas, no se corresponden con el grado de responsabilidad de los empleados, se esté negociando el ascenso o sobresueldo de las cúpulas sindicales, nos da una idea de los niveles de “integridad” de los aparatos sindicales mayoritarios y de la deriva que han tomado.

    CGT nos opusimos hace 4 años y nos oponemos de nuevo a este proceso, e insistimos en que, si el Banco quiere negociar sobre la carrera profesional en serio, debería hacerlo sobre el conjunto de la plantilla, fomentando el ascenso merecido de los compañeros que día a día trabajan por encima de sus responsabilidades, asumiendo riesgos y obteniendo miles de millones de beneficios, en una red exprimida hasta la médula.

    Por otro lado, reiteramos que dignificar el oficio de sindicalista se consigue mediante otras fórmulas, muy distintas a las que los sindicatos mayoritarios quieren llevarnos : Trabajando de manera constante en defensa de los empleados, denunciando la terrible situación que se padece en todas las áreas y las amenazas, exigencias, despidos, externalizaciones, etc. que se sufren a diario. Exigiendo al banco dotación de plantillas suficientes y la cobertura de las horas sindicales que realizan los delegados. Defendiendo a los compañeros sindicalistas si, tras aceptar un cargo de representante de los trabajadores, son degradados en sus funciones o en sus retribuciones.

    Si el acuerdo definitivamente se firma, representará un antes y un después en la actuación de unos sindicatos mayoritarios, ya muy desacreditados, por su falta de voluntad en combatir los excesos patronales y sólo preocupados por la situación de sus cúpulas.


    Sección sindical de CGT en el banco de Santander


    Fuente: Sección Sindical