CGT Mar, ante el último y lamentable accidente marítimo ocurrido (Naufragio del CORDERO), expresa su solidaridad con las victimas y sus familias. Asimismo mostramos nuestra indignación porque a pesar de las reiteradas denuncias sobre la falta de seguridad, de formación y de medios adecuados de seguridad en los diferentes ámbitos laborales de la mar y especialmente en la Pesca, se siga sin tomar medidas contundentes contra dichas situaciones, siendo evidente que los tímidos intentos de las diferentes Administraciones con competencias en el ámbito pesquero-marítimo por realizar un serie de inspecciones conjuntas han sido completamente insuficientes.
Asimismo debemos denunciar a los Armadores del Sector, que como Empresarios son los máximos responsables de los “accidentes laborales” y son los beneficiarios del trabajo de las tripulaciones, poniendo por delante la obtención de beneficios a la seguridad de sus trabajadores.
En ningún trabajo, y tampoco en las profesiones relacionadas con la mar, se puede asumir que el desarrollo de dicha actividad comporte inevitablemente un enorme riesgo para la integridad física y para la vida de dichos trabajadores.
La actual y progresiva precariedad laboral del trabajo en la Pesca, el abandono de las Administraciones y las políticas empresariales depredadoras son los máximos responsables de lo que esta ocurriendo. Las continuas reivindicaciones de los Armadores exigiendo subvenciones, rebajas en el precio del Gasoleo, la inclusión de las embarcaciones de Pesca en el registro Canario (lo cual implica entre otras cosas importantes rebajas fiscales), etc, no tienen en contrapartida ninguna responsabilización por su parte respecto a las condiciones de trabajo y de seguridad de los marinos, trasladando cuando ocurre una desgracia la culpabilidad a quienes en todo caso tienen como trabajo intentar paliar las consecuencias del mismo arriesgando en muchos casos su propia seguridad.
Por tanto desde CGT Mar exigimos :
Respecto a lo recientemente publicado en los medios de comunicación referente a la actuación de los medios de Salvamento Marítimo, debemos manifestar de forma contundente nuestra indignación ante las incomprensibles declaraciones vertidas por parte del sindicato CIG y de algunos Armadores, lamentando que se esté realizando un despreciable uso de los fallecidos para defender intereses particulares.
A la CIG le valdría más preocuparse por las condiciones de trabajo de los pescadores, la existencia de medidas de protección eficaces para ello (trajes de supervivencia, radiobalizas personales, etc), en lugar de pretender sacar un rédito político a estas dramáticas situaciones, única explicación que nos cabe ante sus declaraciones.
Las tripulaciones de los medios de intervención marítimos y aéreos de Salvamento Marítimo y los Controladores de los Centros de Coordinación, llevan realizando una constante labor en pos de la Salvaguarda de la Vida Humana en la Mar, y no siempre con los medios adecuados ni con los recursos humanos y materiales necesarios, pero aún con estas deficiencias, que son materia de continua reivindicación de dichos trabajadores para mejorar el servicio público que prestan, los resultado en cuanto a esfuerzo, sacrificio y efectividad son indiscutibles.
No vamos a entrar al detalle de los horarios y las cifras, función que esperemos que de forma exhaustiva, transparente y fehaciente dé cuenta la dirección de SASEMAR y/o de la Dirección General de la Marina Mercante, dando respuesta a las acusaciones que se han vertido al respecto, pero si creemos necesario concretar algunas actuaciones ; en contra de lo dicho, la primera embarcación que llego al lugar del siniestro fue la Salvamar Mirfak localizando al cabo de poco tiempo al Patrón del Pesquero hundido, el cual presentaba un cuadro de hipotermia avanzado y siendo los tripulantes de la salvamar los que realizaron los primeros auxilios que junto con la arriesgada y rápida intervención de dicha unidad le salvaron la vida. Dada la situación se vieron en la necesidad de regresar a puerto, debiendo afrontar el temporal de proa a la vez que reanimaban al marino y regresando de nuevo al lugar del siniestro a buscar a los otros tripulantes desaparecidos, una vez fue evacuado.
No hace falta un gran esfuerzo para ponerse en la situación de nuestros compañeros y para valorar adecuadamente su labor, ejemplos que por cierto se repiten a diario por todo nuestro litoral, y para imaginar la carga sobre ellos. No podemos por tanto callar ante lo que se esta diciendo, y debemos exigir respeto para los implicados ; respeto a las victimas, a sus familias, a sus compañeros, a los marinos y a los que trabajan en Salvamento Marítimo.
Denunciamos lo que aquí se vuelve a constatar y que en los últimos tiempos se repite con insistencia ; la utilización de los percances marítimos y de sus victimas para ocultar responsabilidades, y en otros casos para el uso político partidista o para insistir en reivindicaciones de competencias.
Lamentamos que todos estos esfuerzos no se dirijan a evitar los accidentes marítimos y a que los buques cumplan con los medios materiales y formativos establecidos, y de exigir de verdad que terminemos de tener un Salvamento Marítimo a la altura de nuestras necesidades. Desde luego acusar al salvador de las negligencias e incompetencias de otros no es el camino adecuado.
Los trabajadores de Salvamento Marítimo son los primeros que desean la máxima eficacia en su trabajo y que la sociedad en general y el Sector marítimo en concreto así lo exija y se sienta implicado. Pero no nos engañemos, por muchos y buenos medios que tengamos, la solución esta básicamente en la prevención ; el barco es para sus tripulantes mucho más que el centro de trabajo, es el nexo entre la vida y la muerte, entre sobrevivir o perecer en un medio hostil, sólo garantizando la seguridad de los buques, de sus tripulantes (incluidas condiciones de trabajo), los medios de protección adecuados y también con un eficaz servicio de salvamento se podrá poner fin a este drama. Sobran demagogias.
Fuente: CGT Mar