El pasado 30 de agosto se producía en el Penal de Ixcotel el primer careo entre David Venegas Reyes (en prisión desde el 13 de abril) y representantes de cuerpos policiacos implicados en su caso. En las anteriores dos ocasiones en que fueron convocados por el juez, no se presentaron. En esta oportunidad lo hicieron tan sólo tres de los ocho agentes llamados por el juez a declarar.
Además, los agentes presentes en el careo (y que acudieron sin identificación alguna) pertenecen a la Policía Estatal, lo cual contradice la demanda presentada contra Venegas según la cual los agentes que le detuvieron eran de la Policía Auxiliar Bancaria, Industrial y Comercial (PABIC), y apoya le versión inicial de David Venegas según la cual fue aprehendido por elementos vestidos de azul marino (el color del uniforme de la Policía Estatal) y no azul cielo (PABIC). Agentes que, según la versión del acusado, después de asaltarle le subieron a una camioneta sin distinciones policiacas.
Aunque la fórmula legal de un careo consiste en que el acusado realice las preguntas a quienes son supuestamente testigos de su culpabilidad, los policías presentes no han querido responder a las cuestiones planteadas por Venegas y se han referido constantemente a su declaración escrita. Unas versiones que varían de unos agentes a otros, ya que unos manifestaron que los insultó y otros que simplemente se acercaron a él al considerar que era sospechoso y que en ese momento se dieron cuenta de que portaba droga. Versiones que el acusado niega tajantemente.
Otro de los puntos en los que se han manifestado discrepancias ha sido al respecto del tratamiento sufrido por Venegas durante su detención y su interrogatorio. Los agentes han negado que Venegas hubiera sido golpeado (a pesar de que la foto difundida la noche de su detención lo muestra con la cara claramente hinchada), mientras que el acusado defiende haber sido objeto de torturas y malos tratos físicos y psicológicos.
Ante la negativa de Venegas a aceptar la versión de los policías y las cuestiones formuladas por él acerca de la tortura sufrida durante su detención y de donde lo tuvieron incomunicado la noche de su detención, uno de los agentes le dijo a Venegas que se “fijara” como le hablaba ya que “no eran iguales”. Acto seguido se dirigió al Ministerio Público acusando a Venegas de llamarle mentiroso. Tras negar que el acusado estuviera haciendo tal cosa, el M.P. instó al agente a que hablara a Venegas “mirándole a la cara”, lo cual, lejos de hacer, le provocó un ataque de cólera que se transformó en un fuerte golpe contra la mesa.
Por otro lado, el próximo martes 4 de septiembre acaba el plazo de 15 días hábiles desde que se presentó la revisión del amparo dictado el pasado 12 de junio por un juez federal contra el auto de formal prisión contra David Venegas, según el cual no se había presentado ninguna prueba que le inculpara en los delitos de los que se le acusa. De no prosperar la revisión, llena de irregularidades según fuentes legales consultadas, Venegas debería ser puesto en libertad.
Fuente: SERGIO DE CASTRO SÁNCHEZ