Huelga decir que existen razones de peso para las movilizaciones sostenidas en este momento, sobre todo por aquellos trabajadores, propietarios de un solo camión, ahogados por un sistema que se basa en la competencia salvaje y en la hipócrita cuestión de la desregulación como vía hacia el enriquecimiento de la sociedad.

Huelga decir que existen razones de peso para las movilizaciones sostenidas en este momento, sobre todo por aquellos trabajadores, propietarios de un solo camión, ahogados por un sistema que se basa en la competencia salvaje y en la hipócrita cuestión de la desregulación como vía hacia el enriquecimiento de la sociedad.

Llega la crisis. Y a río revuelto, ganancia de los pescadores de siempre. Porque bancos, multinacionales y financieras medrarán a pesar de que exista la peor de las crisis, si no se pone en duda el propio sistema que los sustenta. Porque, como mucho, ganarán menos, pero nunca llegarán a la quiebra mientras existan expedientes de regulación de empleo, suspensiones de pagos, quiebras inducidas por la ingeniería económica, préstamos usureros, subidas de intereses, fondos de inversión bursátil y fuga de capitales. Y llegados al límite, cerramos el chiringuito y vivimos de las rentas…

Cualquier trabajador sabe que parte de su salario va destinado al combustible de su propio vehículo para ir al trabajo. Y no recurramos a la estupidez de que existe el transporte público cuando la mayoría de polígonos industriales carece de este tipo de comunicaciones. Y mientras precios e impuestos, tanto directos como indirectos, devienen europeos, continuamos arrastrando las consecuencias de la sempiterna política de moderación salarial y recorte de derechos que nos sitúa a la cola de Europa en materia de salarios y nos condena, a la gran mayoría, a una existencia de malabarismos económicos perpetuos. Y después que nos hablen de que la subida de los combustibles fomentará el ahorro, económico y de combustible… ¿Cuándo no ha habido crisis ?

En el caso concreto de los autónomos en huelga, el combustible lo es casi todo : el gasoil con el que van y vuelven a casa, el que utilizan para mover la máquina con la que pagan los módulos de la SS, el IRPF, las revisiones y reparaciones periódicas del vehículo, su manutención fuera de casa y al precio que fijan los hosteleros, las multas de tráfico por trabajar al borde de la ley para poder competir ¿libremente ? en el mercado del transporte, las bajas por enfermedad o accidente, sus vacaciones, los préstamos a los bancos con los que deberán pagar el camión que conducen y, a aparte, las hipotecas y gastos que todos pagamos…

Y recordemos que este paro empresarial, que no huelga, la convocaron también las patronales del transporte, para luego desconvocarla cuando alcanzaron sus propios intereses. Una patronal que ha venido utilizando a estos mismos autónomos para desmovilizar a sus plantillas, contratando conductores que nunca protestan si se les da más trabajo del que asumen sus propios chóferes, hartos de vulnerar las normas de seguridad vial en interés de jefe y cliente, y que trabajan a destajo y por kilómetros, vulnerando convenios colectivos y leyes, con el despido y el paro como única opción…. En el transporte se ganan sueldos decentes si cenas sopa de sobre y pan con mortadela, antes de acostarte a dormir en la cabina sin ducharte… y trabajando hasta 16 horas diarias.

Mientras tanto, grandes sindicatos, políticos y estamentos del Estado callan y otorgan. Mientras en la prestigiosa Europa existe un sector regulado, se respetan los tiempos de conducción y de descanso a rajatabla y los salarios y disponibilidad laboral se ajustan a lo legal, en España existen convenios que, básicamente, se respetan únicamente en lo que respecta al salario base, con vacaciones a la carta (empresarial), con ínfima vigilancia de los tiempos de conducción y descanso, con salarios calculados a tanto el kilómetro que se pagan como dietas, revirtiendo sobre los trabajadores multas de tráfico y reparaciones en muchos casos, aunque la responsabilidad sea plenamente empresarial. Incluso existen empresas que transforman sus plantillas alquilando sus camiones a sus propios trabajadores y convirtiéndolos en pseudoautónomos. La misma patronal que se opone a cualquier regulación, aunque venga impuesta desde el Parlamento Europeo, aduciendo gastos, desprotección y ruina. Preguntad a un camionero si sabe qué es un pirata, y veréis que no os habla del Caribe…

En CGT recordamos muchas crisis y muchos parches, que no soluciones. En la regulación del sector, en el cumplimiento estricto de los convenios colectivos, en la negociación de un convenio estatal del transporte, que no dé motivos a los transportistas (empresarios) para aducir la competencia salvaje para el incumplimiento de los mismos, en la vigilancia del cumplimiento estricto de las leyes de seguridad vial, normas de tráfico y uso del tacógrafo, y en las medidas económicas que palíen la subida de los carburantes, en todo esto radica el quid de la cuestión. En esto y en la europeización de los salarios. Y con esto rompemos una lanza por los huelguistas, pero sobre todo por los trabajadores y trabajadoras del sector, que pagan los mismos platos rotos.


Fuente: JOAN M. COLERA |CGT-Transportes. Publicado en el diario Levante