La muerte de Antonio Fernandes Pera, fallecido el pasado lunes al sufrir un accidente con el camión-hormigonera que conducía, será achacada desde la patronal y responsables políticos y administrativos a la fatalidad y no a las condiciones, cada vez más precarias, en las que se están realizando los trabajos.
Más concretamente, en el sector del transporte la cantidad de horas que se realizan al volante son excesivas y no existe un adecuado control de los discos de los camiones por parte de las autoridades laborales y de tráfico. La falta de descanso y los bajos salarios componen un coctail que sólo los trabajadores extranjeros están dispuestos a asumir, y lo pagan en ocasiones, con la muerte.
Para lograr que ésta sea la última muerte en el trabajo, para exigir una drástica reducción de los riesgos a los que nos exponemos como trabajadoros, desde CGT apostamos por movilizarnos y responder cada vez que la realidad nos sacuda en forma de accidente mortal. A ello invitamos a todos los trabajadores y resto de sindicatos.
Fuente: CGT Nafarroa