Naciones Unidas alerta del desabastecimiento de sanitarios
Las tendencias migratorias están cambiando. Cada vez es mayor el número de mujeres que emigran solas en busca de nuevas oportunidades laborales. En concreto, el sector sanitario es uno de los que más se marcha de su país. Esta corriente podría desabastecer de profesionales a sus países de origen.
Naciones Unidas alerta del desabastecimiento de sanitarios

Las tendencias migratorias están cambiando. Cada vez es mayor el número de mujeres que emigran solas en busca de nuevas oportunidades laborales. En concreto, el sector sanitario es uno de los que más se marcha de su país. Esta corriente podría desabastecer de profesionales a sus países de origen.

El papel de las mujeres inmigrantes ha sido ignorado durante años por los organismos internacionales. No obstante, su protagonismo es cada vez mayor -constituyen casi la mitad del total mundial de inmigrantes internacionales, 95 millones- especialmente en trabajos como la atención de enfermos.

De este modo, las mujeres inmigrantes se encuentran con más dificultades añadidas que los hombres y su trabajo se ve limitado a las tareas domésticas, sectores de servicios y trabajo sexual.

Sí es cierto que siendo el cuidado de los demás y las tareas de enfermería funciones tradicionalmente femeninas, algunos cauces de inmigración están abiertos y cuentan con mecanismos oficiales para satisfacer la demanda de empleadas. Éste es uno de los datos que ofrece el «Informe sobre el Estado de la Población Mundial 2006. Mujeres y migración internacional, hacia la esperanza» de Naciones Unidas, que advierte de que aún cuando la migración es legal, con frecuencia éstas quedan relegadas a empleos sujetos a discriminación, condiciones arbitrarias de trabajo y malos tratos.

El número de mujeres inmigrantes laborales van incrementándose. Así, en Asia el número de mujeres que emigran solas a países vecinos del Asia Oriental y Oriente Medio ha sobrepasado ya el de hombres. Las mujeres de América Latina y el Caribe tienen mucha movilidad, especialmente a España, Italia y América del Norte, donde ya superan a los hombres.

En África, la pobreza generalizada o las altas tasas de desempleo masculino están contribuyendo a un aumento sostenido en las cantidades de mujeres migrantes con tasas superiores al promedio mundial. En contraposición, en los países árabes las normas socioculturales siguen limitando la movilidad.

’Fuga’ de profesionales

De este modo, el informe refleja cómo muchas enfermeras de países en vías de desarrollo ya están migrando en busca de mejores condiciones laborales. Esta situación es especialmente destacada en África donde las profesionales nigerianas van hacia Arabia Saudita y otras procedentes de Ghana, Sudáfrica y Zimbabwe buscan trabajo en Canadá, Reino Unido y los Estados Unidos. Ello provoca que estos países «se estén tambaleando» bajo la mayor carga mundial de enfermedades infecciosas -25 por ciento-, cuando sólo retienen a 1,3 por ciento de los profesionales de la salud de todo el mundo. En algunos países, se ha reducido pronunciadamente el número de enfermeras y médicos fruto, en parte, de las «enérgicas» políticas de contratación que adoptan los países desarrollados para intentar mitigar su propia escasez de profesionales sanitarios.

De acuerdo con la últimas encuestas realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la intención de migrar es especialmente prevalente entre los médicos y enfermeras que viven en las regiones más afectadas por el VIH/sida : un 68 por ciento en Zimbabwe y un 26 en Uganda.

Datos como que en la ciudad inglesa de Manchester hay más médicos procedentes de Malawi que en todo el país o que de los 600 médicos capacitados después de que Zambia hubo llegado a la independencia, sólo 50 siguen ejerciendo su profesión allí, son síntomas de una realidad que está empezando a mostrarse.

Más saludables

Inicialmente los inmigrantes suelen estar en mejor estado de salud que sus contemporáneos, pero al llegar al país, muchos realizan trabajos peligrosos, condiciones insalubres en sus viviendas, explotación laboral e insuficiente acceso a los servicios de salud.

Esta situación se agrava en los inmigrantes que están en situación irregular. Estudios de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) muestran que entre los inmigrantes hay más altas tasas de mortalidad de menores de un año y mayor cantidad de malformaciones congénitas.

Según refleja el informe de Naciones Unidas, los planes nacionales de atención de la salud tienden a discriminar a los inmigrantes transitorios y no autorizados, al permitir sólo la atención de emergencia para quienes no sean ciudadanos. Si bien es cierto que esto no sucede en nuestro país, los inmigrantes en situación irregular temen que quienes dispensan servicios de salud los denuncien ante las autoridades por lo que no acuden en busca de tratamiento médico y lo que a menudo empieza como un trastorno de menor importancia puede intensificarse y transformarse en una enfermedad grave.

Pese a ello, «pocos funcionarios ejecutivos parecen estar dispuestos a replantear las políticas existentes y establecer nuevas reglamentaciones que pudieran beneficiar tanto a los inmigrantes en situación irregular como al sistema de atención de salud», señala el documento.

Estas políticas beneficiarían, además, a los países de destino puesto que los inmigrantes con buena salud aportan más a la economía nacional. Se trata de poner en una balanza la mayor contribución que pueden hacer los inmigrantes en buen estado de salud a su país de destino, con los costos adicionales para las sociedades cuando no ofrecen atención a su debido tiempo.

Por otro lado, en lo que respecta a la relación entre los inmigrantes y VIH, los expertos afirman que el desplazamiento desde zonas de bajo riesgo acrecenta las probabilidades de infección con el virus, mientras que cuando hay migración circular, es más probable que éste se reubique. Un informe de la OMS indica que un 66 por ciento de todas las infecciones con VIH de transmisión heterosexual de Europa ocurren en personas procedentes de países con alta tasa de prevalencia, lo que significa que es la propia experiencia de la migración lo que puede hacerles más vulnerables.


Fuente: L. Barrera /Web Salud